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España contra las distracciones en Macedonia

La selección se debate por aislarse del ruido exterior y enfocar un rival engañoso

Diego Torres
Piqué habla con Alba y Monreal durante el entrenamiento en Skopje.
Piqué habla con Alba y Monreal durante el entrenamiento en Skopje.OGNEN TEOFILOVSKI (REUTERS)

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La bucólica Skopje, con sus colinas agrestes y sus valles cubiertos de viñedos, esconde amenazas perturbadoras para la selección de España. Así lo cree el seleccionador, Julen Lopetegui, que da la voz de alarma desde mucho tiempo antes de aterrizar en la ciudad. El técnico pide cuidado con Macedonia, que es un rival más duro de lo que aparenta; cuidado con Nestorovski, que parece tosco pero usa las dos piernas; cuidado con la hierba del estadio Felipe II, que hasta hace tres semanas estaba en pésimas condiciones; cuidado con las distracciones, con la prensa que enreda, con los directivos que confunden, con los agentes que llaman a deshora... Mucho cuidado —advierte Lopetegui— porque un tropiezo ante Macedonia (20.45, La 1) convertirá la clasificación para el Mundial de 2018 en una cuesta empinada a dos meses de recibir a Italia en el Bernabéu.

"Macedonia es un equipo que tiene muy claro cómo tiene que atacar y defender", advierte el seleccionador; "a partir de ahí el foco lo ponemos en lo que nosotros tenemos que hacer, en cómo desarrollar nuestro juego, que es aquello que podemos controlar y nos ocupa. Porque este rival nos exigirá dar nuestra mejor versión”

El mensaje pretende que la tropa mantenga la guardia en alto. Porque el plantel de La Roja da muestras de tener otras cosas en mente, aparte de Macedonia. Este es el último partido antes de las vacaciones y prevalece la confianza, cuando no los preparativos para la mudanza colectiva a Ibiza, o un cierto alivio después del repudio que sintieron en Murcia.

Esto transmitió ayer Busquets. El volante del Barça, uno de los jugadores cuya palabra tiene más peso en el equipo, reconoció a TVE que las pitadas que dedican los hinchas a Piqué en los estadios españoles han convertido los partidos en lugares extraños en motivo de confort. “Cuando se juega fuera de casa es diferente”, dijo Busquets; “es triste porque en casa es cuando todo el mundo tendría que remar en la misma dirección”.

La manifestación de rabia de la afición española en el amistoso contra Colombia celebrado en la Nueva Condomina el miércoles pasado, donde cientos pitaron a Piqué cada vez que tocó el balón, rozó el sadismo. Nadie parece reparar que el origen del morbo, el antimadridismo sarcástico de Piqué, no tiene nada que ver con la selección. El defensa del Barcelona se ha esforzado por demostrar a sus compañeros que sabe perder y sabe convivir con el sarcasmo ajeno cuando la diana es él. Los empleados de la federación dicen que no solo se comporta como un verdadero líder. En España ejerce de capitán junto con Ramos.

El cuerpo técnico de la selección agradece que Piqué no se haya disgustado con Carvajal porque se burlara de él con cánticos, durante la celebración de la Duodécima en Cibeles. Lo primero que hizo Piqué cuando saltó al campo a entrenarse este sábado fue unirse al rondo de los madridistas: con Asensio, Nacho, Ramos y el propio Carvajal. Cundieron las bromas y las risas. Al menos, mientras hubo testigos de la prensa en las gradas.

Durante la práctica del sábado el balón rodó sin sobresaltos sobre la hierba que tanto ha inquietado a Lopetegui. El técnico lamentó que allí hayan jugado dos equipos durante toda la temporada pisoteando el pasto sin cuidado. Los representantes de la federación macedonia responden que en el Felipe II no compite nadie desde hace un mes y que la hierba está siendo cuidada con rigor para celebrar la final de la Supercopa de Europa en agosto. “La hierba está igual para los dos equipos”, dijo Igor Angelovski, el impasible seleccionador macedonio.

Control y descontrol

“Lo más importante es el desempeño que tengamos sobre el terreno, no el terreno; tenemos que poner el foco en aquello que podamos controlar”, dijo Lopetegui, como si la jardinería fuese una ciencia peligrosa.

Lopetegui, que procura encauzar sus propias preocupaciones, insistió en viejos conceptos del management americano: el pensamiento positivo y la dedicación psicológica a aquello que se puede “controlar” para renunciar a pensar en el vasto universo circundante.

Macedonia ha perdido cuatro de sus cinco partidos de clasificación. Solo le ganó a Liechtenstein y el precedente señala que nunca fue más vulnerable que cuando enfrentó España, el año pasado en Granada (4-0). Todo parece en calma en la dulce Skopje. Todo parece bajo control. Pero Lopetegui no se fía.

La preocupante amenaza de Nestorovski

A Julen Lopetegui le preocupa Ilija Nestorovski. El seleccionador español recuerda que el delantero macedonio, de 27 años, le hizo un gol a Buffon en estas eliminatorias. Advierte también de que Nestorovski ha causado sensación en su primera temporada en Italia, donde metió 11 goles para el Palermo en la Serie A. Esta proeza, sin embargo, no evitó que el Palermo bajara a la B.

“Nestorovski es muy importante en nuestro equipo”, dijo ayer Pandev, el capitán macedonio. “Esperemos que contra España demuestre que Lopetegui tiene razón al tenerle miedo”. “Las preocupaciones de Lopetegui no son asunto nuestro”, zanjó con un mohín el seleccionador macedonio, Igor Angelovski.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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