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Bienvenidos al universo Super Bowl

Houston acoge la celebración anual del fútbol americano

Nicolás Alonso

A dos días de la final del campeonato de la liga nacional de fútbol americano (NFL), el esplendor de la Super Bowl ya se despliega sobre la ciudad texana de Houston. El domingo, a las seis y media de la tarde, los míticos New England Patriots se enfrentarán a los inexperimentados Atlanta Falcons para disputar el partido que cada año se convierte en el evento más visto del deporte estadounidense.

Pero la final no se trata sólo de estos dos equipos. Es un show al puro estilo americano; una maquinaria de empresas, patrocinadores y ganancias económicas que tienen como centro el balón ovalado. La NFL aterriza cada año la Super Bowl en una ciudad diferente, a la que transforma durante varios días: llegan aviones privados, los precios de los hoteles se multiplican y los coches negros de ventanas tintadas que transportan a ejecutivos se atascan a las puertas de restaurantes.

La Super Bowl es la cita obligada del fútbol americano, un evento al que acuden miles de estadounidenses por su amor a este deporte aunque su equipo no juegue en la final. En el downtown de la ciudad se ven camisetas de muchos equipos, como los Pittsburgh Steelers o los Green Bay Packers. Entrenadores y jugadores de otros equipos participan satisfechos en tertulias con las decenas de cadenas de televisión que compiten por presentar el escenario más atractivo.

Houston estos días es una burbuja hermética de la que lejos queda la tumultuosa actualidad política del país y donde el único foco de atención es el balón ovalado. En la Fan Zone, situada en el centro de convenciones George R. Brown, miles de personas recorren los pasillos y esperan largas colas para obtener autógrafos de jugadores, jugar en partidos improvisados y participar en pruebas deportivas.

En uno de los puestos de venta de productos deportivos está la clave. Una bandera estadounidense formada por balones de fútbol americano colocados con esmero preside la sala. El fútbol americano no sólo se llama así por coincidencia: es un deporte que forma parte del carácter y la identidad de este país. Un ritual de cada domingo, cuando familias se congregan alrededor del televisor para comer alitas de pollo, beber cerveza y ver el partido de su equipo.

En la Fan Zone hay una plataforma de Microsoft diseñada en forma de nave espacial. Pero no está ahí por error o sin razón, flota en el universo Super Bowl: un mundo aislado y finito, que empieza y acaba este fin de semana en Houston.

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