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El Sevilla agranda su crisis ante el Sporting

Meritorio punto del Sporting ante un rival que pierde la tercera plaza y ofrece síntomas de una preocupante caída. Los de Sampaoli se dejan su noveno punto en cuatro jornadas

Rafael Pineda
Lillo pelea el balón con Sarabia.
Lillo pelea el balón con Sarabia.CRISTINA QUICLER (AFP)

Mal momento escogió Monchi para certificar el adiós al club de su vida. El Sevilla profundizó su crisis con un empate a cero en casa ante un bravo Sporting, que soportó con orden y un buen Cuéllar los alocados intentos de un equipo andaluz que ya no depende de sí mismo para ser tercero. Son ya cuatro los partidos sin ganar del cuadro de Sampaoli, inmerso en un bache incuestionable por más que no se le pueda reprochar la búsqueda del triunfo ante el último aliento. El Sevilla, ahora mismo, solo es lo que le pueda ofrecer Vitolo. El resto son dudas, ausencia de respuestas de Sampaoli, evidente falta de frescura mental y física y, en definitiva, un panorama complicado para pelear la tercera plaza con el Atlético. Monchi, ya fuera del palco, contempló triste el primer partido del Sevilla después de escenificar su adiós. Bien haría Sampaoli y el grupo en amarrar la cuarta plaza ante este declive tan evidente. Quizás el problema venga también de una estructura que se ha tambaleado con todavía mucho en juego en el campo. Nunca las dudas fueron amigas del progreso deportivo.

El Sporting, mientras, utilizando sus armas, perdiendo tiempo de manera continua, sufriendo lo indecible, se lleva un punto que le sabe a gloria en un escenario poco propicio. El miércoles le espera una final, con todas las letras, ante el Málaga. Está en buen momento y son ya tres los partidos seguidos que lleva sin perder.

No está fino el Sevilla. El trauma de la eliminación en la Liga de Campeones pesa en la mente de los futbolistas y tiene algo bloqueado al entrenador. La Liga entra en su momento decisivo y da la impresión de que el equipo andaluz parte con cierta desventaja en la pelea por la tercera plaza. La maquinaria se le ha parado a Sampaoli. Eso se demuestra en partidos ante equipos tan necesitados como el Sporting, que se defienden con uñas y dientes en su delicada situación, que muerden en cada metro de césped como si le fuera la vida en ello. Ante ese despliegue, se necesita velocidad, desborde y claridad de ideas. El Sevilla no dispone ahora de esas cualidades. Ni N’Zonzi ni Nasri generan fútbol y solo Vitolo es capaz de tener esa marcha más tan necesaria a estas alturas de competición. Además, con algunas bajas en defensa en el cuadro andaluz, el Sporting se permitió incluso el lujo de asustar al Sevilla.

La primera parte del cuadro de Sampaoli fue muy discreta. El Sevilla solo alumbró una ocasión a los 10 minutos en un disparo de Nasri que detuvo Cuéllar. El resto fue un ejercicio de impotencia frente a un rival muy ordenado, que incluso vio cómo se le pitaba un penalti a favor bien corregido luego porque había fuera de juego previo de Carmona. Desconocido y sin chispa, echando en falta soluciones desde el banquillo, el Sevilla sembró la inquietud entre su gente.

Cuéllar le hizo la parada de la jornada a Vitolo a los cuatro minutos de la segunda parte. El Sevilla, al menos, tuvo la virtud de la meter al Sporting en su campo. Con más empuje que fútbol, los de Sampaoli lo intentaron hasta el final, algo que no se les puede negar. El problema es más profundo y obedece a muchos factores. El equipo está cascado, no tiene ninguna agresividad y ha perdido el empuje del factor emocional que le inculcó su técnico, que recurre a viejas soluciones, como colocar a Iborra de delantero centro. En el colmo de esta crisis, el Sevilla carece de esa pizca de precisión que define los partidos. Por ejemplo, en el jugadón de N’Zonzi que acabó con un disparo alocado solo en el área. También en un centro de Sarabia demasiado fuerte con Iborra solo para empujar a gol. El Sporting, pasito a pasito, perdiendo tiempo, recurriendo a las lógicas tretas del equipo inferior para el que un punto es la vida, se llevó un magnífico punto, que premia su espectacular esfuerzo. El Sevilla, mientras, no puede pelear en las actuales condiciones por la tercera plaza. Y el miércoles espera el Barcelona. Sampaoli debe buscar soluciones porque un equipo que aspiraba a todo se ha caído de forma lamentable en el último mes.

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