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Reportaje:VUELTA 2009 | 17ª etapa

"El casco me ha salvado la vida"

Mosquera, trasladado al hospital al término de la etapa tras una caída masiva en una jornada triunfal para Roux

Anthony Roux es un joven (22 años) francés, que no tiene nada que ver con el veteranísimo Guy Roux, venerable entrenador del Auxerre, sólo comparable a Alex Ferguson en el Manchester United, inglés. Anthony, a diferencia de Guy, es joven, por lo tanto se le supone un carácter impulsivo, poco calculador, incluso desafiante. Justo lo que necesitaba una etapa plana, en todos los sentidos, como la de ayer, determinada para mayor gloria de Greipel y del Columbia. Y va y la rompe un chaval de un equipo que sólo figuraba en la lista de participantes, La Française de Jeux, el equipo de la lotería francesa, sin más aportación que hacer número en el pelotón.

Greipel ya había limado sus colmillos, con sus compañeros de equipo tirando como energúmenos, tras haber controlado la fuga a la distancia supuestamente apropiada para engullir a los cinco escapados (Roux, Westra, Irizar, Martínez y Maaskant) en el momento oportuno, allí avistando el final. Pues no. Cuando iban a ser cazados, se escapó Maaskant y, cuando éste iba a ser cazado, apareció Roux, como un gorila surgiendo de la niebla, cuando se suponía que estaba enjaulado y casi, casi, le sacó la lengua a Greipel. Miró hacia atrás, vio el vacío y ni siquiera levantó los brazos. Entró en la meta de Talavera como un cicloturista feliz después de un magnífico resurgimiento.

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A Roux le toca la lotería

Atrás quedaban los accidentes, los sustos. Especialmente el de Ezequiel Mosquera, que se vio involucrado en la caída masiva del kilómetro 129 y anduvo unos cuantos más desorientado. "El casco me ha salvado la vida", dijo el ciclista gallego, que para descartar riesgos mayores fue trasladado al término de la etapa al Hospital Nuestra Señora del Prado de Talavera, donde fue sometido a un TAC que no reveló daño cerebral alguno.

Xacobeo y Euskaltel no pueden presumir de buena suerte, como Roux. Son los líderes de las caídas, un asunto que mayoritariamente tiene que ver con la fortuna (con la mala fortuna) más que con la pericia del ciclista (que a veces influye). Mosquera estuvo implicado en la monumental caída de Lieja y ayer también se fue al suelo en una caída tonta.

Fue la mala noticia del día de un tipo con tanto coraje como mala suerte. También se cayó Gesink, pero lo solventó con un apósito en la pierna sin mayores consecuencias. La Vuelta tiene algo de sorteo. A Roux le tocó la lotería y a Mosquera el peor de los castigos.

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