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AJEDREZ | DUELO HOMBRE-MÁQUINA

Krámnik podrá aplazar las partidas contra Fritz tras seis horas

Las computadoras no se cansan. Esa evidencia ha inspirado a la empresa Brain Games, organizadora del duelo entre Vladímir Krámnik y el programa Deep Fritz, para permitir que el ruso pueda aplazar las partidas hasta el día siguiente cuando se cumplan seis horas de juego. El duelo se disputará en Bahrein del 14 de octubre al 1 de noviembre.

“Estamos esforzándonos al máximo en que las condiciones del duelo [al mejor de ocho partidas] sean justas y estén equilibradas para ambos. Y es obvio que un ser humano acusa el cansancio en la séptima hora; por el contrario, la máquina es insensible a la duración de la partida”, explicó ayer el británico Raymond Keene, director de Brain Games, a este diario. “A juzgar por los dos duelos que Gari Kaspárov disputó con Deep Blue [ganó en 1996 y perdió en 1997], es muy improbable que alguna partidas llegue a las siete horas, pero queremos prevenir toda clase de situaciones”, añadió Keene.

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Si la partida se aplaza, Fritz seguirá enchufado, analizando la posición pendiente hasta el momento de la reanudación, unas catorce horas más tarde. Krámnik tendrá que repartir ese tiempo entre el sueño, la alimentación y el trabajo con sus ayudantes. Lo más curioso es que uno de ellos será Fritz, dado que, según las normas del duelo, el ruso ya posee una copia del programa, que le servirá para examinar su estilo de juego. “Pero debe aclararse que Krámnik utilizará su copia en un ordenador portátil, mientras el programa original, su rival en el duelo, correrá en una computadora con multiprocesadores, mucho más potente que las convencionales” matizó Keene.

Las partidas aplazadas desaparecieron fulminantemente de los torneos entre humanos hace varios años, como consecuencia directa del progreso de las computadoras, para evitar que pudieran servir de ayuda para analizar las posiciones aplazadas. Sin embargo, la excepcional situación que se dará en Bahrein será bien distinta. Fritz podrá elaborar un larguísimo análisis con cientos o miles de variantes durante el intervalo entre las dos sesiones. Pero la intuición humana es aún más potente que el cálculo bruto en las posiciones con pocas piezas: Krámnik entenderá los planes adecuados y la máquina los calculará. “Tanto Krámnik como los programadores de Fritz están encantados con esta medida. Señal inequívoca de que hemos acertado”, concluyó Keene.

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