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McLaren se asoma al vacío

Los directivos aseguran disponer de un buen presupuesto, pero otro año en blanco dejaría al equipo en una situación crítica. Este martes, nueva tanda de tests en Montmeló

Oriol Puigdemont
El McLaren de Alonso sale del box en Montmeló.
El McLaren de Alonso sale del box en Montmeló.A. GARCÍA (EFE)

La última victoria de McLaren en el Mundial de Fórmula 1 fue la que Jenson Button logró en el Gran Premio de Brasil de 2012, año en que el grupo, cuya punta de lanza es su división de carreras, reportó unas pérdidas antes de impuestos de tres millones de euros. Desde entonces, los mejores resultados del equipo son dos podios logrados el mismo día, por Button y Kevin Magnussen, en la cita inaugural del campeonato de 2014. A partir de allí, la nada. Un vació total que llevó a la segunda estructura con más solera de la F-1 a tocar fondo en 2015, cuando entre Button y Fernando Alonso, recién llegado de Ferrari, solo lograron acumular un total de 26 puntos entre los dos. El retorno de la alianza con Honda como suministrador de motores no fue lo fructífero que se esperaba, y ahí siguen las dos partes dos años después, tratando de ponerse de acuerdo sin éxito.

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Superado el fiasco de las dos primeras temporadas, 2017 se presentaba como el momento del resurgir de McLaren gracias al cambio de reglamento que ahora permite a los constructores modificar sus propulsores sin restricciones. Sin embargo, los primeros ensayos celebrados esta semana en Montmeló apuntaron en la dirección opuesta. El chasco de ver los coches de Alonso y Vandoorne más tiempo en el garaje que en la pista, y las disculpas de Honda a su socio en la F-1 son el peor augurio con vistas a un curso que puede marcar un punto de inflexión en la escudería. “El primer día tuvimos un problema en el depósito del aceite. El segundo día fue un fallo mecánico y aún no sabemos cuál fue la causa. Y eso es más importante y más serio. Tenemos que encontrar qué pasó”, lamentaba el jueves Yusuke Hasegawa, máximo responsable del fabricante del ala dorada en la F-1.

Desde este martes y hasta el viernes (Alonso rodará el miércoles y el viernes), la parrilla al completo volverá a girar en el ‘Circuit’. Esa será la prueba definitiva que permitirá concluir cómo llegarán cada uno a Melbourne a finales de mes. Otro fiasco constataría el martirio que se le vendría encima a McLaren, que ha perdido ese empaque que se ganó a golpe de títulos (12 de pilotos y ocho de constructores), sobre todo en el último cuarto del siglo pasado, y que queda directamente reflejado en sus ahorros. Se calcula que en 2016 ingresó alrededor de 76 millones de euros procedentes del reparto que la organización anterior (FOM) hacía del campeonato, siempre en función de varios parámetros como los resultados y el palmarés. Mercedes, como campeón, recibió 155 millones y Ferrari, que tiene un plus solo por participar, 175 millones.

Sin resultados, menos patrocinadores

McLaren, que dispone de 220 millones de euros para gastar en 2017 de los que unos 70 salen de Honda –Ferrari supera los 370 millones, Mercedes, los 300 y Red Bull, los 250–, está a un tris de meterse en ese implacable círculo vicioso que impide a los equipos que no logran resultados atraer a patrocinadores que inyecten dinero, y eso tiene un impacto directo cuando llega la hora de invertir en el coche para optimizar su rendimiento. Así es imposible ganar. De hecho, en los últimos tres años, marcas como Hugo Boss o Tag Heuer, que siempre habían sido fieles a la imagen que proyectaba la formación británica, decidieron cambiarse de bando y ficharon por Mercedes, los primeros, y por Red Bull, los segundos. Vodafone, su último sponsor principal, aportaba 70 millones de euros anuales hasta que el contrato expiró en 2013. Al margen de Ferrari, a quien hay que dar de comer aparte, Petronas, por ejemplo, le insufla unos 35 millones de euros a Mercedes.

Antes de ser apartado el pasado mes de noviembre, Ron Dennis, el patrón de McLaren, trataba de convencer al personal de que aquella fórmula mediante la cual un gran nombre cubría alrededor de un 35% del presupuesto del año, se había agotado, y que ahora la clave era llenar la caja con muchas más firmas, pero sin ninguna que dominara de forma rotunda. Lo que ocurre es que Dennis ya no está y su lugar lo ocupa Zak Brown, un gurú norteamericano de la mercadotecnia que asegura ser capaz de encandilar a un gran patrocinador, pero ya de cara a 2018.

“La historia ha demostrado que para empezar a ganar se precisan dos años. Tenemos los pilotos adecuados y un buen presupuesto. Shaikh Mohammed y Mansour Ojjeh [los principales accionistas] lo han aumentado, así que tenemos aquello que necesitamos”, dijo Brown la semana pasada, en la presentación del MCL32. “Será en 2018 cuando tendremos un socio. No he visto anuncios de patrocinadores nuevos en ningún coche, incluso en los que han ganado el campeonato durante los últimos tres años”, añadió el estadounidense. “No tenemos el presupuesto de Mercedes o Red Bull pero el nuestro es bueno, y contamos con recursos par hacerlo bien”, afirma Eric Boullier, el director de McLaren. Los dos ejecutivos están convencidos de ser capaces de sacar el proyecto adelante, aunque seguramente ninguno de ellos había contemplado la posibilidad de que el nuevo monoplaza diera una imagen tan pobre como la de estos días.

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