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Un Open de Australia contra la lógica

Además de Djokovic, la criba de la primera semana en Australia descarta a los números uno, Murray y Kerber, y abre la puerta a Nadal, Federer y Serena. Si gana el torneo, Williams recuperará el trono

Alejandro Ciriza
Serena Williams, durante el partido contra Gibbs.
Serena Williams, durante el partido contra Gibbs.FILIP SINGER (EFE)

Desde la grada, una voz interrumpió a Stan Wawrinka cuando este se disponía a servir. “Go Roger!”, soltó un espectador. “Federer no está aquí, él juega en la Rod Laver”, le contestó en tono de broma el suizo, buen tipo y buen encajador, campeón en Australia hace tres años y ahora uno de los supervivientes a una primera semana letal en Melbourne. Ayer, el torneo aussie, o mejor dicho, Mischa Zverev, se llevó por delante al número uno, Andy Murray (7-5, 5-7, 6-2 y 6-4), y unas horas después cayó también la reina femenina y defensora del título, Angelique Kerber, batida por Coco Vandeweghe (6-2 y 6-3).

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Dicho de otro modo, está claro que este Open de Australia no entiende de jerarquías, ni de estatus ni de rankings. No hay preferencias ni trato de favor. La criba descartó a los reyes de ambos circuitos y también a Novak Djokovic, derrotado por el 117 del mundo, Denis Istomin. Este, jugador sin medalla alguna, es otro ejemplo de lo rocambolesca que está siendo esta edición, porque accedió a ella por milímetros, literal, con una bola que entró por los pelos y le otorgó una invitación. Y hoy día, cosas de la vida, cosas de Melbourne, se jugará una plaza en los cuartos contra Grigor Dimitrov, un renacido al que el calor y la veloz moqueta australiana le han brindado una oportunidad.

Hacía 13 años que los dos primeros cabezas de serie no se quedaban fuera de un Grand Slam antes de los cuartos de final. El precedente es el Roland Garros de 2004; entonces Roger Federer y Andy Roddick no consiguieron el acceso a la segunda semana el torneo. El caso es que ahora, sin Djokovic ni Murray, la puerta se abre de par en par para Federer y Rafael Nadal. Ambos volvían de un largo periodo de inactividad, sobre todo el suizo, quien ayer superó a Kei Nishikori en cinco mangas (6-7, 6-4, 6-1, 4-6 y 6-3) y demostró que está a punto. “Es una victoria inmensa”, se sinceró el de Basilea, 17 de la ATP.

Ayer, Federer firmó unos registros espectaculares. Dejó 24 aces, un 80% de puntos ganados con su primer servicio y 83 golpes ganadores. Luego, preguntado por la caída de los dos grandes favoritos, los que han aglutinado la mayoría de grandes títulos en los dos últimos años, respondió: “Que Rafa y yo hayamos llegado hasta aquí, estando sanos, podía esperármelo, pero lo de Novak y Andy es una gran sorpresa. Me imagino que esto es bueno para el tenis, que otros muchos crean que se les puede ganar a los top y que son vulnerables”.

Es bueno para el tenis, que otros muchos crean que se les puede ganar a los jugadores top Roger Federer, 17 de la ATP

Él y Nadal –el mallorquín afronta esta mañana (11.00, Eurosport) a Gael Monfils– están a solo cuatro victorias de volver a saborear el éxito de un grande; el primero no lo hace desde 2012 (Wimbledon) y el segundo desde 2014 (Roland Garros). De repente, en un plis plas, han visto cómo se ha despejado el camino. Para ellos o para el propio Wawrinka, capaz de todo. “Sé que puedo ganar a cualquiera y en cualquier circunstancia. Han eliminado a dos muy buenos, pero todavía quedan grandes jugadores y será interesante ver cómo va todo”, expresó Stan (triple 6-3 a Andreas Seppi).

La sacudida de los primeros siete días también trastocó el cuadro femenino. La salida de Kerber suaviza a priori el trayecto de Garbiñe Muguruza, lanzada, compitiendo en la misma rama en la que estaba la alemana. Y el trono queda además al alcance de Serena Williams. Eso sí, para lograrlo no hay otro requisito que ganar el trofeo en Melbourne. Experiencia no le falta, pues ya lo hizo en seis ocasiones (2003, 2005, 2007, 2009, 2010 y 2015). “Hay muchos torneos después de este. Aún puedo hacer un gran año”, relativizó la alemana, otra de las víctimas de una primera semana infernal, exigente para todos. Se han roto los esquemas en Australia. De repente, regresó un aroma romántico.

¿Federer-Nadal en la gran final? ¿Serena de nuevo al frente? Todavía queda un mundo, pero los viejos rockeros tienen la licencia en vigor.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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