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El Eibar aprovecha el desconcierto del Villarreal

Dos malas decisiones arbitrales condenan al equipo de Escribá ante el intenso conjunto armero

Kike García celebra su gol ante el Villarreal.
Kike García celebra su gol ante el Villarreal.JOSE JORDAN (AFP)

En la semana que se ha discutido sobre la conveniencia o no del VAR, el Villarreal hubiese querido que el sistema del videoarbitraje estuviese implantado en la Liga. Dos acciones marcaron el partido, dos decisiones erróneas consecutivas de los colegiados que perjudicaron al conjunto de Escribá. En la primera, Kike García simuló una caída que el árbitro interpretó como penalti que valió el empate del Eibar. Inmediatamente después, en el área contraria, no se señaló pena máxima tras un centro de Mario que interceptó con la mano Leujene. Ambas jugadas, en el inicio de la segunda mitad, desquiciaron al Villarreal, aprovechando el Eibar el nerviosismo local para alcanzar dos contras y matar el partido. Kike García fue el héroe eibarrés con la jugada del penalti y autor del segundo gol del Eibar que se postula candidato a las plazas europeas y frena a un Villarreal herido tras dos derrotas consecutivas.

El agradable mediodía primaveral en Vila-real, el perfecto estado del terreno de juego, dos equipos atractivos de ver, fundamentaban argumentos suficientes para que se diera un buen partido en el Estadio de la Cerámica que arrancó con menos vistosidad de la prevista, prudentes ambos conjuntos, reconocibles y que se respetan. Tras una inicial incursión de Bakambu desde el costado izquierdo que Soldado no acertó a embocar en la portería de Yoel, se pasó a un periodo de indefinición sin conceder nada las defensas, renovada el eje de la zaga del Villarreal con la alineación de Bonera y Álvaro, sancionado Víctor Ruiz y con Musacchio en la reserva recién aterrizado tras el partido disputado con Argentina en Bolivia.

Demandaba el choque alguna acción que alterara el orden, que diera picante a un partido sin sustancia. Y llegó pasado el cuarto de hora, en un centro lateral de Mario que hizo bueno Roberto Soriano ganando la posición a Capa y rematando de cabeza con potencia sin posibilidad alguna para Yoel. Soriano, ya al final, anotaba un nuevo gol, el octavo de su cuenta, que no evitó la derrota del Villarreal.

La desventaja obligó al Eibar a replantear su propuesta. Recuperó su esencia el conjunto de Mendilibar, presionando en campo contrario, aumentando la intensidad, encimando Escalante y Dani García a Bruno y Trigueros, incómodos los mediocentros amarillos obligándoles al error a la hora de iniciar el juego. Mendilibar retiró a Capa antes de llegar al descanso. Retrocedió el Villarreal ante el empuje armero que tan solo pudo asustar en los primeros 45 minutos con las diagonales de Inui y dos faltas al borde del área de Andrés Fernández lanzadas sin éxito por el especialista Pedro León.

Nada más reanudarse el encuentro, se encontró el Eibar un penalti inventado por Kike García sin que ningún defensor amarillo le tocara, cayendo el árbitro en la picaresca del delantero armero. Pedro León convirtió en gol la pena máxima. La indignación de los jugadores del Villarreal y de la grada se multiplicó posteriormente con una mano escandalosa de Leujene a centro de Mario incomprensiblemente no señalada dentro del área de Yoel. El Eibar aprovechó la ira y el desconcierto del conjunto de Escribá para alcanzar una contra convertida por Kike García.

La reacción del Villarreal fue imprecisa, insuficiente. El Eibar aprovechó un exceso de confianza de Jonathan dos Santos para matar el partido con un gran gol de Inui, haciendo inútil el tanto final de Roberto Soriano. El conjunto de Mendilibar sacó rédito a una mala tarde arbitral derrotando al conjunto castellonense superado por la contrariedad.

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