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Alavés y Eibar, oda a la insustancialidad

Los locales no aprovecharon una hora de superioridad numérica y los armeros se quedaron a medias en su aguante desacomplejado

Faustino Sáez
Inui pugna con Femenía.
Inui pugna con Femenía.EL PAÍS

Cuando el ejercicio físico prevalece sobre el afán competitivo el fútbol languidece. Entre la inoperancia y la inferioridad numérica, Alavés y Eibar firmaron en Mendizorroza un homenaje a la insustancialidad que rebajó sus méritos en pleno esprint final de la temporada. Los locales no aprovecharon la ventaja del 11 contra 10 durante 65 minutos y los armeros se quedaron a medias en su aguante desacomplejado. Las defensas lucieron solventes y la consolación fue el único premio posible. Una tacha en un recorrido encomiable.

Hace tan solo cuatro años, en la temporada 2012-2013, Alavés y Eibar se batían en duelo en el Grupo II de la Segunda B, y ahora lo hacen en Primera con aspiraciones europeas. Sin alharacas ni dispendios, con sentido común y proyectos sobrios, los dos conjuntos norteños han ido abriéndose paso entre exotismos y delirios de grandeza ajenos elevando su techo competitivo por encima del presupuestario. En busca de una plaza en la Liga Europa, los de Pellegrino viven desde hace semanas por y para el sueño copero del 27 de mayo ante el Barcelona en la clausura Calderón. Mientras, los de Mendilibar, que entre la jornada 20 y la 31 cogieron carrerilla y lograron 24 puntos sobre 36 posibles, pelean por el séptimo puesto que, en caso de triunfo azulgrana en la final de Copa, otorgaría pasaporte europeo. El punto se quedó muy escaso para el propósito del Eibar, pero le bastó al Alavés para disimular su destemple.

Apenas Theo se animó a agitar la galbana inicial con varias tentativas por el carril diestro. Pero ni el lateral francés ni el hiperactivo Deyverson lograron inquietar a Riesgo en su breve andadura en el partido. Castigado por un intenso sol frontal, el guardameta armero, reclutado inopinadamente para el once inicial en lugar de Yoel, sí tuvo que esmerarse a los 20 minutos para ganar un mano a mano ante Camarasa. Fue la única acción de mérito que tuvo tiempo de realizar. Unos minutos después se marchó expulsado por roja directa tras tocar el balón con la mano fuera del área. Entre el deslumbre y el despropósito, Riesgo salió en busca de un balón bombeado y se estrelló con su compañero Lejeune que intentaba una cesión de cabeza. No aumentó el castigo el Alavés porque el correspondiente libre directo lanzado por Ibai se estrelló en el larguero.

Mendilibar remendó la pizarra retirando a Adrián para dar entrada a Yoel y, aunque la inferioridad numérica parecía abocar al Eibar a una hora de repliegue y resistencia, fueron los visitantes los que dominaron el tramo final del primer tiempo. Lejeune comprometió a Pacheco en una falta de larga distancia y Enrich comenzó a revolotear por el área del Alavés a la vuelta del entreacto. Pero no fue suficiente. Fue un quiero y no puedo frente a la nada.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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