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El Villarreal supera a un triste Granada

El conjunto de Escribá, muy solvente, no encuentra resistencia alguna ante el grupo de Alcaraz, que se sitúa colista

Álvaro celebra su gol ante el Granada.
Álvaro celebra su gol ante el Granada. Domenech Castelló (EFE)

Con solvencia, gusto, pragmatismo y ningún apuro, el Villarreal fue infinitamente superior a un Granada estéril, sin ambición ni futbol, derrotado en el Estadio de la Cerámica con justicia debido a sus numerosas carencias. Es el Granada un equipo sin alma, necesitado de una metamorfosis total si quiere abandonar el farolillo rojo, donde está situado con apenas diez puntos. Todo lo contrario que al Villarreal, al que la visita del conjunto nazarí le supuso todo un bálsamo tras seis partidos sin conocer la victoria. La encontró ante sin apenas despeinarse y sí no goleó fue por su falta de puntería, la actuación de Ochoa y los palos.

A los equipos que adolecen de todo no les tiene que faltar actitud ni concentración. Apenas tuvo ánimo el Granada para oponer resistencia al Villarreal. Por si fuera poco, concedió dos goles en dos jugadas a balón parado con el central Álvaro de feliz protagonista, asistente y goleador en el Villarreal, que mantiene su constante ritmo de puntuación que le sitúan en los puestos europeos.

Con Pato negociando su salida al fútbol chino, cambió Escribá su dibujo, con cinco centrocampistas y Sansone solo en punta. Contrarrestó Lucas Alcaraz con una defensa de cinco y dos hombres en el ataque, Ponce y Adrián Ramos, recién llegado del Dortmund. Ni acumulando efectivos en torno a Ochoa evitó el Granada que desde el pitido inicial se asomara el Villarreal a las cercanías del portero mexicano.

Las pasaba canutas el Granada y todo lo que sucedía en el terreno de juego era al dictado del conjunto de Escribá, poseedor absoluto del esférico y la intención. El larguero de Ochoa salvó a los de Alcaraz en un lanzamiento de falta de Sansone, muy activo. Resguardado en su parcela, el Granada apenas se mostraba en el área de Asenjo, acompañado por una defensa inédita, con Bonera y Álvaro de centrales y José Ángel en el lateral izquierdo. El conjunto andaluz se conformaba con poco. Le valía con espaciar las llegadas amarillas y fiarse a la falta de finura en el remate final del Villarreal. Pero en una de esas jugadas imperdonables para los equipos que se mueven en el fango encontró el gol para disgusto de Alcaraz. Falta lateral botada por José Ángel, la peinó Álvaro entre el pasotismo de la zaga nazarí y Bruno, sin vigilancia, marcó a placer.

Como si nada hubiese sucedido, el propósito siguió correspondiendo al Villarreal en el segundo acto. El Granada se mantuvo con la misma prudencia a pesar de la desventaja, incapaz de dar trabajo a Asenjo. Si lo tuvo Ochoa, el mejor del Granada pero incapaz de sostener a su equipo que, de nuevo a balón parado y a la salida de un córner, concedió un segundo gol anotado por Álvaro. Con poco, el Villarreal fue mucho para un Granada camino de Segunda.

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