_
_
_
_
_

Veteranos frente a juveniles

Diego Torres

Exceptuando a Karpin, Kovacevic y Aramburu, los restantes nueve jugadores del equipo titular de la Real Sociedad que ayer se enfrentó al Madrid sumaban 216 partidos en Primera. Raúl, por sí solo, contaba con 380 apariciones. El dato revelaba la extremada juventud del equipo donostiarra y la experiencia madridista en un duelo que tenía pinta de desigual. Parecía cosa sencilla, pero no lo era. Si el Madrid quería seguir en posesión del único trocito de terreno que le quedaba por defender esta temporada debía hacer un gol por lo menos. Por tanto, debía romper la barrera de los juveniles vascos.

Los campeonatos se terminan por decidir en hechos muy concretos. Ayer la Liga culminó en ese mano a mano elemental: la delantera del Madrid, veteranos curtidos en mil batallas, frente a cuatro chavales que, con la ayuda de Mikel Alonso y Aramburu, cerraron el área del imberbe Riesgo a cal y canto.

Raúl, con dos Eurocopas y dos Mundiales a sus espaldas, Owen, con dos Mundiales y dos Eurocopas también, y Ronaldo, con tres Mundiales, constituían un trío de pesos pesados que encuentra difícil réplica en el fútbol mundial. Enfrente, la línea de cuatro defensas de la Real Sociedad contabilizaba un total de 76 partidos en Primera. Zubiaurre, 11; Labaka, 26; Brechet, 12; y Garrido, 27.

Lo curioso es que Zubiaurre, Labaka, Brechet y Garrido aguantaron hasta el descanso sin que se filtrara por su línea ni un mísero remate. El tiempo estaba de su parte. Cada minuto contaba en contra de los madridistas, carcomidos por la ansiedad. De fondo, la música de la charanga de Anoeta daba un toque festivo al drama. La iglesia de Zorroaga brillaba iluminada en el monte y la bruma nocturna terminaba de cubrir el estadio. El público, envalentonado, entonó el estribillo de rigor: "¡A por ellos! ¡Ohh-ehh! ¡A por ellos!".

El cambio sobrevino cuando la grada comenzaba a cantar "¡Adiós, a la Liga adiós!". Entonces entró Guti con la misión de conectar con los puntas. Lo hizo con un pase medido de 30 metros. Tan medido que Ronaldo se quedó solo frente al portero y definió un gol que da vida al torneo. Luego, jugada individual de Guti y taconazo de Ronaldo cerraron el partido, que no la Liga.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_