Dudamel: “El fútbol es pasión en todo el mundo y en Venezuela se vive de la misma forma”
La Vinotinto juvenil se prepara para la primera final del mundo en su historia y su técnico evita hablar de política tras su pedido de paz al presidente Maduro
Dueño de la ilusión de un país lastimado, Samuel Sosa sabía que en la pierna izquierda guardaba la última esperanza de la sub 20 de Venezuela. Lo presentía también el entrenador Rafael Dudamel (Venezuela, 44 años) y su impulso se convirtió en grito: “¡Peñaranda no! ¡No! ¡Que patee Sosa!”. La orden la recibió Yangel Herrera, uno de los únicos cinco jugadores de esta Vinotinto juvenil que juega fuera del país (lo hace en el New York City) y el joven jugador del Málaga debió soltar el balón contra su voluntad. Iban 89 minutos de partido y el equipo perdía 1-0 ante Uruguay, pero Sosa acarició furiosamente el balón y lo colgó del ángulo. Después, los penaltis. Y los libros de historia.
Un complicado pedido a Maduro
Entre lágrimas, Rafael Dudamel se desvaneció en el césped y, arrodillado, celebró la clasificación de Venezuela a la final del Mundial sub 20. Es la primera vez en la historia que la Vinotinto alcanza una definición de Copa del Mundo. Antes no había llegado siquiera a los cuartos. Un rato más tarde Dudamel se dejó llevar por otro impulso y alzó otro grito. Le rogó al presidente Maduro que bajara las armas, que un chico de 17 los había hecho saborear la gloria, pero que otro de la misma edad había muerto hacía unas horas en una manifestación en Venezuela.
“Pido disculpas, pero solamente voy a hablar del tema deportivo”, dice el entrenador, que también es la cabeza de la absoluta venezolana, en conversación con EL PAÍS desde Corea del Sur. La Federación de fútbol de ese país es gran responsable del presente de la sub 20 y depende directamente del Gobierno de Nicolás Maduro. Incluso la empresa estatal más importante, PDVSA, es uno de los principales patrocinadores de la Vinotinto. “Es muy complicado para nosotros”, confiesa alguien de la selección. Después del revuelo que causaron las palabras de Dudamel, los jugadores y el cuerpo técnico quieren que por primera vez, al menos por 90 minutos, el fútbol ofrezca una cara distinta del país. Lo merecen, porque en materia futbolística, lo de esta Venezuela también es histórico.
Proyecto a largo plazo
Cuando asumió el cargo de entrenador de la selección absoluta, Rafael Dudamel llevaba más de un año trabajando con las selecciones juveniles. Con la sub 17 ya había alcanzado la final de un Sudamericano. “Es un modelo bastante exigente por el desgaste de uno como seleccionador, pero gracias al apoyo de la Federación hemos atendido las necesidades de las categorías inferiores en todo momento”, cuenta el entrenador. Los jugadores juveniles venezolanos han viajado juntos con la selección mayor en los últimos dos años. “En cada partido de eliminatoria hemos sumado a los juveniles. En cada microciclo con los jugadores del fútbol local que forman parte de la absoluta están presente también los chicos. No son solo sparrings sino que se potencian en la dinámica de juego y elevan su intensidad en la competencia”, revela Dudamel con naturalidad.
Cultura táctica
“Con esta selección hemos logrado ampliar la cultura táctica del 4-4-2 que teníamos en Venezuela”, explica. Su equipo se adapta a los momentos del partido con gran flexibilidad. Toca, gusta, golea, cuando es necesario, y aprieta los dientes si debe hacerlo. “Mutamos mucho al 4-3-3, al 4-1-4-1, al 4-2-3-1; y eso nos permite tener una respuesta al leer al rival”, dice el exportero y capitán de Venezuela. “La inteligencia de nuestros futbolistas sumada a la madurez y al roce competitivo les ha permitido acumular una buena cantidad de fundamentos tácticos que sumados a su calidad técnica y a su potencia física nos está dando un gran trabajo”, comenta, y rápidamente añade: “Pero la consolidación del trabajo te la dan las horas de entrenamiento. Esta es una selección que tiene más de dos años trabajando juntos”.
“El fútbol es lo que hemos escogido como un estilo de vida y lo dignificamos con nuestra carrera”
Todo el equipo es consciente de la situación que vive el país actualmente. En varias charlas motivadoras antes de los partidos había fotos colgadas con imágenes de las marchas en Venezuela. Dudamel para ese penalti también. “El fútbol es lo que hemos escogido como un estilo de vida y lo dignificamos con nuestra carrera”, dice para explicar la intensidad con la que juega su equipo.
Este domingo la sub 20 de Venezuela se medirá a Inglaterra, otro debutante en finales en esta categoría, pero con gran historia futbolística. “Lo vamos a enfrentar como hicimos con Alemania, con Vanuatu, con México, con Japón, con Estados Unidos, con Uruguay. Estudiando y analizando como lo hemos hecho con los rivales anteriores”, matiza el técnico Dudamel.
“El fútbol es pasión en todo el mundo y en Venezuela se vive de la misma forma. Independientemente de la situación del país, la Vinotinto despierta la expectación de toda la gente”. Aunque Dudamel regatee el tema después de su explosivo pedido posterior a las semifinales, es consciente de la importancia de este partido para el pueblo de su país en este momento. “Si no lo hubiese imaginado no lo estaríamos logrando. Esto no ha sido obra de la casualidad. Lo hemos soñado y hemos trabajado partido a partido, con mayor inteligencia y la mejor predisposición. Nos hemos preparado dos años para esto y esperamos tener la bendición de Dios, que nos ha permitido poder llevarlo a cabo.”
