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Reportaje:SUDÁFRICA 2010 | Octavos: Alemania-Inglaterra

Dos estilos, dos generaciones

Alemania apela a su juventud e Inglaterra, la más veterana del torneo, a su experiencia

Al rostro aniñado de Lahm se le iluminaron los ojos cuando, tras la exhibición de Alemania ante Australia, un reportero le comentó que se habían parecido a España. "Bueno, eso intentamos, pero España lleva jugando así dos años. Nosotros, un partido". La reflexión del capitán germano fue premonitoria porque Alemania perdió la jovialidad del estreno en los compromisos posteriores, ante Serbia y Ghana, quizá porque es un equipo al que todavía le están saliendo los dientes. Con figuras emergentes como Özil y Thomas Müller, a la Nationalmannschaft le falta cuajo.

Pero a su entrenador, Joachim Löw, le sobra vocación para añadirle a su selección "cosas bonitas" a los valores tradicionales del fútbol germánico: la fuerza, el poderío y la velocidad. Alemania avanza en ese sentido desde antes de su Mundial en 2006, con Jürgen Klinsmann y, después del mismo, con Löw. " será el contraste entre la ligereza de la juventud frente a la clase internacional", explicó Löw a fin de quitarles presión a sus muchachos y traspasársela a los ingleses. Ellos constituyen una generación de oro capitaneada por Gerrard y Lampard, fracasada hasta la fecha y ante su última oportunidad. En efecto, Alemania es, tras Ghana, la selección más joven de las participantes, con una media de 25 años y 128 días; e Inglaterra es la más vieja con 29 años y 53 días. Capello eligió el combinado inglés con más internacionalidades y el más veterano de la historia de la Copa del Mundo, por encima del de Suiza 1954, cuando Stanley Matthews se presentó con 39.

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"Nosotros estamos creciendo", se apuntó Lahm al argumento de su entrenador, consciente de que el punto débil de Alemania está en la defensa. "Mertesacker ha cometido algunos errores sorprendentes para su técnica", admitió el lateral derecho del Bayern. Lesionado Cacau, Alemania teme más no poder contar con "el corazón del equipo", como definió Löw a Schweinsteiger, el mediocentro del Bayern, con molestias musculares. Capello recupera al central King, pero prefiere seguir con Upson como acompañante de Terry. Su formación será la misma que derrotó a Eslovenia, satisfecho el italiano con el rendimiento de Milner en el interior derecho y el de Defoe como segundo punta, por detrás de Rooney.

Desde 1966, Inglaterra siempre ha visto la proa de Alemania en los Mundiales posteriores. Precisamente por eso, Alemania es el enemigo a batir. Sobre todo después de haber caído en duelos directos en México 1970, en Italia 1990 y en la Eurocopa de Inglaterra 1996, las dos últimas citas por penaltis. A tenor de los precedentes, es lógico el terror de los ingleses a la tanda de penaltis. Para conjurarlo, quién mejor que David James, convertido en Juan Sin Miedo desde que se propusiera como sustituto de Green tras su cantada ante Estados Unidos.

Mientras, el oráculo alemán del fútbol, Franz Beckenbauer, se atrevió a criticar el estilo "primitivo" de los ingleses y su retorno a la "patada a seguir". Una exageración de Beckenbauer, aunque sí se ha abierto una brecha futbolística entre ambos países. Alemania e Inglaterra caminan en direcciones opuestas. Dos estilos, dos generaciones, dos mundos.

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