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Neymar coge el punto

El brasileño, necesario para remontar la eliminatoria ante el PSG, muestra su mejor versión desde que llegó al Barça

Jordi Quixano
Neymar regatea a Roncaglia en el duelo del sábado.
Neymar regatea a Roncaglia en el duelo del sábado.Dan Istitene (Getty Images)

El Barça tomó la decisión definitiva de fichar a Neymar en 2011, justo después de que Brasil se impusiera en el Sudamericano sub-20 de Perú. Un informe de Albert Valentín, ahora con Andoni Zubizarreta en el Olympique de Marsella, aclaraba que el jugador había dado el paso definitivo, que no era otro que asumir el liderazgo de un Brasil que necesitaba de quiebros y goles además de carácter. “Le falta rigor táctico pero le sobra de todo lo demás, venía a decir ese documento”, esgrimen desde la ciudad deportiva. “Todos sabíamos que sería un jugador top porque era desequilibrio en estado puro”, cuenta otra fuente azulgrana; “pero le faltaba un punto de competitividad y se despertó en el Sudamericano al tirarse el equipo a las espaldas”. Ahora, pasados los años, Neymar ya no es el rey [del Santos y de Brasil porque conquistó la medalla de oro en los últimos Juegos] sino que es el príncipe [del Barça]. Y, precisamente, completar al resto le ha hecho ser mucho más completo. “Se le ve hecho”, resuelve el brasileño Marinho Peres, exjugador del Barça (1974-1976).

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Antes de firmar por el Barça, el padre de Neymar se preocupó en saber qué papel tendría su hijo, consciente de que Messi era la cúspide mundial del fútbol. “Se le avisó del rol que debía desempeñar y siempre supo las condiciones”, dicen desde la entidad. “Los que le rodean lo hicieron muy bien porque le mentalizaron de la necesidad de que cuajara con Leo para continuar con la línea exitosa del equipo”, argumentan desde el club; “aunque es un chico muy inteligente y preparó su puesta en escena antes de venir, incluso con su maquinaria de marketing”. Sucedió que el fichaje, polémico en cuanto a las cifras hasta el punto de que hace poco el fiscal solicitó dos años de prisión para el futbolista, pareció desorientar al jugador, que acabó el primer año con más sugerencias que realidades. “Era demasiado joven”, interviene Marinho; “y ahora es un jugador de fútbol y no un proyecto”.

“Es el segundo mejor jugador del mundo”

Suma Neymar 21 asistencias en la temporada (a seis de las que hizo el año anterior) y 12 goles. “Es desequilibrante y determinante”, se felicitan desde el Barcelona, “tanto que no tenemos ninguna duda de que es el segundo mejor jugador del mundo tras Messi”. Pero las estadísticas del 11 no se quedan ahí.

El brasileño es el jugador que más regates tira (220) y logra (119) en la Liga, del mismo modo que también es el que más faltas recibe (99). Y, aunque se le exige agitar los partidos con eslálones y profundidad, también tiene una buena estadística de acierto de pase (76,5%) en las 1.044 entregas que lleva. Le falta, en cualquier caso, afinar la puntería porque los 12 goles ligueros llegan tras 71 disparos, de los que solo 28 fueron a puerta.

Programa físico

“En Brasil el fútbol es más espectáculo y se valora incluso la frivolidad, por lo que le faltaba adaptarse a la Liga”, aclaran desde el club. “Ha entendido que las jugadas se acaban para bien o para mal”, añade Marinho Peres. “Hace las cosas cuando tocan y hoy es mucho mejor jugador que cuando llegó”, abundan desde el Barça. También porque ha ganado masa muscular y porque realiza un programa físico personalizado en el gimnasio de su casa acorde a las indicaciones de los preparadores azulgrana. “Las cuatro patas, que pasan por la alimentación, descanso, felicidad y falta de lesiones, las tiene enteras. Y eso se nota”, agregan desde la cúpula azulgrana. “Es técnicamente fabuloso, raro de encontrar”, señala Marinho Peres; “pero ha madurado y escoge bien qué hacer en cada ocasión”. Como ocurrió frente al Celta, cuando desnortó a Hugo Mallo con su profundidad y carreras, también a Sergio Álvarez con su golazo de vaselina.

“¿Has visto cómo tira la presión y cómo defiende cuando nos recomponemos en un 4-4-2?”, cuestionan desde el club; “eso aclara su voluntad por mejorar y por ayudar”. Aunque también anuncian que su progresión será mayor en los próximos cursos: “Con 28 años nos dará su mejor versión, cuando ya tenga la madurez que requiere el fútbol”. Mientras tanto, se significa en campo contrario y ante cualquier rival. Justo lo que necesita el equipo para voltear una eliminatoria casi perdida frente al PSG.

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