_
_
_
_
_

Rulli: “Si no aspirara a ser el mejor, me iría a casa”

El portero de la Real Sociedad explica cómo se ha adaptado a las exigencias de Eusebio de salir con la pelota jugadas desde atrás

Jordi Quixano
Rulli, en el derbi vasco.
Rulli, en el derbi vasco. NurPhoto via Getty Images

Acabado el entrenamiento de ayer, Gerónimo Rulli (La Plata, Argentina; 24 años) tiene prisa porque ha llegado su mamá desde Argentina y quiere comer junto a ella. “Vino para verme jugar ante el Barcelona”, explica el portero, que nació justo el día en que Koeman metió la falta en Wembley para darle la primera Copa de Europa al equipo azulgrana. Y, desde hace unos meses, para Rulli jugar no significa solo parar, sino que también es ser la raíz del juego, apuesta del técnico Eusebio que ha puesto a la Real en la pelea de las plazas europeas.

Pregunta. ¿Qué pensó cuando Eusebio le dijo que el portero también juega con los pies?

Respuesta. Al principio tenía un poco de temor al fallo. Pero el mister, que sabía que no estábamos acostumbrados a ese fútbol, me dio la confianza en todo momento. Quería que le perdiéramos el miedo al error. Así que cuando vimos que después de la tercera pelota perdida seguíamos intentándolo, entendimos que íbamos a jugar así. Y pensé: ‘O me sale o lo dejo’. Me hizo ver el fútbol de otra manera, mucho más divertido porque me gusta la responsabilidad. Lo asumí y me encanta, tanto que ahora me parecería extraño no intentar salir desde atrás jugando la pelota.

P. La afición de Anoeta, al principio, no parecía convencida con la propuesta del equipo, ¿verdad?

R. Obvio. Es que a nosotros al inicio también nos parecía chocante. Por lo que cuando perdíamos una, a la siguiente la tirábamos arriba. Pero el mister insistió y ya no quedó otra. Y realmente se pierde el temor a equivocarte.

“Nos chocaba jugar desde atrás, pero el míster insistió y ya no quedó otra”

P. ¿Han marcado algún gol con un primer pase suyo?

R. Sí, creo que tres. Y es una satisfacción porque jugamos así para ganar y creo que sacamos los mejores resultados con esta idea. Es, también, una gran alegría que hace que te agarren más ganas de intentarlo.

P. ¿Es el portero el futbolista que más ha evolucionado en los últimos tiempos?

R. Sin duda. Pero es normal porque el fútbol evoluciona y cada vez se tiene más en cuenta la posesión de la pelota. Por eso el arquero es muy importante, porque ve todo el campo de frente y tiene más visión. Hace una década era muy distinto porque se trataba de atajar; ahora, ya no solo es eso sino que también tienes que jugar mucho más adelantado, sacar el balón con criterio… Pero es bueno porque todo ello te hace crecer.

P. Aunque no sea lo mismo que marcar, participar en el gol quizá le acerque a las sensaciones que tenía su ídolo Chilavert, un portero que lanzaba faltas y penaltis, que hacía regates y corría con el balón.

R. El Chila era lo más grande. Pero era otra época. Creo que Hubiese disfrutando mucho más en esta. Aunque a mí no me preocupa marcar goles, prefiero que los hagan mis compañeros y yo mantener el arco a cero. Eso sí, si un día me toca marcarlo, lo festejaré como nadie.

P. ¿Chilavert era un loco cuerdo?

R. Todos los porteros debemos tener un grado de locura. Somos diferentes de los demás porque vestimos distinto, podemos agarrar el balón con las manos…

P. Aunque con esta idea de ser la raíz del juego, ¿el portero ya no se siente tan solo?

R. Son sensaciones diferentes. Antes sí que te sentías más excluido del juego colectivo. Pero se da ocasiones en las que todos atacan y tú te quedas atrás y no te llega ninguna pelota. Aunque bueno, quizás lo prefiero…

“Ante el Barça se trata de hacerles correr, que es lo que no les gusta”

P. Pero cuando el rival llega poco, se dice, aparece el buen portero. ¿La diferencia entre un portero bueno y uno grande la marca la cabeza o las manos?

R. Quizá más la cabeza. Todos los de élite manejan muy bien esas situaciones.

P. ¿Usted trabaja el apartado psicológico?

R. Sí, hago muchas cosas, pero el primer acierto siempre es ser autocrítico. Y yo lo soy mucho.

P. Decía Víctor Valdés, sin embargo, que en todos los goles tenía parte de culpa porque podría haber hecho más. ¿Usted también lo ve así?

R. Sí. Aunque a veces no hay muchas opciones, siempre siento que puedo ayudar más a mis compañeros. Es la bronca que uno siente y se dice: ‘Puta, me lo hicieron’.

P. ¿Y existe la parada perfecta?

R. Bufff… Igual parar un penalti en el minuto 93 en la final del mundo.

P. ¿Y a usted cuál es la parada que más le gusta hacer?

R. El mano a mano porque es un uno contra uno. El portero contra el delantero donde gana el mejor.

P. ¿Usted aspira a ser el mejor del mundo?

R. Si no fuera así, me iría a casa. Y pienso que voy por el buen camino porque llevar 100 partidos con la Real habla que no lo estoy haciendo mal. Claro que se puede mejorar, sin dudas. Pero yo quiero ser el mejor, quiero hacerlo porque soy ambicioso y la Real me ayuda a ello.

“Yo siempre aspiro al máximo y cuando uno ve la clase de partidos de esta semana de Champions… Pues quiero jugarla, sentirla”

P. Aunque causó revuelo cuando dijo que le gustaría jugar en el Madrid porque por su historia era el mejor…

R. Eso quedó atrás. Es uno de los mejores del mundo, pero me debo a la Real. Y no estoy apurado por irme porque veo que hay un proyecto muy bueno. También el Barça es uno de los mejores y es un orgullo jugar contra ese equipo, donde juega Leo que es el más grande.

P. ¿Pero su ambición pasa por jugar en un grande?

R. Yo siempre aspiro al máximo y cuando uno ve la clase de partidos de esta semana de Champions… Pues quiero jugarla, sentirla, porque estoy preparado para ese reto. Y espero que sea con la Real; sería una lástima no cumplir ese objetivo.

P. En la selección…

R. No, no. De la selección no hablo. Así lo acordamos los jugadores.

P. Bueno, pues hablaba del Barça, que no llega en su mejor momento tras la debacle ante la Juve. ¿Es una buena oportunidad para volver a hacerle daño con en el duelo de la ida de la Liga?

R. Bueno, el mismo Barcelona jugó muy bien contra el Sevilla. No hay que exagerar por dos partidos perdidos. Es el Barça y ahí juegan los mejores. Aunque tenemos claro que, como en el empate de Anoeta, debemos jugar así, siendo protagonistas. Es el camino adecuado.

P. ¿Pero se pueden asumir tantos riesgos ante la presión avanzada del Barcelona?

R. Nos equivocaríamos si cambiáramos. Es nuestro juego y se trata de hacerles correr, que es lo que no les gusta.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_