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El Barcelona convalece ante un flojísimo Unics

Perperoglou y Claver espolean la esforzada pero plácida victoria azulgrana

Robert Álvarez
Antipov trata de obstaculizar a Claver.
Antipov trata de obstaculizar a Claver.Andreu Dalmau (EFE)

El Barcelona ganó con holgura al Unics Kazán, pero ni siquiera así consiguió extraer el jugo que esperaba de un partido ya prácticamente intrascendente de tanto lastre como arrastran ambos equipos en la Euroliga.

Los arranques de genio de Perperoglou y Claver, el absoluto dominio en el rebote del Barcelona y las pérdidas de balón del Unics decantaron el duelo. Pero, de todas maneras, también en la victoria, le falta a este Barcelona la armonía, la alegría en el juego, el ingrediente lúdico que permita animar a su parroquia, tan alicaída como sus jugadores. Y eso, en un partido de guante blanco, por más que el ruso Panin acabara sangrando a causa de un manotazo involuntario de Claver.

BARCELONA, 70; UNICS KAZÁN, 62

Barcelona Lassa: Rice (9), Oleson (3), Perperoglou (13), Claver (12), Tomic (6) –equipo inicial-; Munford (0), Faverani (4), Vezenkov (6), Eriksson (6), Diagné (0), Koponen (9) y Renfroe (2).

Unics Kazán: Colom (10), Panin (5), Andusic (5), Antipov (12), Parakhouskhi (8) –equipo inicial-; Clarke (4), Ponkhrasov (8), Klimenko (2), Banic (6), Voronov (0) y Williams (2).

Parciales: 24-20, 12-14, 19-10 y 15-18.

Árbitros: Pukl (Eslovenia), Hordov (Croacia) y Geller (Bélgica).

Palau Blaugrana. 3.681 espectadores. 25ª jornada de la Euroliga.

Le faltó tensión al juego y chispa al Barcelona. Y el Unics echó de menos a Langford, el máximo anotador de la Euroliga, lesionado. La soltura de Colom en la dirección del juego, y el buen porcentaje en los triples (10 de 18), fueron las únicas notas reseñables del Unics. Frente a ese equipo, penúltimo en la clasificación, el Barcelona solo pudo anotar 70 puntos, en consonancia con su condición de peor ataque en la competición. Llegó a ver como el Unics se adelantaba en el marcador en el inicio del segundo tiempo (38-41) y aunque su reacción fue rápida (47-41) y llegó a imponer mando en plaza (63-48) no dejó de renquear hasta el final. Ganó el Barcelona, pero su juego sigue sin convencer a nadie, ni siquiera a sus propios protagonistas.

Las posibilidades del cuadro azulgrana de clasificación para los cuartos de final son meramente matemáticas, de tantos equipos como tiene por delante y tanta ventaja como le sacan. Pero, más preocupante que eso, es la total falta de chispa, eficacia y armonía en el juego del equipo del equipo de Georgios Bartzokas.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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