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Sobre arena, Nadal borra a Zverev

El de Manacor cede solo dos juegos ante el alemán, anulado desde el principio (doble 6-1, en solo 68 minutos). En los cuartos de final, el balear se medirá al argentino Schwartzman (6-3 y 6-0 a Struff)

Alejandro Ciriza
Nadal saluda a la grada de Montecarlo tras vencer a Zverev.
Nadal saluda a la grada de Montecarlo tras vencer a Zverev.SEBASTIEN NOGIER (EFE)

Cosas del calendario, al joven Alexander Zverev le tocó una cita con Rafael Nadal el día de su 20º cumpleaños. Una cita sobre arena. Es decir, algo así como una visita al dentista o uno de esos encuentros engorrosos en los que la cosa puede ir mejor o peor, pero en los que casi siempre se acaba pasando un mal rato. Y el mal rato del alemán fue un muy mal rato. Muy malo. Entre que él encaró la tarde con un punto desidioso y al balear le dio por hacer una exhibición de autoridad, después del trastabillado triunfo del día anterior, contra el británico Kyle Edmund (en 2h 18m), resultó que lo que el programa definía como un partido atractivo quedó en muy poquita cosa.

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Nadal no dejó ni una brizna del pastel. Venció el de Manacor (doble 6-1, en tan solo 68 minutos) y anuló por completo al alemán, el adversario que en sus dos compromisos previos se las había hecho pasar canutas. Pero, claro, existe un matiz. Y es rojizo. Es la tierra batida, superficie que el uno controla mejor que nadie –o, al menos, como nadie junto a Guillermo Vilas, aún…– y el otro aún debe descifrar. No es lo mismo el bote veloz de Indian Wells o Melbourne que el vuelo parsimonioso de la pelota en el coso del Principado.

En estos lares, la bola concede un instante de pausa, para pensar, y ahí muy pocos se desenvuelven como Nadal. A Zverev, proyecto de inmenso jugador, de número uno, todavía la hace falta mucho recorrido en este tipo de escenarios. Sabe pensar, y muy bien, desde luego, pero esta vez se quedó en blanco y el español le barrió en un santiamén. Se desesperó Sascha, porque no le salía una y Nadal no le dio tregua ni un solo instante. El joven masticó sin parar la cadena que envuelve su cuello, soltó algún que otro exabrupto y terminó reventado su raqueta. Mal día para cumplir años, no hay duda.

Enfrente, una locomotora. No brilló Nadal porque ni siquiera lo necesitó. Tiró de su versión más oficiosa y con eso le bastó para apuntarse una tunda y citarse en los cuartos de final con el argentino Diego Schwartzman (6-3 y 6-0 a Jan-Lennard Struff). El español quebró cinco veces el servicio del alemán –dos en el primer parcial y tres en el segundo– y no le concedió ni una sola de break. Zverev, mientras, se desmigó solo. La frustración le condujo a cometer 34 errores no forzados y a anotarse solo 26 puntos de los 57 que se decidieron con su saque. Nadal, mientras, pesó sobre él como el plomo.

Tras las dudas frente a Edmund disfrutó de una tarde plácida y desembarcó en los cuartos de Montecarlo. Un espacio rutinario para el mallorquín, puesto que siempre ha alcanzado esa ronda a excepción del año de su debut, en 2003. Le observaba Vilas otra vez desde la grada, temiendo que tal vez este fin de semana (o en las próximas ocho semanas) puede deshacerse el empate (49 títulos por cabeza) que les empareja actualmente sobre arcilla. Ahora, Nadal está a tres pasos. Y sin Andy Murray (apeado por Albert Ramos) ni Stan Wawrinka (por Pablo Cuevas) de por medio. Pinta bien.

CRUCES DE CUARTOS DE FINAL

11.00: Albert Ramos - Marin Cilic
A continuación: Pablo Cuevas - Lucas Pouille
A. c: David Goffin - Novak Djokovic
A. c: Diego Schwartzman- Rafael Nadal

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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