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El Alavés vence a un melancólico Celta

El equipo vasco derrota por 3-1 al cuadro de Berizzo, que estaba demasiado rígido tras la eliminación en la Europa League

Juan I. Irigoyen
Feddal celebra el segundo gol del Alavés ante el Celta.
Feddal celebra el segundo gol del Alavés ante el Celta.EL PAÍS

El Alavés no tuvo piedad con el melancólico Celta. Ordenado en defensa, oportuno en ataque, el conjunto de Mauricio Pellegrino solo necesitó de un tiempo para dominar al cuadro gallego. El Celta tenía fresca en la memoria, sobre todo en las piernas, la eliminación en la Europa League ante el Manchester United. Demasiado hándicap físico y psíquico para enfrenar al duro Alavés. Con goles de Manu García, Feddal y Deyverson, el equipo vasco doblegó al Celta, que solo pudo respirar cuando saltó al campo su jugador franquicia, Iago Aspas, que decoró el marcador con su diana de penalti.

El sancionado Berizzo (miró el partido en la grada) mandó un equipo con muchas caras nuevas respecto del que empató el jueves pasado ante el United en Old Trafford. Tiene la agenda apretada el cuadro celeste que el próximo miércoles recibe al Real Madrid. Pellegrino también metió mano en el once, una mezcla entre suplentes y titulares, con la cabeza en la final de la Copa del Rey ante el Barcelona. Pero el equipo vasco se quería despedir la temporada ante su gente de la mejor manera y no encontró mejor regalo para su hinchada que una victoria ante el Celta.

Llegó golpeado el Celta a Mendizorroza. La dura eliminación ante el Manchester United dejó a los muchachos de Berizzo con el ánimo roto y las piernas duras. No era una misión fácil volver a reengancharse en una Liga que hace tiempo estaba olvidada para el Celta. El cuadro celeste solo tenía ojos para Europa y la Liga se le está haciendo muy larga al equipo de Berizzo. Tan larga como el partido de este domingo en Vitoria. El reloj apenas había pasado los 30 minutos de juego, cuando el Alavés ya tenía el marcador controlado.

El duelo todavía se estaba sacando las lagañas cuando Manu García se aprovechó de un dormido Marcelo Díaz. El chileno se tropezó con la pelota en la puerta del área, un caramelo para el volante del Alavés que pescó el cuero y lo picó con suavidad ante la salida de Iván Villar. Espeso en la circulación del balón, perezoso en la presión, el Celta no se reconocía en Mendizorroza. Lo aprovechó el Alavés que cada vez que asomaba por el área del equipo gallego se volvía con un gol. Lo hizo Feddal cuando cabeceó en soledad para firmar el segundo tras un saque de esquina, también Deyverson para gritar el 3-0. El punta brasileño apareció como Pedro por su casa en la casa del debutante Villar para rematar el pase de Vigaray, que se había pegado una progresión por el ala derecha.

A la falta de intensidad, se le sumaban los errores en la zaga, una combinación fatídica para el Celta. Pero algo cambió en el equipo gallego. Después del paso por los vestuarios, Berizzo intentó inyectar rebeldía a sus muchachos. Adentro el Tucu Hernández y Aspas por Díaz y Bongonda. Con su goleador en el campo, el Celta recuperó la ambición. El 10 probó en tres oportunidades la fiabilidad de Pacheco hasta que encontró su gol. Llegó de penalti, tras una falta de Vigaray a Sisto. Un premio para el delantero, que festejó su gol número 18 en la Liga. El Celta recuperó la memoria con Hernández y Aspas, pero no le alcanzó. El Alavés ya tenía todo resuelto. Se despidió Mendizorroza y ya piensa en el Vicente Calderón para enfrentarse al Barça en la final de la Copa.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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