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El Espanyol y el Sporting libran un duelo frustrante

Víctor Rodríguez y Gerard Moreno establecen unas tablas que no contentan a nadie

Robert Álvarez
Momento en el que Diego López recibe el primer gol.
Momento en el que Diego López recibe el primer gol.José Luis Cereijido (EFE)

El fútbol fue justo y a la vez cruel en El Molinón. El Sporting y el Espanyol jugaron para ganar y tuvieron ocasiones para conseguirlo. El empate acabó siendo un premio insuficiente para ambos. Para el Sporting, en su desesperado acelerón en pos de echarle el lazo al Leganés y evitar el descenso. Para el Espanyol, en su cada vez más utópico sueño de hacerse un hueco en la Europa League la próxima temporada.

El Sporting volcó su juego sobre la banda izquierda donde operaba Burgui. El delantero extremeño se prodigó en sus acciones, a menudo apoyándose en Víctor Rodríguez y Cases. Marc Navarro, que ocupó la plaza de Javi López en el único cambio que introdujo Sánchez Flores respecto al equipo que perdió ante el Atlético, contuvo con acierto a Burgui. Y respiró cuando el 14 del Sporting basculó para buscarse la vida en otros frentes de ataque.

Marc Navarro no se quedó anclado en el lateral derecho. Fue el defensa del Espanyol que gozó de más libertad para incorporarse al ataque. Fue quien remató las dos primeras ocasiones de su equipo. La primera surgió de un robo de balón de Caicedo a Douglas. El lateral brasileño se mostró tibio e incauto en una acción rutinaria y el ecuatoriano anduvo listo para rebañarle el balón y ponérselo a Marc Navarro, que marró el remate. La segunda ocasión del lateral barcelonés fue clamorosa. La defensa del Sporting hizo aguas en un doble centro de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, éste de Gerard Moreno. Marc Navarro, libre de marca, a unos tres metros de la línea de meta, cabeceó absolutamente desviado.

Los jugadores del Espanyol todavía estaban lamentándose por haber perdido semejante ocasión, cuando una falta en la banda izquierda del ataque del Sporting propició el gol. Diego López situó una barrera de solo dos jugadores. Esperaba un centro y sólo el tiro como posibilidad remota. Fue lo que sucedió. Víctor Rodríguez amagó y le pegó duro y al primer palo. La barrera de dos se abrió, Diego López reaccionó tarde y el Sporting cantó gol.

El Espanyol volvía a estar en las mismas, como el día del Atlético. Se gustaba, pero perdía. Sánchez Flores dio entrada a Baptistao por Caicedo. El brasileño no tardó en reivindicarse. Una acción ofensiva del Sporting le pilló apoyando a su defensa. La acción del equipo asturiano acabó en las manos de Diego López. El portero se la dio a Baptistao y este arrancó, cruzó más de medio campo, cuando se acercaba al área del Sporting vio el pase a Diego Moreno y éste le ganó con soltura el mano a mano a Cuéllar para empatar. Los mismos protagonistas apenas ocho minutos después, pero con diferente desenlace, un cabezazo de Gerard y un paradón de Cuéllar. El Sporting también tuvo motivos para la lamentación. Cop, en una situación inmejorable, no acertó a rematar un pase de Canella. Y, la más clara, en un precioso tiro en diagonal de Burgui a media altura al que respondió Diego López con un paradón que le redimió de su fallo en el gol de falta.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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