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El músculo del Manchester United puede con el Celta

El cuadro de Mourinho se lleva una mínima de ventaja de Balaídos gracias a un gol de Rashford

Fellaini disputa la pelota al celtista Hernández.
Fellaini disputa la pelota al celtista Hernández.CESAR MANSO (AFP)

Nada ha perdido el Celta, que ya remontó este año una eliminatoria en Ucrania que se había puesto en ventaja para el Shakhtar tras mínima victoria en Balaídos, pero se aboca a un más difícil todavía, a buscar la final de Estocolmo en el sacrosanto Old Trafford contra el Manchester United. El equipo que adiestra Mourinho mereció ganar en la ida de las semifinales de la Europa League y lo hizo con un gol de Rashford, el más joven abanderado de un grupo de futbolistas pletóricos en el aspecto físico. Mourinho guardó la seda en el banquillo, a Mata, Carrick o incluso a Rooney y dominó en Vigo con un grupo conformado por varios futbolistas que por fisonomía podrían ejercer como sus guardaespaldas. Ocurre que además juegan bastante bien al fútbol, quizás algo menos del precio en el que están tasados, pero suficiente como para dominar al dignísimo y meritorio Celta, que no deja de ser un novato en la azotea continental.

El equipo de Berizzo pasó un mal rato porque no pudo llevar el partido hacia aquellos terrenos en los que se siente fuerte. Le negó desde el primer minuto su rival, que no dio espacio ni al tanteo: partió decidido para buscar al equipo de Berizzo en su campo, para impedirle iniciar las jugadas con claridad, chocar, saltar y percutir. No se plegó el United y se apoyó en su indiscutible poderío físico, en un músculo que por momentos apabulló al Celta. Había fútbol también en el despliegue del equipo de Mourinho, pero igualmente pareció atisbarse un resquicio de debilidad porque cuanto más cerca de su portería tenía la pelota más accesible parecía, con menos recursos.

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Al Celta le costó dejarse notar cerca del área. Sin fluidez en la circulación, sin apenas recuperar la pelota en situaciones ventajosas para lanzarse a ese vértigo que tanto le agrada, comenzó a jugar al ritmo y la velocidad que le marcó el Manchester. Pudo marcar, sin embargo, en la primera llegada, en un testarazo de Wass que evidenció una vía de llegada a la meta de Romero, no tanto por alto como por insistencia ante una zaga imprecisa. Pero el United supo tapar bien esa debilidad, manejó la pelota nada sobrado de finura, pero siempre con las riendas y con una exuberancia que le convertía en dueño del partido. Apareció el meta Sergio Álvarez para mantener con vida al Celta, felino en una estirada tras precisa rosca de Rashford, hábil en sendos mano a mano ante Mkhitaryan y Lingard.

Golpeo de Rashford en el gol del Manchester United.
Golpeo de Rashford en el gol del Manchester United.Lavandeira jr (EFE)

El Celta se desparramaba entre persecuciones que por momentos semejaron de niños contra hombres. Radoja y Hernández se desgastaron sin balón ante Pogba y Fellaini, dos columnas trajanas. Aspas, desterrado a la banda derecha, apenas entró en juego más que para algún trasteo. Le faltó al Celta algo de fútbol por dentro, pero lo que siempre le sobró fue disposición para la brega. Y en el descanso reparó varios de sus problemas, ajustó todavía más sus marcas individuales, empezó a anticipar con mayor acierto en defensa y entonces quien se vio negado fue el United, que es más con espacios que cuando le enciman y le obligan a mostrar registros más técnicos que físicos. Algo había cambiado cuando a la hora de partido los futbolistas de Mourinho ya acudían remisos a buscar la pelota cada vez que la debían de poner en juego, pero justo ahí golpeó el United a balón parado, una excelsa ejecución de Rashford que sorprendió a todo el mundo porque perfilado desde la derecha golpeó con el interior de su diestra allí donde otros buscan el centro o donde se llama a un zurdo para que busque la meta. La encontró el joven delantero inglés de 19 años, una fuerza de la naturaleza, una joya que domina lo grueso y lo fino, el flanco y el eje.

El gol auxilió al Manchester a superar su peor fase en el partido, los veinte primeros minutos de la segunda parte. Frenó al Celta, que buscó soluciones con Aspas en posiciones más centradas. Echó en falta el equipo de Berizzo que su estrella tuviese el balón en los pies, que pudiese ofrecer más apoyos en la circulcación. Berizzo trató, con apenas un cuarto de hora por delante, de asociarlo con Jozabed y con Pione Sisto. Topó con una muralla. Con todo, que nadie dude de que tratará de optimizar e incidir en su plan para buscar la remontada en Old Trafford. En el cuerpo a cuerpo nunca podrá contra el United, tampoco con la chequera, pero si logra bajar la pelota al piso y juntar pases ya ha tumbado a otros Goliats.

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