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Reportaje:LIGA DE CAMPEONES | Vuelta de los cuartos de final

Todos para Leo y Leo para todos

El Barcelona se ordenó alrededor de Xavi para que Messi desatara el caos

Desde el orden, el Barcelona desató otra vez el caos. Parece que todo está en su sitio: los centrales abiertos; Busquets y Xavi apoyándole por dentro; los laterales muy adelantados; Pedro abriendo el campo... Y entonces La Pulga desata el torbellino y nada puede parar la tormenta. Ni siquiera Arsène Wenger. El estratega alsaciano, otra vez, claudicó ante el fútbol del Barça. No será que no lo intentó. Quiso ganarle la pelota al equipo azulgrana y se centró en desdibujar a Xavi. Ni por esas. Al volante le basta con dejar pasar el cuero entre las piernas para que su equipo juegue. Así de inteligente es, que ya no necesita ni tocarla. A su alrededor se ordena el Barça. A partir de ahí, basta con que Messi coja la pelota. Todos para uno y uno para todos. El Barça está en semifinales con más estilo que nunca, con un Messi imparable y el liderazgo de Xavi.

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"Son faves comptades", dijo el entrenador (usando una expresión catalana con la que viene a decir que no hay más cera que la que arde) cuando se le preguntó por la alineación, visto que los dos centrales titulares estaban sancionados -Pique y Puyol- y el referente en ataque, Ibrahimovic, lesionado. Así que ni se inmutó. Puso a Márquez y Milito, que se pasaron la pelota durante el calentamiento trescientas veces más que en los últimos dos años. No coincidían en una cita grande como la de anoche desde el día que el argentino se lesionó en Manchester, el 29 de abril de 2008. Compartieron alineación en un partido oficial contra el Sevilla en la Copa, el pasado enero, pero el mexicano jugo de medio centro y Gaby se juntó con Chigrinski. Y aunque jugaron un partido, en el amistoso de Kuwait, a la vuelta del Mundial de Clubes de Abu Dhabi, casi no cuenta. Pasaban reválida los dos, camino de la tercera semifinal del Barcelona en tres años. Jugaron de memoria. Guardiola pudo haber recuperado a Touré como central, pero confió en el de Zamora. El mexicano dio un pase al frente y resultó majestuoso en la construcción, camino de Xavi.

El Barça buscó a Xavi para que ejerciera de timonel y marcara el camino. En 10 minutos hizo dos pelopinas, ese giro suyo tan característico que le sirve para regatear, conducir y pensar en un segundo. A Xavi le mandó los perros de presa Wenger, que reconoció que el partido era una batalla por quitarle la pelota al centrocampista. Le mordieron, pero no fue suficiente porque el juego de posición del Barça estiró tanto el campo que Xavi terminó por encontrar sus espacios. A ratos cayó a una banda a buscarla atrás y en otros se largó al balcón de área para arrastrar a los volantes del Arsenal y aclarar las bandas o activar, y al tiempo, liberar a Messi. Una, dos, tres veces. Hasta seis ocasiones tuvo el argentino, puro caos en el orden. Y hasta cuatro veces se zampó a Almunia: en los minutos 22, 37, 42 y 88. En el fondo, sólo hizo su trabajo y ejerció de lo que es, el mejor jugador del mundo.

Los centrales abrieron y dieron salida, los laterales acompañaron, leyó el partido Busquets y lo interpretó Keita, mientras Pedro se abría y Bojan se movía. Bastó que Guardiola les pusiera en su sitio y les recordara cuál es el camino porque en medio del fregado estaba Xavi y a partir de ahí, se ordena todo aún más. Más Xavi que nunca -el 92% de los 62 pases que dio en el primer tiempo llegaron al objetivo- jugó otra vez para que jugaran todos, para que especialmente, jugara Messi. El 10 marcó cuatro dianas, algo que no se conseguía desde 2005 -Shevchenko (Milan) ante el Fenerbahçe- y que nadie desde que es la Champions había logrado en una fase tan avanzada. Messi, además, alcanza a Rivaldo como goleador azulgrana en la Champions, con 25 dianas.

Leo sabe que en otro equipo, con otro entrenador y otros compañeros, difícilmente conseguiría pasárselo tan bien como en el Camp Nou. Porque con otros jugadores, otro entrenador y en otro club, la pelota sería del rival. Y sin la pelota no hubiera podido marcar cuatro goles -algo que ya no extraña porque esta temporada ha realizo tres hat-tricks-, no llevaría 38 goles y la gente no se preguntaría cómo se le para. Seguramente, la pregunta es quién para a Márquez cuando juega como ayer, a Xavi, a Messi... La duda es quién para al Barça, donde juegan todos para Messi y Messi para todos.

Valdés celebra uno de los goles del Barça.
Valdés celebra uno de los goles del Barça.AP

Otro récord de Messi

- Barcelona, 4; Arsenal, 1 (vuelta de los cuartos de la 'Champions'). Es la primera vez que el delantero del Barça logra cuatro goles en un partido.

- Barcelona, 3; Valencia, 0 (jornada 26ª de Liga). La Pulga anota su primer 'hat trick' este curso (m. 56, 81 y 82).

- Zaragoza, 2; Barcelona, 4 (jornada 27ª de Liga). El argentino marca otros tres goles en los m. 4, 65 y 78.

- Tenerife, 0; Barcelona, 5 (jornada 17ª de Liga).

Los goles de Messi llegaron en los minutos 36, 45 y 75.

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