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Comienza la Superliga china de fútbol más cara de la historia

Los equipos del gigante asiático han desembolsado más de 400 millones de euros en fichajes en el mercado de invierno

Este fin de semana arranca la Superliga china, una competición en boca de medio mundo no precisamente por ser un referente de calidad futbolística, sino por sus mediáticos fichajes a golpe de talonario. Los equipos se han gastado el equivalente a 407 millones de euros en incorporar jugadores en los últimos dos meses, la gran mayoría futbolistas extranjeros de cada vez más relevancia que llegan atraídos por los sueldos millonarios en un país donde el fútbol se ve actualmente más como un negocio en explosión que como un deporte.

Carlos Tevez en su presentación en el Shanghai Shenhua.
Carlos Tevez en su presentación en el Shanghai Shenhua.STR (AFP)
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En los últimos años, las cifras gastadas por los clubes europeos empequeñecen cuando se comparan con las del gigante asiático: durante este mercado de invierno, la competición occidental en cuyos equipos invirtieron más en refuerzos fue la Premier League, con 262 millones de euros, según datos del portal especializado Transfermarkt. Y eso que la Superliga China cuenta solamente con 16 equipos, y no los 20 del torneo inglés.

El mayor golpe de efecto fueron las llegadas del delantero del Boca Juniors, Carlos Tévez, al Shanghai Shenhua y la del centrocampista del Chelsea, Oscar, al Shanghai SIPG. Los clubes pagaron por ellos 10,5 millones y 70 millones de euros, respectivamente. Sus sueldos rompen récords: el primero se embolsa 38 millones por temporada y el segundo, 24 millones. El argentino es actualmente el jugador de fútbol mejor pagado del mundo, por delante de Messi o Cristiano Ronaldo. El Villarreal recibió 18 millones de euros por el brasileño Alexandre Pato, que juega ahora en el Tianjin Quanjian a las órdenes de Fabio Cannavaro.

¿Quiénes juegan en China?

Los españoles más destacados en la multimillonaria Superliga de China son el entrenador gaditano José González que dirige al Beijing Guoan, donde juega su compatriota, el delantero Jonathan Soriano. De momento, China no ha atraído tantos jugadores de España, pero está plagada de otras estrellas reconocidas mundialmente. Estas son algunas de ellas:

  • Carlos Tévez (Shanghai Shenhua)
  • Oscar (Shanghai SIPG)
  • Hulk (Shanghai SIPG)
  • Alexandre Pato (Tianjin Quanjian)
  • Elkeson (Shanghai SIPG)
  • Jackson Martínez (Evergrande)
  • Alex Teixeira (Jiangsu Suning)
  • Ramires (Jiangsu Suning)
  • Roger Martínez (Jiangsu Suning)
  • Ezequiel Lavezzi (Hebei China Fortune)
  • Witsel (Tianjin Quanjian)
  • Obafemi Martins (Shanghai Shenhua)
  • Obi Mikel (Tianjin TEDA)
  • Graziano Pellè (Shandong Luneng)
  • Manuel Pellegrini (técnico del Hebei China Fortune)
  • Fabio Cannavaro (técnico del Tianjin Quanjian)
  • Luis Felipe Scolari (técnico del Evergrande)
  • Gustavo Poyet (técnico del Shanghai Shenhua)

Durante los últimos meses ha sido habitual ver casi a diario nuevos nombres de jugadores europeos de primer nivel junto a cifras astronómicas: se ha hablado de un desembarco a China de Wayne Rooney, Pepe, Diego Costa y hasta el agente de Cristiano Ronaldo explicó que había recibido una oferta de un club chino que estaba dispuesto a pagarle 100 millones de euros por temporada y 300 al Real Madrid por el traspaso.

La vorágine que vive actualmente el fútbol en China se explica más por expectativas que por fundamentos. En el país asiático no existe una cultura del fútbol: es poco habitual ver a niños practicándolo, hay pocas infraestructuras deportivas teniendo en cuenta el total de la población y la afición, aunque aumenta, es aún escasa y apenas acude a los estadios. Pero el año pasado el país, a instancias de su presidente Xi Jinping, presentó un plan de diez años para hacer de China una potencia del fútbol. En los próximos 10 años se abrirán 50.000 escuelas de este deporte para formar a 50 millones de jugadores.

Grandes grupos empresariales del país como Suning, Alibaba o Wanda captaron el mensaje y empezaron a invertir masivamente en clubes -dentro y fuera de China- y en mejorar el nivel del torneo nacional. Y optaron por la opción más rápida: traer el talento de fuera en forma de jugadores y entrenadores. La burbuja se ha contagiado también en los traspasos de jugadores entre equipos locales y hasta en los derechos de televisión: mientras hace dos años apenas se pagaron 10 millones de euros por retransmitir los partidos del torneo, este año la cifra alcanzó los 186 millones.

Las autoridades chinas han admitido públicamente que se ha formado una burbuja que poco tiene que ver con la promoción del fútbol base, el objetivo último del Gobierno. De ahí las limitaciones al número de jugadores extranjeros que se pueden alinear de forma simultánea (pasaron de cuatro a tres) y algún que otro globo sonda sobre poner coto a los sueldos de los jugadores. En esta decimoséptima edición de la Superliga todos irán contra el Guangzhou Evergrande, el campeón en los últimos seis años, y a favor de un modelo de fútbol que de momento alimenta muchas expectativas pero marca pocos goles.

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