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El Atlético busca su alma en la semifinal de Copa ante el Barcelona

La pérdida de competitividad en la Liga y la tendencia del equipo de Simeone a partirse por el medio planean sobre la ida de las semifinales de Copa ante el Barça

Simeone, durante el Athletic-Atlético de esta temporada.Foto: atlas | Vídeo: ELOY ALONSO REUTERS / Atlas
Ladislao J. Moñino

El silencio furioso en el regreso del Atlético de Vitoria delató a un equipo y a un cuerpo técnico abatidos. La sensación generalizada tras el apurado empate en Mendizorroza (0-0) es que el equipo tocó fondo. Más allá del juego o de haberse visto superado por el adversario desde el inicio hasta el final del partido, nunca en la era Simeone se había apreciado a un conjunto tan lejos de los parámetros de competitividad con los que acostumbra a manejarse. El técnico, ante ese derrumbe, optó por la calma contenida. Ante una actuación similar, Simeone ha recurrido a un truco de la vieja escuela de entrenadores. No se cebó con broncas excesivas que cargaran al plantel.

El mensaje que lanzó ayer en rueda de prensa seguía esa misma línea, intentar levantar a la tropa más que machacarla. “Les cuento lo que siento”, se abrió Simeone ante los medios, “y esto es un gran orgullo por estos futbolistas, por estos cinco años en los que van a jugar su sexta semifinal. Cuando vos estás cinco años al frente de un equipo, con lo que cuesta que te sigan y que se presenten en otra semifinal me llena de orgullo, de emoción y alegría. No me imagino un escenario mejor que el de este partido”.

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Los análisis de técnicos y directivos concuerdan en la pérdida de alma en la Liga, en la desaparición de ese gen competitivo que mantenía al equipo en los partidos desde el pitido inicial. La impresión que se desprende es que sin estar cerca de la cabeza del campeonato liguero (a 10 puntos del Madrid), al plantel le cuesta más digerir el día a día a la espera de los asaltos como el de hoy ante el Barça (21.00) o la llegada de las eliminatorias de la Champions.

La final de Milán y el posterior discurso de Simeone dejando entrever una posible marcha; la pérdida de fuerza de su mensaje; el desgaste por cinco años a destajo en el día a día y en los partidos; la edad y la bajada de rendimiento de jugadores que fueron clave en los éxitos cosechados; el frustrado regreso de Diego Costa o la indefinición en el juego y en las alineaciones son expuestos interna y externamente como las causas que han mermado la pujanza.

Sin partido a partido

Los tics que se dieron en Vitoria fueron los propios de un equipo que no acaba de encontrarse. La falta de intensidad, que el Alavés lastimara varias veces con la misma jugada, las prolongaciones de cabeza de Camarasa, el desquicie de Godín en un bochornoso cruce de escupitajos con Deyverson o la violenta patada a una botella de agua de Carrasco tras ser sustituido dibujaron ese paisaje de equipo que ha tocado fondo. “Hemos perdido el partido a partido que fue el alma de los éxitos y debemos volver a ello”, argumentan en el club.

Con ese panorama, el Atlético recibe al Barcelona en una competición fetiche para el club, para Simeone y para sus jugadores. Todos coinciden en la tradición copera de la entidad y en que el impulso que llevó a la conquista de la Liga empezó con la Copa conquistada al Real Madrid de José Mourinho en el Bernabéu. Hay un intento del club por revitalizar a la hinchada con la bajada de los precios de las entradas, la propia afición acudirá al hotel de concentración y desde el propio plantel también se mandan mensajes encaminados a recuperar esa alma perdida. “Hay que intentar ser compactos, tener un bloque muy junto”, advierte Fernando Torres. Simeone también admite que el equipo se parte en el medio con más frecuencia de lo que desearía: “El partido que más me ha gustado desde que volvimos del parón navideño es el que jugamos contra Las Palmas, el primero de Copa. Fue el más completo, las líneas estuvieron juntas y el ritmo fue estable. A esto es a lo que buscamos acercarnos”.

Al once regresará Gabi, señalada su ausencia en Vitoria como una de las claves por las que el equipo no transmitió la competitividad que acostumbra. “A Gabi lo veo bien, como siempre, es muy regular y más allá de los compañeros diferentes que tenga a su lado, ha mantenido la regularidad. Eso le ha hecho un jugador muy importante en cuanto a lo que el corazón dicta en el campo, y el corazón es la parte más importante de este equipo”, sostuvo Simeone. Gabi se presenta como fundamental para que el equipo no se rompa por el medio, aunque en su elogio hacia el capitán, el técnico dejó entrever que lo necesita a su nivel. “Si tiene esa fortaleza, que hay que demostrarla en todos los partidos, sigue siendo un jugador importante para nosotros”.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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