_
_
_
_
_

Mourinho abraza la fe en la Europa League

El Manchester United, rival del Celta este jueves, busca el camino hacia la Champions y un título que antes minusvaloró su entrenador

Jose Mourinho saluda a Pep Guardiola al final del partido que les enfrentó el pasado día 27 de abril.
Jose Mourinho saluda a Pep Guardiola al final del partido que les enfrentó el pasado día 27 de abril.OLI SCARFF (AFP)

El interés y la pasión que despierta en el fútbol inglés la Europa League, o su predecesora Copa de la Uefa, se entiende cuando se mira hacia el palmarés de la segunda competición del continente. Desde que en 1990 acabó la sanción de cinco años tras la tragedia de Heysel apenas dos equipos de la Premier League la ganaron, el Liverpool en 2001 y el Chelsea en 2013, con Rafael Benítez al mando. Entonces el técnico español se esforzó en poner en valor un éxito que no sirvió para que tuviese continuidad en Stamford Bridge. Su silla la ocupó Jose Mourinho, que tres semanas después de aquella victoria en tiempo de descuento ante el Benfica fue taxativo: “No quiero ganar la Europa League. Sería una gran decepción para mí”.

Más información
El arte de Mourinho, por John Carlin
Ibrahimovic se pierde lo que queda de temporada
Celta de Vigo - Manchester United: horario y dónde ver la Europa League en directo

Mourinho entrena desde esta temporada al Manchester United, el equipo más rico del mundo, el que más ingresa según el estudio que publica anualmente Deloitte sobre la potencia financiera de los principales clubs del orbe. 689 millones de euros factura cada año, casi 200 invirtió el pasado verano con el objetivo de regresar a la Liga de Campeones después de un año de abstinencia. Tras empatar en casa con el Swansea, que ocupa puesto de descenso, el United es quinto a un punto del Manchester City y con cuatro jornadas por disputar, tres de ellas fuera de casa ante Arsenal, Tottenham y Southampton y un epílogo frente el Crystal Palace en Old Trafford. “Prefiero ganar la Europa League que acabar el campeonato entre los cuatro primeros”, resuelve Mourinho. Bastantes visiones han cambiado en las islas desde que la Europa League abre una puerta a la Champions, pero el técnico de Setúbal incide en otras consideraciones que antes no percibía, por ejemplo, cuando la campaña pasada aún al frente del Chelsea incidió antes de un decisivo partido contra el Oporto en su pírrico valor. “No es competición de nivel para un gran club. No es bueno para un grande ir a ella y ganarla”. Menos de año y medio después, ya en Manchester, su visión ha cambiado. “Es un trofeo, es prestigio y la posibilidad de jugar una Supercopa”. Y concluye: “Sería un broche de oro a la temporada”.

Mourinho regresa a un banquillo de un estadio español el próximo jueves. Desde que hace cuatro años puso punto final a su trienio en el Bernabéu solo volvió en abril de 2014 para plantar con el Chelsea una muralla en el Vicente Calderón y firmar un empate a cero que luego no le valió para acudir a Lisboa a evitar la Décima del Real Madrid. “Le dije a mis jugadores que no tuviésemos mucho la pelota porque el Atlético presiona bien”, explicó aquella noche antes de alejarse del Manzanares. Ahora visitará Balaídos para frustrar el sueño del Celta de lograr el primer título de su historia. Mourinho tiene 24, dos de ellos con el Manchester United, la Supercopa inglesa tras superar al Leicester y la Copa de la Liga alzada en febrero pasado después de liquidar al Southampton. Desde que en 2010 condujo al Inter a levantar la Champions ha ganado, además de la cosecha de esta temporada, dos ligas, dos copas y otra supercopa. La revista France Football apuntó el pasado mes de enero que no hay técnico en el mundo mejor remunerado que Jose Mourinho y cifró en 16 millones de euros el salario anual que recibe del Manchester United y en 12 millones más sus ingresos por acuerdos comerciales con diferentes compañías.

Vigo espera a Mourinho y a un grupo de futbolistas enfocados hacia la misión de ganar la final del próximo día 24 en Estocolmo, pero el equipo no llega en buen momento al doble duelo contra el Celta, que dosifica esfuerzos desde hace semanas. El United ha disputado en abril nueve partidos. Ibrahimovic ha caído y no volverá hasta 2018. Contra el Swansea se lesionaron Luke Shaw y Éric Bailly, dos zagueros que se unen a una lista que ya engrosan tres defensas más: Rojo, Smalling y Phil Jones. El lateral Darmian acabó ese último partido como central y es la alternativa para Balaídos en una inédita dupla con Daley Blind. Se apuntan otras dos opciones para el centro de la defensa: el veterano mediocentro Michael Carrick y el novel Alex Tuanzebe, que apenas ha jugado un partido de Copa con el equipo. “Los jugadores están muy cansados, las lesiones llegan por acumular tantos encuentros”, lamenta Mourinho. En Vigo disputarán el partido número 57 de la temporada. Para el Celta cuyos jugadores se ven obligados por el plan de su técnico a realizar persecuciones individuales y buscar la pelota lejos de su meta, será el número 55. El equipo gallego ingresa cada año diez veces menos que el Manchester United y desde que se fundó en 1923 no ha pagado en adquisiciones de jugadores ni la mitad de lo que invirtió su rival para reforzarse esta temporada. El club ha sembrado la ciudad de carteles con la palabra “afouteza”, un término que en el diccionario de la Real Academia Gallega tiene dos acepciones, se emplea para definir la “disposición de espíritu para acometer cualquier empresa sin temor a peligros o dificultades” y también para expresar la “seguridad que alguien tiene en si mismo, la firmeza de carácter”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_