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Reportaje:Fórmula 1 | Gran Premio de Canadá

Alonso, en la trinchera

El español se motiva aún más al considerar que todos, incluido Hamilton, van contra él

Aún no han llegado tan lejos, pero la situación entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton en el seno de la escudería McLaren-Mercedes cada vez se acerca más a la del enfrentamiento permanente que mantuvieron el brasileño Ayrton Senna y el francés Alain Prost a finales de los años ochenta. Aquellos dos mitos del automovilismo mundial acabaron sin dirigirse la palabra y su relación fue inexistente hasta que Prost, triple campeón, abandonó el equipo y se fue a Ferrari en 1990.

"Es muy diferente todavía", asegura Jo Ramírez, coordinador de McLaren durante 20 años y ahora, a los 65, ya jubilado. "El último campeonato en el que Prost y Senna estuvieron juntos, el ambiente se podía cortar. La situación llegó a un extremo tal que Prost ni siquiera descolgaba el teléfono ante las llamadas de Ron Dennis porque el patrón había decidido no intervenir en la batalla que enfrentaba a sus dos pilotos", recuerda; "ahora, Hamilton y Alonso han tenido un problema. Pero creo que lo están reconduciendo. Alonso es ya un doble campeón mundial y Hamilton un muy buen debutante con un potencial enorme, pero que tiene mucho tiempo por delante todavía".

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Echando una ojeada a la historia, las cosas no son tan diferentes. Cuando llegó a McLaren procedente de Lotus, Senna era ya un piloto consolidado en la fórmula 1 y había finalizado el tercero en el Mundial anterior. Pero Prost era entonces la estrella indiscutible tras haber ganado consecutivamente el título en 1985 y 1986. Eran los más deseados del paddock. Por eso Dennis apostó tan fuerte por ellos. Quería tener a los mejores. Tal como ya había logrado sólo unos años antes con el austriaco Niki Lauda y Prost.

Y lo logró. En 1988, McLaren ganó 15 (ocho Senna y siete Prost) de las 16 carreras de la competición y Senna inscribió por primera vez su nombre en su historial. Aquello no le gustó a Prost. Pero el francés aceptó el pacto que le propuso el brasileño de no agredirse en la primera curva cuando ambos compartieran la primera línea de salida. "Sí. Pero en Imola, en la segunda carrera, el pacto se rompió", matiza Ramírez; "Senna salió primero y Prost mantuvo el acuerdo hasta la curva de La Tossa. Sin embargo, un grave accidente de Berger obligó a tomar una nueva salida. Y entonces fue Prost quien salió primero y Senna quien le perseguía. El brasileño apuró la frenada y, aprovechando el rebufo, pasó a Prost en aquella curva. El enfado del francés fue enorme. Condujo mal, nervioso, y acabó segundo. Esperaba luego una reacción de Dennis que nunca se produjo".

La convivencia en el seno de la escudería se hizo irrespirable. Aunque ganó su tercer título mundial, Prost nunca más saludó a Senna y fichó por Ferrari. Y Dennis dejó muy clara la línea que ha marcado su trayectoria y que no se romperá ahora con Alonso y Hamilton.

"Que nadie espere un trato de favor con él", afirma Ramírez; "no habrá órdenes de equipo que perjudiquen a uno u otro".

En realidad, no las hubo tampoco en Montecarlo, hace dos semanas, a pesar de la investigación de la FIA. Pero las palabras de Hamilton -"llevo el número 2 en el coche y eso es lo que soy, el segundo piloto" y "aún no entiendo por qué me adelantaron los repostajes"- provocaron un cisma en el equipo. No sólo obligaron a Dennis a salir a la palestra y a hablar, tal vez demasiado -"Hamilton habría ganado si hubiera salido el safety car entre el repostaje de Alonso y el suyo"-, sino que mostraron a Alonso una perspectiva de las cosas que imaginaba, pero que aún no había constatado.

Por eso el español ha decidido protegerse, ponerse la coraza e impermeabilizarse con la creencia de que todos están contra él: Hamilton, el equipo, la prensa británica... Su entorno y él están muy molestos por todo lo ocurrido en Montecarlo. Y lo están demostrando. El jueves, cuando Hamilton llegó al paddock en Montreal, ni se saludó con Alonso. Y luego, cuando se dirigió a él, Alonso respondió casi sin mirarle. Mientras Alonso desvelaba que Hamilton había roto el acuerdo previo marcado por Dennis de mantener las posiciones tras el segundo repostaje, el británico se disculpaba, tras el tirón de orejas que le había dado Dennis, más por hacer públicas las decisiones del equipo que por haberlas roto.

El patrón de McLaren no intervendrá en el duelo entre sus dos pilotos. Pero lo que ni él ni Hamilton parecen saber es que Alonso -el piloto asturiano marcó el mejor tiempo (1m 16,550s) en el primer día de entrenamientos libres- controla anímicamente y se motiva de forma muy especial en este tipo de situaciones. La cuestión es comprobar si a Hamilton le ocurre lo mismo.

Fernando Alonso, ayer en el circuito de Montreal.
Fernando Alonso, ayer en el circuito de Montreal.ASSOCIATED PRESS

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