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CSKA arrolla al Real Madrid en el partido de consolación de la Final Four

Sin ánimo para superar la decepción de la derrota en semifinales, los de Laso se marchan de Estambul últimos y con mala imagen (70-94)

Faustino Sáez
Carroll y Augustine pugnan por un rebote
Carroll y Augustine pugnan por un reboteANTONIO BRONIC (REUTERS)

El Madrid se marcha de Estambul sin consuelo. El CSKA aumentó el castigo arrollando a los blancos en el partido por el tercer y cuarto puesto de la Final Four. Víctima de sus tribulaciones, el conjunto de Laso penó durante 40 minutos, sin fuerzas para remontar la decepción de quedarse sin premio por tercera vez en su cuarta aparición en el torneo en los últimos seis años.

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El primero y el segundo clasificado de la temporada regular se veían en el purgatorio del partido de consolación con la amargura de haber echado por tierra siete meses de brillante competencia descarrilando en el día clave. El título se lo disputaban el tercero y el quinto, mientras Real Madrid y CSKA calibraban su resistencia a la frustración. Ganaron los rusos. Con poca intensidad y menos baloncesto, los dos equipos se aplicaron a duras penas para no caer en la galbana, pero se olvidaron de afinar la puntería. A los cinco minutos, los blancos firmaban un 1 de 5 en tiros de campo y los rusos un 2 de 11. Tras repasar la lección en los respectivos corrillos, se entonaron los de Itoudis gracias al martillo de Hines, pero los de Laso prolongaron su destemple con otra puesta en escena cargada de dudas (10-23, m. 10). Como ocurrió en la semifinal, los madridistas fueron incapaces de armar una reacción que rompiera su inercia hipotensa y depresiva.

Con el comienzo de la rotación llegaron los primeros minutos de Felipe Reyes y Nocioni en la Final Four. En la semifinal ante el Fenerbahçe, el capitán permaneció los 40 minutos relegado al fondo del banquillo y El Chapu se quedó fuera de la convocatoria. En esta ocasión, Laso les reclutó para aumentar el rigor y la brega mientras abroncaba a Doncic en la silla de pensar. Pero, a pesar de los cinco puntos de Felipe en sus primeros cuatro minutos en pista, el Madrid entró en barrena. De nuevo inferior en el territorio del carácter, los blancos concedieron puntos y rebotes sin encontrar el equilibrio anímico y baloncestístico con el que responder a la cita.

Higgins y Fridzon aumentaron el descosido cimentado en el abrumador dominio reboteador de los rusos y el Madrid perdió el oremus (20-41, m. 18). Solo ante la amenaza de zarandeo reaccionaron los blancos. En apenas dos minutos y aprovechando el respiro de suficiencia que se tomó el CSKA, llegó un parcial madridista de 12-4 que rebajó las proporciones del estropicio. Llull, Ayón y Nocioni, a cuatro puntos por barba, enderezaron mínimamente la actitud y el juego de su equipo que, a pesar de todo, se marchó atribulado a la caseta y con una desventaja de 13 puntos (32-45, m. 20).

Mientras el Sinan Erdem encendía la caldera para calentar la final, el Madrid aprovechaba el entreacto para pasar por el diván. Maciulis y Taylor encabezaron el propósito de enmienda general con varias vueltas de tuercas en defensa que delataron la distensión previa. Pero, cuando empezaba a cuajar la mezcla llegaron tres pérdidas de balón consecutivas de los blancos que enfriaron la racha positiva. Dos triples de Jackson y De Colo castigaron a los blancos y se pasó del 41-49 al 44-59 en apenas tres minutos. Ahí acabó el partido.

Lastrado por el desgaste del perseguidor y penalizado por su inconsistencia, el Madrid volvió a entrar en un atolladero de errores no forzados. Siguió sumando De Colo con cadenciosa secuencia mientras los de Laso se convertían en un embudo en ataque sin candidato a desatascador que Ayón, uno de los más señalados en la derrota en semifinales.

El paso de los minutos consolidó la distancia en el marcador a favor del CSKA y el conjunto blanco se marchó de Estambul con otro castigo. El líder de la regularidad acabó último en el territorio del KO. El Madrid se marchaba de su quinta Final Four en siete años igual que en la de 2011 en Barcelona. Entre medias, un título y dos finales perdidas. De la derrota de Londres se levantaron los madridistas ganando la Liga, de la de Milán un año después no. A partir del miércoles en los playoffs por la Liga se medirán las consecuencias del varapalo.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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