_
_
_
_
_

Un triplete de Rossi ante Las Palmas pone al Celta en el camino europeo

Tres goles del delantero italiano liquidan a Las Palmas, sin fortuna en momentos puntuales y también sin tensión defensiva

Futbolistas del Celta celebran el primer gol de Rossi a Las Palmas.
Futbolistas del Celta celebran el primer gol de Rossi a Las Palmas.Salvador Sas (EFE)

Ganó el Celta y se ilusiona por engancharse al vagón europeo de la liga porque transita ahora a seis puntos de la séptima plaza tras ganar a Las Palmas, y tiene en la recámara un partido más que sus rivales directos, el que debe disputar ante el Real Madrid justo antes del epílogo del campeonato. Ganó bien el equipo de Berizzo en un partido que tal como se sospechaba resultó un ameno entretenimiento. Porque en Balaídos se juntaron una pléyade de peloteros que invitaban a aguardar un cierto esplendor futbolístico. Lo que resultó fue un duelo con matices, con buen fútbol, pero también con gruesos errores y decisivas desatenciones, en todo caso un combate entre estilistas.

El Celta se llevó los puntos porque fue quien mejor optimizó sus capacidades y cercenó las del rival, incomodó a Las Palmas, llevó hacia el equipo que dirige Quique Setién hacia el error, le negó durante bastantes minutos la posibilidad de juntar pases y ahí les duele a los amarillos. Fue ese Celta reconocible que se despliega por todo el campo en persecuciones que buscan la pelota para edificar ataques frenéticos. Por ahí estaba la decisión del partido y quizás así lo intuía poco antes de saltar al campo Eder Sarabia, el segundo entrenador de los canarios. En las imágenes de los camerinos que distribuye La Liga se le escuchó incidir ante sus futbolistas sobre la importancia de disfrutar del esfuerzo defensivo, de darse el gusto de recuperar la pelota. Fue ahí justo donde perdió el partido Las Palmas y lo ganó el Celta. Y desde bien pronto, desde que cerró los primeros 17 minutos con un gol a favor y dos remates al larguero.

Ese inicio laminó a Las Palmas, que acabó el partido en el área rival, pero que penó porque pese a las arengas salió al campo destensado y eso es un pecado ante un equipo que encima de manera febril. Lo que se presumía una mutua orgía futbolística se convirtió en un festín exclusivamente celeste, siempre con Iago Aspas para prender la traca, para bailar claqué con Dani Castellano en la línea de fondo y habilitar a Jozabed para que avisase con un remate al palo o para ejecutar una falta que lo peinó tras rechace en la zaga. Marcó durante esa hemorragia el Celta tras un regalo de Bigas a Rossi, que dispuso de minutos y reivindicó que su importancia en el equipo va más allá de su irreprochable aportación en el día a día. El delantero italiano selló un triplete, ejerció de finalizador. Tras tanta hiel, después de tanta lesión, necesitaba algo así; también el equipo precisaba sentir que él podía hacerlo.

Un gol mal anulado

En desventaja trató de llamar a su fútbol Las Palmas. Cuando llegó se topó con un error arbitral y de inmediato les golpearon de nuevo para sacarles del partido. Hubo un momento, apenas pasada la media hora de partido, en el que el Celta se aculó en su área. Mostró que cuanto más atrás defendiese más iba a sufrir porque los magníficos pasadores canarios (hasta nueve futbolistas autóctonos alineó Setién en el once) encontraron tiempo y espacio para ejercer. Apareció Jonathan Viera en la zona de la verdad. Marcó David Simón, pero el asistente arbitral hiló fino, se equivocó y anuló un gol que debió subir al marcador, el preludio de la feroz respuesta del Celta en otro nuevo brote talentoso de Aspas, que volvió a sacar a la pista de baile a Castellano y armó un remate que Raúl Lizoáin apenas pudo despejar hacia la boca de gol para que Rossi la empujase a la red con ayuda del propio David Simón.

Andreu Fontàs despeja la pelota ante el acoso de Boateng.
Andreu Fontàs despeja la pelota ante el acoso de Boateng.Salvador Sas (EFE)

Quedaban diez minutos para el descanso y Las Palmas aún emitió un último estertor, un remate al larguero de Vicente Gómez tras dejada de Boateng, otra evidencia de que el Celta no debía recular si no quería sufrir. Se acopló en esa idea tras el receso, encontró la sentencia tras otra desatención canaria en la circulación de la pelota y una respuesta electrizante con monumental pase de Jozabed para que definiese Rossi con un magnífico zurdazo cruzado. Comenzó entonces un inocuo trantrán en el que Bigas persiguió con ahínco quitarse el mal sabor de boca del error que abrió el partido. Primero obligó a Sergio Álvarez con un excepcional zapatazo desde treinta metros y luego anotó tras una acción a balón parado, eterna tara viguesa. Las Palmas se ilusionó con anteriores remontadas ante el Celta. Tuvo una clarísima ocasión para descontar Viera, pero a la postre todo quedó definido tal y como estaba, el equipo de Berizzo mira hacia arriba y el de Setién se aboca a la necesidad de sumar un poco más para garantizar la permanencia, pero sobre todo a no dejarse llevar y hacer justicia en la recta final a su magnífico despliegue durante tantos meses.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_