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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Barça pasa de todo

Con sus estrellas dimitidas, los azulgrana son zarandeados por el Getafe

José Sámano

El Barça parece decidido a exhibirse sólo ante sus feligreses. Fuera del Camp Nou es una opereta, un equipo administrativo, funcionarial, cuyo aire de superioridad no resiste ante la ilusión de los adversarios, siempre motivados ante retos himalayescos frente a los grandes. Lo hizo el Getafe, como hace poco el Valladolid y otros tantos, y el equipo de Rijkaard se derritió en el calentamiento, con sus supuestos tenores fuera de escena, como si les incomodara en exceso este tipo de citas lejos de su anfiteatro azulgrana. En el Coliseo no hubo noticias de Messi, inesperadamente extraviado, ni de Henry, y mucho menos de Ronaldinho, al que un sopapo inicial de Cortés le sirvió de excusa para quedar en fuera de juego el resto de la noche. A falta de su oscarizado trío ofensivo, el Barça estuvo a merced de sus secundarios, que no son cualquier cosa. Contagiados quizá por el sopor que destilaban sus generales, tampoco ellos pudieron sostener al equipo. El primer gol del Getafe les retrató. Una falta lateral desde el medio campo getafense derivó en el tanto de Manu del Moral, diana que primero propició Gaby Milito, que dimitió ante el cabezazo de Cata Díaz para su compañero, y luego Thuram y Touré, despistados ante Del Moral. Un premio a la aptitud del grupo de Laudrup; un azote a la dejadez azulgrana. Y no sólo eso: el Getafe no se limitó a jugar con la tensión que requiere cualquier partido oficial, sino que se desplegó con mucha soltura, sin desatender a la pelota. Es un equipo con buen gusto, propio de su distinguido entrenador.

GETAFE 2 - BARCELONA 0

Getafe: Abbondanzieri; Cortés, Cata Díaz, Mario, Licht; Pablo (Granero, m. 70), De la Red, Casquero, Sousa (Pallardó, m. 81); Manu del Moral (Albín, m. 68) y Uche. No utilizados: Ustari; Tena, Nacho y Kepa.

Barcelona: Valdés; Puyol, Thuram (Zambrotta, m. 46), Milito, Abidal; Touré Yaya, Xavi; Messi (Bojan, m. 72), Iniesta, Ronaldinho (Giovani, m. 63); y Henry. No utilizados: Jorquera; Sylvinho, Oleguer y Gudjohnsen.

Goles: 1-0. M. 27. Manu del Moral, tras cesión de cabeza de Cata Díaz. 2-0. M. 90. Albín, a pase de Uche.

Árbitro: Daudén Ibáñez. Amonestó a Touré Yaya, Puyol, Iniesta, Mario, Bojan y Granero. Expulsó a Zambrotta en el m. 84.

Unos 16.000 espectadores en el Alfonso Pérez.

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Fue tal la desgana transmitida por el Barça que ni siquiera Ronaldinho, su mejor actor, tuvo la oportunidad de recriminar con gestos a quienes nada tienen que decir sobre sus piernas. Hace mucho tiempo que él no ofrece más argumentos que su mímica. En Getafe flotó de mala manera, sin peso alguno sobre el juego. Lo mismo que el resto, cierto, pero el fútbol, como otros oficios, se mide de acuerdo a la jerarquía, la misma que el brasileño demanda. En la actualidad, con Ronnie en el campo, el conjunto catalán es mucho más previsible, mucho más lento. Ronaldinho juega como se entrena y se pasa de frenada. Sin piernas, es un ejercicio de supervivencia, no tiene otra salida. A pocos metros, Henry rastrea a su clon del Arsenal, pero le sobran años y en el Barça no le cuelgan todos los galones, y Messi, en ocasiones, se enreda en su maradoniana cruzada. En Getafe fue el caso. Ronaldinho y Messi -quizá en su peor partido como profesional azulgrana- abandonaron el césped antes del final, sin dejar huella.

Alrededor de Ronaldino, el Barça fue puro barbecho. Empecinado en desviar a Puyol al lateral, Rijkaard ha envidado por dos centrales con zancada de dinosaurio como Milito y Thuram, que a falta de facultades reman lo más cerca posible de Víctor Valdés. El equipo se estira, se agrieta, y sus dos faros, Xavi e Iniesta, pierden de vista a los atacantes. Ninguno de los dos se descuelga cerca del área rival y su exquisita partitura se rebaja cuando desconectan con la delantera. El Getafe, que presionó arriba la salida de pelota de los azulgrana, agradeció su retraso.

Tan pálido estuvo el Barça que Rijkaard aceleró más que nunca la transición: Bojan y Giovanni sentaron a Ronaldinho y Messi, como en el descanso había jubilado Zambrotta a Thuram. Puyol volvió al puesto de central, pero nada hizo reaccionar al Barça, que siempre fue a rueda del Getafe. Le faltó fútbol, físico y entrega. Incapaz de cambiar de guión, cerró el partido como lo empezó, con un pasotismo total. Este Barça obliga a rebobinar: su sintomatología recuerda a la caída del imperio galáctico del fin del florentinato. Si el Getafe no le hizo sonrojarse un poco más fue porque Uche está reñido con el gol.

Tan impotente acabó el Barça que Zambrotta se quitó del medio con una brutal entrada cuando caía el telón. Justo antes del gol final de Albín, todo un broche patético a un partido que debiera tener consecuencias internas en la casa blaugrana. El pasado 10 de marzo una zurra copera del Getafe destempló al Barça. Ayer, en el mismo escenario, el equipo selló una faena irritante para su hinchada, la única para la que tiene contemplaciones cuando se asoma al Camp Nou. Pero la Liga tiene vuelta y fuera de Barcelona, el grupo de Rijkaard suma seis de 18 puntos posibles. Un dato elocuente, máxime si obedece a un absentismo descomunal.

Ronaldinho, en el suelo tras sufrir una entrada.
Ronaldinho, en el suelo tras sufrir una entrada.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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