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Para Nadal, sin épica no hay paraíso

Tras batir a Monfils y alcanzar sus primeros cuartos de un Grand Slam en dos años, el mallorquín afronta a Raonic, un gigante evolucionado. "Tendré que ser agresivo. Si no estaré muerto", dice

Alejandro Ciriza
Nadal celebra su victoria contra Monfils, ayer en Melbourne.
Nadal celebra su victoria contra Monfils, ayer en Melbourne.Filip Singer (EFE)

Sin épica no hay paraíso. No al menos para Rafael Nadal, el deportista que disfruta donde otros acostumbran a sufrir, el hombre cuya carrera y éxitos se resumen en una de sus frases: “El éxito no es la victoria, sino todo lo que has luchado por ganar”. No hay mejor combustible para él que los imposibles y la adversidad, los instantes de máxima tensión. Sorteó los que le propuso hace tres días el insurgente Alexander Zverev y también los de ayer, en una escala muy inferior, ante Gael Monfils. Todo iba rodado contra el francés, pero cuando se vio vencido este reaccionó y generó un pequeño brete. Es decir, alimento para Nadal, que lo resolvió (6-3, 6-3, 4-6 y 6-4, tras 2h 55m) y certificó su acceso a los cuartos del Open de Australia.

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Todo un logro para el español, pues no conseguía llegar tan lejos en un Grand Slam desde hacía dos años, en Roland Garros. “Esta victoria significa mucho para mí. Empezar el año así y además hacerlo en pista dura es muy importante”, indicaba Nadal ayer, día en el que también rubricó un segundo mérito, ya que desde esa misma fecha y ese mismo torneo (París, 2014) no lograba derrotar en un grande a un integrante del top-10, si bien es cierto solo se vio en tal circunstancia en Australia 2015 (Tomas Berdych) y Roland Garros 2015 (Novak Djokovic).

“Estoy feliz, porque lo de hoy también fue muy duro. Es difícil jugar contra Gael. Nunca sabes qué va a hacer y por dónde te puede salir”, recalcaba Nadal, quien después de adjudicarse las dos primeras mangas cedió la tercera y tuvo que salvar una trampa en la definitiva. El poliédrico Monfils, rival con un millón de caras, podía haber forzado una quinta al ponerse 4-3 y 30-0, pero al final Nadal salió del aprieto conforme se acercaban las llamas. “No lo cerré y entonces Rafa peleó, encontró de nuevo el camino. Luchó. Es un verdadero campeón”, le elogió el ingrávido parisino.

La realidad inmediata conduce ahora hacia Milos Raonic. El canadiense, la tercera mejor raqueta del circuito según el ranking, supondrá un salto cualitativo en la escala de exigencia. Caprichos del destino, el año pasado fue moldeado por Carlos Moyá, que ahora forma parte del equipo técnico de Nadal. “Va a ser complicado”, anticipó el de Manacor. “Es un jugador que te lleva al límite. Es muy agresivo y te transmite todo el rato la sensación de que estás bajo presión”, precisó el balear. “Aparte de que su saque es fantástico juega muy bien desde el fondo de la pista. Tendré que estar preparado para luchar y sufrir, y estar muy concentrado. Tendré que acertar con mi saque y ser agresivo, porque si no lo soy estaré muerto”, radiografió.

Desde que derrotase a Nole en Roland Garros 2014, el español no vencía a un 'top-10' en un grande

A simple vista, Raonic es un adversario engañoso. Su fisionomía (1,96 y 98 kilos) induce a la simplificación, a pensar que es solo un gigante lento y torpón, pero no es cierto. Las coordenadas que le transmitió Moyá le han transformado en un tenista mucho más competitivo. “A pesar de su envergadura se mueve bastante bien, pero sus herramientas son otras y hay que potenciarlas. Tiene que convertirse en un atleta, porque para competir contra los mejores no vale solo con dar palos. Debe estar preparado para sufrir y para poder pelotear”, explicaba a este periódico el técnico mallorquín, exnúmero uno, en un área restringida de Wimbledon el pasado mes de julio.

Sacador nato, especialista sobre pista rápida

Raonic sirve ante Bautista en el pulso de ayer, en Melbourne.
Raonic sirve ante Bautista en el pulso de ayer, en Melbourne.MARK R. CRISTINO (EFE)

El de Raonic representa un reto de palabras mayores para Nadal, que hasta ahora se ha enfrentado a Florian Mayer, Marcos Baghdatis y Monfils. El pulso contra el canadiense es una prueba de fuego, porque propone algo radicalmente distinto de estos. Es un sacador nato, un especialista sobre superficie rápida. No da tregua ni ofrece ritmo. Puede atestiguarlo Roberto Bautista, al que ayer le cayó una tormenta de rayos: 7-6, 3-6, 6-4 y 6-1, aderezado de 75 golpes ganadores y 33 puntos directos con el servicio. Un botín del 81% en los puntos que se dilucidaron con sus primeros saques. Un alud en toda regla.

El canadiense, con fiebre, venció al mallorquín en el último pulso oficial, hace poco en Brisbane

Ya no es Raonic el grandullón desgarbado de antes. Ha crecido y el año pasado ya disputó las semifinales en Australia y la final de Wimbledon. La estadística favorece a Nadal (6-2), pero en el último compromiso oficial, hace tres semanas en Brisbane, el español se marchó derrotado. “Depende de mí el volver a encontrar esas soluciones de nuevo”, afirmó el canadiense, que padece un proceso febril estos días. “Cada vez voy mejor. Tengo la energía, pero no estoy a tope”, admitió. Sobre su reciente vínculo con Moyá, agregó: “Es cierto que él ha tenido la oportunidad de verme jugar mucho, pero yo también de verle a Rafa. Será una batalla entre Rafa y yo. Veremos cómo acaba”.

Le aguarda a Nadal un examen de altura y él tiene muy clara la vía para aprobarlo. Es la épica. ¿Cuál si no?

Lucic-Baroni, a cuartos 18 años después

La presente edición ha ofrecido varias campanadas e historias como la de Mirjana Lucic-Baroni. La croata, de 34 años, superó a Jennifer Brady (6-4 y 6-2) y alcanzó los cuartos de final del torneo australiano. Más allá de su veteranía, destaca el hecho de que esta jugadora (79ª en la lista de la WTA) no disputaba la antepenúltima ronda de un Grand Slam desde hacía 18 años. La última vez que lo hizo fue en 1999, sobre el césped de Wimbledon.

Su siguiente rival será la checa Karolina Pliskova, una de las jugadoras más en forma del circuito en la actualidad. Esta venció a Daria Gavrilova (doble 6-3). También avanzó Serena Williams (7-5 y 6-4 a Barbora Strycova), que se enfrentará a Johanna Konta (6-1 y 6-4 a Ekaterina Makarova).

La jornada de hoy ofrece varios duelos interesantes. En el cuadro masculino, Roger Federer encara a Mischa Zverev (9.00, Eurosport) y Stanislas Wawrinka a Jo-Wilfred Tsonga. En el femenino jugó de madrugada Garbiñe Muguruza ante Coco Vandeweghe.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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