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El Barça se pierde en Atenas

Séptima derrota seguida de los azulgrana lejos del Palau ante un Panathinaikos liderado por un magnífico Bourousis

Robert Álvarez
Tomic, entre Bourousis, Feldeine y Calathes.
Tomic, entre Bourousis, Feldeine y Calathes.SPYROS CHORCHOUBAS (EFE)

El Barcelona certificó su incapacidad para alcanzar la consistencia y continuidad que demanda una victoria lejos del Palau Blaugrana en una competición como la Euroliga. Atenas se convirtió en otra parada del vía crucis del equipo azulgrana, que acumula ya 11 derrotas, siete seguidas en sus desplazamientos.

Al recital de Bourousis, a los triples de Singleton y Rivers, se añadieron los regalos de un Barcelona muy discontinuo y errático. Llegó a perder 21 balones, y eso es casi medio partido. El otro medio se le fue por una sucesión de fallos concretos, fácilmente detectables. Rice y Tomic no estuvieron a la altura de los acontecimientos, desenchufados, muy superados por Calathes y Bourousis. Doellman empezó muy bien y acabó diluyéndose, como Navarro. Y Renfroe y Perperoglou, que reparecía, pasaron por el partido de puntillas.

PANATHINAIKOS, 71; BARCELONA, 65

Panathinaikos: Calathes (5), Feldine (8), Gentile (2), Gabriel (7), Bourousis (14) –equipo inicial-; Singleton (10), Nichols (0), Rivers (13), James (10) y Pappas (2).

Barcelona Lassa: Rice (12), Navarro (5), Claver (5), Doellman (11), Tomic (4) –equipo inicial-; Faverani (10), Vezenkov (8), Koponen (10), Renfroe (0) y Perperoglou (0),

Parciales: 15-13, 21-16, 18-17 y 17-19.

Árbitros: Radovic (Croacia), Mogulkoc (Turquía) y Paternico (Italia).

Centro Olímpico de Deportes de Atenas. 10.500 espectadores. 18ª jornada de la Euroliga.

La producción ofensiva azulgrana volvió a ser pésima, en consonancia con la timidez de casi todos sus hombres. Les cuesta mirar el aro, vacilan, acaban equivocándose en los pases. Nada es gratuito. La escasez de los movimientos sin balón de muchos de ellos, condenan a menudo a quien lo conduce. Renfroe, Ryce, Navarro, quien sea quien lo maneje, acaban a menudo condenados a perderlo o a cederlo en muy malas condiciones.

El Panathinaikos, sin hacer nada del otro mundo, incluso perdiendo la batalla por el rebote (30-37), a pesar de su desastroso balance desde la línea de tiros libres (8 de 15) y de la mala forma de su reciente fichaje, el italiano Gentile, llevó siempre la iniciativa, dominó todo el tiempo, por momentos con autoridad (39-39 y 63-56). Y lo consiguió superando también sus bajones, cuando el Barcelona se adelantó durante un instante (22-25 en el segundo cuarto) o se situó a un punto (57-56).

La deficiente defensa del Barcelona empezó en la línea exterior, desde donde el Panathinaikos clavó 11 triples, y terminó bajo el aro, donde Tomic, Faverani y Doellman fueron cediendo ante un Bourousis espléndido, con 14 puntos y 11 rebotes. El Barcelona evidenció una vulnerabilidad tan diáfana y tan repetida que cada vez se adivina más difícil que pueda meterse entre los ocho primeros.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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