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Ray Allen: “Con tanto triple el juego se ha vuelto más imprevisible”

El inolvidable tirador analiza el cambio de estilo en la NBA, el de Marc Gasol y el de los Celtics de Isaiah Thomas

Robert Álvarez
Ray Allen, tras la entrevista, en un hotel de L'Hospitalet.
Ray Allen, tras la entrevista, en un hotel de L'Hospitalet.MASSIMILIANO MINOCRI

Ray Allen, a sus 41 años, tiene la misma pinta que cuando jugaba de alero, 196 centímetros de altura y 92 kilos de pura fibra, una elegancia innata y una puntería excepcional. Disputó su último partido el 16 de abril de 2014 y, tras pensárselo durante un tiempo, anunció su retirada el 1 de noviembre de 2016. En sus 18 temporadas como profesional se consagró como el máximo triplista en la historia de la NBA, con 2.973 triples, dos anillos de campeón, con los Celtics en 2008 con Miami en 2013, y 24.505 puntos en su haber. Hijo de militar, metódico, afable, lector voraz, dedica parte de su tiempo a una labor tutorial con jóvenes promesas y acaba de dirigir en Barcelona el Jordan Brand Classic, un programa que selecciona a los mejores jugadores sub-16 del mundo en el que, en su día, participaron estrellas de ahora como LeBron James, Chris Paul o Carmelo Anthony.

Pregunta. ¿A qué se dedica tras su retirada?

Respuesta. Tengo cinco hijos, cuatro pequeñitos, que tienen entre cinco y doce años, así que cada mañana les llevo al colegio y cuido de ellos. Todos hacen deporte: atletismo, cross de montaña, fútbol americano, baloncesto… Durante la semana siempre tienen algo entre manos, así que les dejo y después les recojo. Juego a golf, entreno mi físico durante la semana, corro y hago bicicleta. Me mantengo activo.

P. Hasta el punto de que tiene intención de correr algún maratón.

R. Sí, todavía no he podido. Mi esposa y mi madre ya han corrido alguna. Mi madre no es una runner ni nada por el estilo, pero mi hijo de 10 años tiene diabetes y quiso apuntarse a una carrera para recaudar fondos junto a mi esposa. El año pasado abrimos un restaurante de comida rápida orgánica en Miami. Intentamos dar opciones más saludables a la gente, que los estadounidenses tengan otras opciones a la comida procesada de cada día. Todo esto me mantiene ocupado, porque ella está trabajando mucho y me quedo más con los niños. Quiero correr el maratón, pero después de abrir el negocio las agendas se han complicado. El año pasado corrí cientos de millas, así que en un par de años quiero no solo correr maratones sino Ironmans.

P. ¿Incluso Ironmans?

R. Sí, sí. Hay un par de personas que me dicen ‘cuando estés preparado, te tenemos con nosotros y te preparamos’. Es mucho trabajo, y ahora mismo no tengo el tiempo libre necesario, pero creo que el baloncesto me quitó muchas cosas. Mis tobillos están fastidiados, la espalda… como deportistas nos  gusta pensar que somos de los mejores del mundo, así que me digo ¿qué más podría hacer?  Completar un maratón o un Ironman está arriba del todo en mi lista de logros.

Espero que Marc mantenga su foco en la pintura, porque él es demasiado bueno allí como para que Memphis pueda permitirse perder esa virtud

P. ¿Echa de menos el baloncesto, la competición?

R. Sí, desde luego. Echo de menos la capacidad de desarrollar mi trabajo y hacer que los compañeros mejoren gracias a eso. Echas de menos hacer sentir tus habilidades al rival, levantar a tus fans cuando juegas en casa y hacerles hincar la rodilla cuando juegas fuera. Son sentimientos sin parangón, y no sientes eso lejos de la pista. El problema del baloncesto es que no puedes jugar toda la vida, y menos a ese nivel. Cuando vas creciendo tienes que trabajar el doble o el triple de duro para mantenerte al nivel. Cuando te acercas al final de tu carrera, tu ego se entromete en el camino, porque te dice ciertas cosas que puedes hacer, y sabes que puedes hacerlas, pero a veces es a expensas del equipo. Tienes que aprender a hacer las cosas diferentes, a no ser el tipo que recibe la pelota al final del partido. Tienes que sentarte más en el banquillo, porque tu cuerpo va a menos.

P. ¿Qué se necesita para ser un especialista en triples y a la vez un buen jugador de equipo?

R. Todo gira en torno a ser un buen compañero de equipo a diario. Sin duda requiere que llegues a tiempo, o incluso mucho antes de la hora fijada para los entrenamientos. Es un trabajo que puedes realizar por ti mismo, y después cuando llegan tus compañeros les puedes ayudar. Siempre he intentado fomentar un ambiente de compañerismo: si alguien necesita más tiros antes de empezar a entrenar, siempre he estado allí para ayudarle con sus tiros extra. Siempre he animado a los compañeros a venir conmigo a practicar más tiros, y siempre hay competiciones de tiros libres, triples… Eso me ha ayudado a mí en términos de competición, para entrar en calor y meterme algo de presión. También ha hecho que los que estaban a mi alrededor hayan mejorado.

P. Lleva tres años sin jugar, ¿ha cambiado mucho el juego desde entonces?

Allen, en el Jordan Brand Classic, en Barcelona.
Allen, en el Jordan Brand Classic, en Barcelona.

R. El juego está cambiando. Se está volviendo más imprevisible de tanto jugar para los triples. Hace tres años el juego ya estaba encarado al tiro de tres. Pero cuando yo entré en la Liga, el estilo consistía más en meter balones adentro, era más tradicional, más de trabajar bien los tiros, más especializado. Con el paso del tiempo se empezó a ver la línea de tres como un arma más común, y a los entrenadores preparando más y más jugadas para la línea de tres. Cuando entré, los entrenadores casi odiaban que alguien lanzara un triple, eso no era buen baloncesto. Ahora es distinto, no es ningún problema y hay muchos jugadores polivalentes. Pero es algo circunstancial. Son ciclos. Y volveremos a lo otro.

P. El ‘small ball’ y el triple es un tipo de juego cada vez más utilizado ¿Qué opinión le merece?

R. Sí, aunque creo que tiene más que ver con los jugadores que con el estilo. Hay cada vez menos hombres altos que jueguen de espaldas al aro. En mi caso, siempre fui un buen tirador de perímetro, pero tenía entrenadores que luchaban contra mis tiros lejanos, y yo no entendía por qué decían eso si metía el 46% de los triples. Ahora, cuando alguien tira de lejos, los entrenadores saben que pueden meterla e incluso preparan jugadas o defienden ese tipo de tiros para ganar el rival. A los fans les gusta eso, porque suben los marcadores. A los espectadores de Estados Unidos, les encantan los partidos con mucha anotación.

P. Hasta pívots como Marc Gasol se han apuntado al carro.

Cuando yo jugué en Boston éramos muy tradicionales, pero con Isaiah Thomas juegan un sistema abierto que les permite crecer por sí mismos

R. Sí, ha mejorado muchísimo. Me encanta que pueda aportar eso, porque hace mucho más peligroso a su equipo. Pero tiene tanto talento para imponerse bajo el aro que casi odio que salga de la zona de esa manera. Si lanza triples, pierde la oportunidad de rebotear más, ya que no hay hombres altos dentro del perímetro. Es una línea delgada con la que debes trabajar.

P. ¿Considera que ese nuevo estilo de juego, con Marc en posiciones muy abiertas, beneficia a Memphis Grizzlies?

R. Bueno, como tienen a Zach Randolph pueden seguir limpiando el aro mientras Marc juega fuera. No les he visto demasiado este año, pero si él puede anotar de manera consistente, creo que va en sintonía con la evolución del juego. En Europa, con la línea de tres más cercana, ya se veía a muchos hombres altos tirando desde fuera. Los partidos internacionales eran un rompecabezas para nosotros, porque teníamos que sacar de la pintura a nuestros pívots y eso nos quitaba el poder de rebotear. Entiendo que en situaciones de final de partido pueda sumar esos triples, pero creo y espero que Marc mantenga su foco en la pintura, porque él es demasiado bueno en esas posiciones como para que Memphis pueda permitirse perder esa virtud.

P. ¿Qué opina sobre los Celtics?

R. Isaiah Thomas es un ejemplo del jugador sobre el que se construye una franquicia. El entrenador llega y le da libertad en la cancha para que desarrolle el juego que necesita. Me encanta verle jugar, porque cuando yo jugué en Boston éramos muy tradicionales, movíamos el balón para encontrar el mejor tiro. Pero con él, juegan un sistema abierto que les permite mejorar por sí mismos. Al Horford no es un gran tirador, pero ahora cada vez es más consistente desde media distancia. El entrenador observa lo que tiene en la pista y construye un sistema entorno a ello, y eso es lo que les permite tener  éxito.

P. ¿Qué momentos de su carrera recuerda con más agrado?

R. Diría que el cuarto partido contra Los Lakers en las Finales de 2008, cuando perdíamos por 24 puntos. Remontar eso fue muy duro, porque emocionalmente se dice mucho eso de dejarlo todo sobre la cancha, pero en ese partido sentí que si hubiera tenido que seguir jugando me hubiera desmayado. Lo dejé todo allí. También recuerdo unas series contra Chicago, en 2009, en las que tuvimos que superar dos partidos con doble prórroga.

P. Pau Gasol se refiere al séptimo partido de la final de 2010 como uno de los más tensos y dramáticos de su carrera. ¿Cómo lo recuerda usted?

R. Sí, perdimos ese partido después de liderarlo casi todo el tiempo hasta los minutos finales. Después, ellos tomaron el mando. El viento podría haber soplado a nuestro favor y fácilmente podría haber sido nuestro el campeonato. Tuvimos una gran oportunidad, pero no tengo ninguna espina clavada. Fui cuatro veces a las finales, gané dos y perdí dos. Siempre puedes pensar que podrías haberlo hecho mejor, pero yo sé que trabajé lo necesario para conseguir nuestro objetivo, así que no me debo nada.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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