Portugal frente al espejo
La selección de Cristiano busca confirmar su categoría en un torneo de menor caché con Alemania, Chile y México como grandes rivales
La victoria de Portugal en la Eurocopa de 2016 curó una herida que supuraba en el fútbol luso desde que la inesperada Grecia de Otto Rehhagel dejase a la selección de los Rui Costa, Figo, Pauleta y un todavía adolescente Cristiano Ronaldo -quizás las más talentosa de su historia- con un palmo de narices en la final de 2004. Lloró tanto aquel 4 de julio Cristiano, como lo hizo trece años después al caer lesionado en París tras una falta impropia de Payet.
VAR, DAG pero no ‘ABBA’
Durante la celebración del torneo los árbitros podrán utilizar el VAR, el sistema de videoarbitraje que revisa acciones que puedan cambiar el curso del partido (goles fantasma, penaltis dudosos, tarjetas rojas discutibles) a través de imágenes de televisión. Además del VAR, contarán también con la ayuda del DAG, el asistente de detección automática de goles que verifica si el balón ha traspasado íntegramente la línea de meta.
Sin embargo, en la Confederaciones no se aplicará el lanzamiento de penaltis conocido como 'ABBA', y que divide el reparto a la hora de ejecutar las penas máxima de la misma manera que se aplica durante el tie break de un partido de tenis (un disparo seguido de dos del rival y así sucesivamente).
Pero el fútbol, como los fados que suenan por boca de Amália Rodrigues o Dulce Pontes, busca en el fondo de la amargura la manera de endulzar las lágrimas. Y con alguna década de retraso el dolorido capitán de la Selecção das Quinas lloró de alegría al levantar el trofeo después de derrotar a Francia, una imagen que enloqueció a un país ávido de alegrías y catapultó a su estrella hasta el cuarto Balón de Oro.
Con la Liga y la Champions en la buchaca, la trayectoria de un Cristiano que ha terminado la temporada con diez goles en los últimos cinco partidos -dos de ellos en la final europea de Cardiff frente a la Juventus-,y que ha bajado la persiana de este curso con 42 dianas -el séptimo ejercicio consecutivo en el que rebasa la franja de los 40 goles-, se ha topado de bruces con la justicia española antes de que esta tarde arranque la 10º edición de la Copa Confederaciones (17.00, GoLT).
La acusación de la fiscalía al jugador del Real Madrid por no haber declarado 14,7 millones de euros en concepto de derechos de imagen entre los años 2011 y 2014 ha enturbiado el cuento de hadas que protagonizaba hasta ahora el portugués. De hecho, según advirtió ayer la prensa portuguesa Cristiano podría haberse llegado a plantear la posibilidad de abandonar España al sentirse “muy indignado” con este proceso. Tras decidirse a participar en un torneo para el que no estaba convencido pero con el horizonte de lograr el que sería su sexto título de los últimos siete que ha disputado -Eurocopa, Supercopa de Europa, Mundial de Clubes, Liga y Champions, solo la Copa del Rey ha escapado de sus garras-, la reclamación de Hacienda puede resultar el peor de los marcajes para el jugador referencia de una Portugal que afronta la Confederaciones con la intención de demostrar que su victoria en Francia no fue casual.
Lo hace como la principal favorita al título por delante de Alemania, la vigente campeona del Mundo, y que por decisión de Joachim Löw ha decidido utilizar el torneo para dar carrete a jugadores jóvenes y futbolistas con menos recorrido internacional como Ter Stegen, Kimmich o Draxler, que se beneficiarán de las ausencias de pesos pesados como Neuer,Kroos, Khedira, Müller, Boateng u Özil, que no estarán en Rusia. “La meta para mí es que tres, cuatro o hasta cinco jugadores nuevos tengan una evolución en este torneo y en la próxima temporada les permita disputar un puesto con los habituales de acara a 2018”, aseguró Löw.
Otro de los candidatos al título es Chile, una selección que se ha proclamado campeona de América en las dos últimas ediciones y que ha desplazado hasta Rusia a esa columna vertebral que le ha permitido obtener un doblete histórico. Medel, Vidal y Alexis Sánchez liderarán de nuevo a La Roja, que espera poder contar con el portero Claudio Bravo, con molestias en el gemelo izquierdo. “Hemos venido a ganar el torneo”, advirtió Vidal.
La indeterminada selección de Rusia, anfitriona del evento y a la que la llegada de Stanislav Cherchésov no ha revitalizado, se une en el capítulo de equipos con el horizonte más complicado a las exóticas selecciones de Australia, Nueva Zelanda y Camerún, que afrontan la competición con el ánimo de lograr lo que pocos les conceden de partida. Con un horizonte algo más optimista se presenta México, campeón de la Copa Oro, que bajo la custodia de dos leyendas como Rafa Márquez y Chicharito Hernández, buscará su segunda Confederaciones, un título que lograron por última vez en 1999.
Torneo de cuestionable peso deportivo y que tiene como objeto primordial comprobar el estado de las obras de cara al próximo Mundial de Rusia, Portugal y Cristiano se enfrentan a la posibilidad de contrastar su brillante momento de forma, o quedarse en stand by.
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