_
_
_
_
_

Los cinco momentos de la Copa del Rey de baloncesto

El campo atrás del Madrid ante Andorra, el tercer cuarto del Valencia ante el Barça, las exhibiciones de Llull...

Sergio Llull celebra la victoria del Madrid. En vídeo, declaraciones de Rudy Fernández.Foto: atlas | Vídeo: L. RICO. ATLAS
Alejandro Prado

No hay mayor espectáculo en el baloncesto español que la Copa del Rey. Se juntan los ocho mejores equipos de la Liga Endesa, sus aficiones dan color a un pabellón y a toda una ciudad y los jugadores lo ponen todo durante cuatro días. La edición de este 2017 en Vitoria refrendó lo anterior. El nivel de juego y emoción alcanzó cotas muy elevadas y se batió el récord asistencia acumulada del torneo: casi 104.000 espectadores.

"Era campo atrás"

Por si fuera poco todo eso, también hubo polémica. En la primera jornada el indiscutible favorito, el Real Madrid, estaba contra las cuerdas ante la cenicienta de la Copa, el Morabanc Andorra. Perdían de tres los blancos y manejaba el balón Llull. Antes de pasar a Randolph para que anotase el triple que mandó el encuentro a la prórroga, el base pisó la línea de mediocampo, o sea, campo atrás según el reglamento. Los árbitros no lo vieron y el Madrid acabó ganando en la prórroga. Durante el resto del torneo la muletilla "era campo atrás" protagonizó cánticos y acompañó al campeón.

El fugaz respiro de Bartzokas

Si un equipo llegaba a Vitoria necesitado, ese era el Barça, especialmente su entrenador, Giorgios Bartzokas. La crisis azulgrana podía tener cura con la Copa, pero el rival de cuartos no invitaba al optimismo. Unicaja llegaba en buena onda y amenazaba con empujar al técnico griego al despido. Pero surgió Markus Eriksson, un alero sueco que poco había contado esta temporada y a base de triples arregló el partido para el Barcelona. Una de las pocas alegrías azulgrana esta temporada, aunque duró poco.

No estaba muerto

Si ante el Andorra el Madrid parecía desahuciado, ante el Baskonia en semifinales se estaba preparando el velatorio del campeón. El cuadro vasco ganaba de ocho a falta de poco más de tres minutos y parecía que se iba a plantar en la final. Pero una vez más el Madrid resurgió para forzar otra prórroga y en ella ajusticiar a un rival que ya contaba con la victoria. Llull, Randolph, Doncic y Ayón enmudecieron el Buesa Arena, que presenció un partidazo.

La tormenta naranja

El rival del Madrid saldría del Barcelona-Valencia Basket. El partido arrancó con claro color azulgrana. Parecía que el duelo con Unicaja había insuflado moral a los culés, parecía que la Copa podría servir de punto de inflexión en una aciaga temporada. Parecía, parecía... pero la tormenta se desató en el tercer cuarto con un parcial de 13-30 a favor del Valencia que borró de la pista al Barça. Los naranjas se metieron en su quinta final de Copa.

Llull dinamita la final

Andaban Madrid y Valencia Basket dándose zarpazos en busca de la gloria copera. Final de altísimo nivel que llegaba a los dos últimos minutos con solo dos de ventaja para los blancos (87-85). Pero entonces se desató Sergio Llull. Dos acciones del balear reventaron el partido. Primero un triple de los suyos, esas ya míticas mandarinas. Luego, robo de balón y como un cohete se va hacia la canasta para anotar. El duelo parecía acabado, pero el Valencia se agarró a su fe y Llull tuvo que anotar otro triple y dos tiros libres más para dar al Madrid su cuarta Copa seguida. Diez puntos de carrerilla que valieron un MVP.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Alejandro Prado
Redactor en la Mesa de Edición del diario EL PAÍS. Antes prestó sus servicios en la sección de Deportes y fue portadista en la página web. Se licenció en Periodismo en la Universidad Carlos III y se formó como becario en Prisacom.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_