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Fernando Torres y el Atlético sin miedo, pero con precaución

El delantero regresa tras el sobrecogedor percance de Riazor en un partido en el que Simeone no se fía de la ventaja (2-4) en Leverkusen

Ladislao J. Moñino
Fernando Torres, en el entrenamiento del martes.
Fernando Torres, en el entrenamiento del martes.SERGIO PEREZ (REUTERS)

Miedo, no. Susto, tampoco. Fernando Torres solo tuvo conciencia del impacto del golpetazo con Alex Bergantiños en Riazor y del revuelo que generó en los días siguientes al percance. Torres ha entrado en la lista de convocados para recibir este miércoles al Bayer Leverkusen (20.45, beIN) y no se descarta que tenga minutos para contribuir a hacer bueno el 2-4 logrado por el Atlético en el partido de ida. Durante la última semana, el delantero ha relatado sus sensaciones a compañeros y empleados del club y a su círculo de allegados como una mera anécdota, una muesca generada por el mero oficio de futbolista. Torres agradece las muestras de cariño y comprende la preocupación que generaron las imágenes. El intento de Gabi y Vrsaljko por evitar que se tragara la lengua o la cara de pánico de Giménez temiéndose lo peor.

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El miedo a los choques o a los golpeos de balón con la cabeza son una de las secuelas que más preocupan ante un percance como el suyo. El lunes, en su primer entrenamiento con todo el grueso del grupo, El Niño confirmó a ojos de Simeone y de los servicios médicos del club su ausencia de pánico. Se entrenó con normalidad, repartió sonrisas y transmitió naturalidad y tranquilidad. En su deseo por instaurar la normalidad lo antes posible ha tratado de acelerar su recuperación una vez superado el protocolo preventivo y paulatino que la UEFA recomienda en golpes que generan la pérdida momentánea de la consciencia. Bicicleta, trote, carrera continua, entrenamiento con el grupo y una revisión del cuello han sido los pasos que ha seguido con ciertas ansias. Las mismas que mostró cuando no estaba previsto que hace dos domingos acudiera al Calderón para asistir al Atlético-Valencia.

Con Gameiro de baja por una lesión que puede esconder problemas de pubis, y con la cautela que preside ese tipo de lesiones, la reaparición de Torres es un alivio para el Atlético ante una recaída del francés. A Gameiro lo reserva su entrenador para el trascendente encuentro contra el Sevilla.

Simeone no se fía del Leverkusen. “Siempre interpreto los partidos de una sola manera. No importa la competición, sino valorar la camiseta que llevamos. Ya sea amistoso, Copa, Liga… Me preocupa todo. Tenemos un rival con una velocidad en salida muy buena, que va a ser muy peligroso”, advierte El Cholo. Desde que finalizó el partido de ida, Simeone no ha dejado de lanzar el mensaje de que las eliminatorias son traicioneras, de que en el fútbol todo es posible. Tiene sancionados a Gabi y a Filipe, pero si hubiera podido contar con ellos lo habría hecho. Desde el realismo, la Copa de Europa, con todo lo que tiene de complejidad por la altura de los rivales y lo que puede penalizar un mal día, es el único título al alcance del Atlético. De salvar el escollo del Leverkusen, estará a cinco partidos de poder alcanzar el objetivo que obsesiona al plantel tras los varapalos de Lisboa y Milán. El tropiezo generaría una sensación de desamparo y de vacío de la misma dimensión que el destrozo que en términos económicos y de prestigio causaría la eliminación. Como en el caso de Torres, no hay miedo, pero sí una dosis considerable de precaución.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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