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Mínima ventaja para el Celta ante un talentoso Genk

El superviviente español en la Europa League tendrá que volver a ganarse el pase al límite lejos de Balaídos tal y como hizo en anteriores fases de la competición

Pablo Hernandez, del Celta, salta sobre Sander Berge, centrocampista del Genk.
Pablo Hernandez, del Celta, salta sobre Sander Berge, centrocampista del Genk.MIGUEL RIOPA (AFP)

Como ocurrió en Atenas, en Jarkov o en Krasnodar, el Celta deberá buscar su pervivencia en Europa lejos de Vigo. Las semifinales de la Europa League, la oportunidad de superar su techo en el continente y apuntar al primer título de su historia pasa ahora por Genk, por superar a un equipo sin heráldica, pero sobrado de fútbol y con una juvenil frescura que propició en Balaídos un hermoso partido que debe tener continuación en feudo belga por más que haya tanto en juego. Celta y Genk no están acostumbrados a mostrarse entre la nobleza de las competiciones europea, pero si han llegado a ese punto no es por tener mal de altura. Donde otros se bloquean o plantean partidos cerrados y plenos de tensión ellos optan por darle alegría a su corazón y al de quienes disfrutan de tanto desprendimiento.

El Celta concedió nada más empezar un gol que le incomodó y seguramente lo hará durante toda la eliminatoria, un golpe que cabía aguardarse visto que enfrente tenía a un descarado. El Genk se manejó con una púber insolencia, con una alineación inicial con Pozuelo como futbolista más veterano. El sevillano porta el brazalete de capitán y tiene 25 años. En la liga española aún se le consideraría una promesa, en su destino belga es capitán general y dirige a una tropa de meritorios que son un cheque al portador para un equipo que en enero ingresó 30 millones de euros al traspasar a Ndidi y Leon Baily, casi dos imberbes.

Manchester United, Ajax y Lyon encarrilan el pase a semifinales

El Manchester United, que empató en Bruselas al Anderlecht (1-1). Tuvo la victoria en la mano el equipo de Mourinho gracias a un gol de Mkhitaryan en la primera parte, pero a cuatro minutos del final empató Dendocker.

En Amsterdam, el Ajax venció al Schalke y mantuvo su meta a cero (2-0). Marcó Klaessen, uno de ellos de penalti mediada la primera parte y otro al poco de regresar del descanso tras jugada de Justin Kluivert.

En Lyon el partido dio comienzo con 50 minutos de retraso por incidentes en la grada. Se adelantó al cuarto de hora el Besiktas con gol del exdeportivista Ryan Babel, pero en dos minutos remontó (2-1) el Olympique casi sobre la bocina en un final frenético porque Mammana remató al palo, poco después empató Tolisso y Morel culminó con un gol tras cesión comprometida y fallo de Fabricio, otro exjugador del Deportivo.

Los partidos de vuelta se disputarán el próximo jueves día 20 de abril.

El Genk no conoce la cautela y esa desfachatez le da, pero también le quita. Le otorgó una ventaja inicial tras una excelente maniobra de Trossard para romper la cintura a Fontàs y habilitar el remate de Boëtius; luego le penalizó por sus agujeros en la zaga y su ausencia de oficio porque el Celta seis minutos de verse en desventaja ya mandaba en el marcador. Y antes del descanso había marcado el tercero. Uno de los goles, el que finalizó Aspas con un golpeo preciso de zurda, premió la fiereza del equipo de Berizzo en la presión, pero el primero y el tercero castigó al Genk por su incapacidad para encimar a los delanteros locales. Guidetti, con gasolina para una hora tras varias semanas lesionado, resultó indomable: taconeó para Sisto en el primero, más tarde el sueco trazó una pared con Aspas y sacó el remate en solitario con seis rivales en cinco metros cuadrados para encarrilar el partido para el Celta. Antes y después el Genk mostró recursos ganadores cuanto más lejos estaba de su portería y destiló debilidad si se paraba cerca de la propia. Le gusta tocar, pero no desdeña la verticalidad así que estamos ante un sosías del Celta.

El final de la primera parte, con el Genk rondando a Sergio Álvarez alertó sobre que ese tipo de partido ya no le convenía al Celta. Acertó a pararlo el equipo vigués tras regresar de la caseta, bajó revoluciones con balón y se replegó sin él para obligar a que su oponente madurase las acciones y no explotase los espacios como había demostrado que sabe hacerlo. Pero quitarle ritmo a un partido del Genk es como parar un tren de alta velocidad con la palma de la mano. Entró Buffel, de 36 años, que aporta el contrapunto a tanta bisoñez, pero se maneja como un juvenil más y ayudó a retomar el frenesí. Marcó en un doble remate que debió evitar Jonny, confiado para dejar irse por la linea de fondo un balón que acabó en la red.

El Celta se sintió incómodo entonces con el marcador, pero ya lo estaba en el partido. Tocados ambos equipos por el esfuerzo, por tanta generosidad futbolística, los espacios escasearon en un final roto, pero sin aliento, en el quien se destapase de más tenía todos los boletos para encajar a la contra. Nada ocurrió en ese epílogo, pero en el baile de Genk se anuncia más mambo. Allí el Celta necesitará al menos guardar el empate y visto lo visto no parece probable que lo vaya a hacer sin sobresaltos propios y ajenos.

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