Gabinete de crisis en Montmeló

La revuelta popular que estos días sacude a Bahréin tiene en jaque a todos los actores que intervienen en el Mundial de fórmula 1, desde Bernie Ecclestone, patrón del gran circo, a los equipos, que aún no saben si la primera carrera del curso, programada para el 13 de marzo en el circuito de Sakhir, a 30 kilómetros de la capital, Manama, se podrá llevar a cabo. Así de claro lo dijo ayer Ecclestone: "Tomaremos una decisión el martes o el miércoles que viene, pero si las cosas siguen igual entonces, creo que tendremos que cancelar la prueba".

En ese caso, la posibilidad de encontrar otro escenario para el arranque del campeonato parece una solución poco práctica, porque la mayoría de escuderías ya mandaron parte de su material, en barco, varias semanas atrás. El martes, Ecclestone ya había alertado acerca de la posible suspensión de la carrera, argumentando la repercusión que eso tendría. "El peligro es obvio, ¿no? Lo único que tienen que hacer es causar algún problema cuando la parrilla esté formada, el domingo, y conseguirán tener una cobertura mundial", declaró el multimillonario en una entrevista a The Daily Telegraph.

"Si las cosas siguen igual, tendremos que cancelar la prueba", dice el patrón de la F-1

Ayer se suspendió la carrera de la GP2 asiática prevista para el fin de semana

Ayer por la mañana, los organizadores del campeonato asiático de GP2 anunciaron que anulaban la cita prevista para este fin de semana, en la que debía tomar parte el español Dani Clos. "Esta noche he oído disparos. Y cuando me he despertado he visto que los tanques habían tomado la calle", explicaba el piloto catalán mientras se dirigía al aeropuerto para tomar un vuelo a casa. Este suceso provocó la reacción de las escuderías de F-1, citadas desde hoy y hasta el lunes en el circuito de Montmeló, donde realizarán los penúltimos ensayos de la pretemporada. Los últimos están planificados entre el 3 y el 6 de marzo en Bahréin, pero los equipos, agrupados en su asociación (FOTA), ya se han puesto en marcha para asegurarse una nueva pista en el caso de que los enfrentamientos y revueltas no cesen. La principal opción es Montmeló.

"La FOTA nos ha pedido qué disponibilidad de fechas teníamos ante la posibilidad de que no puedan realizar los últimos entrenamientos, aunque todavía no han hecho la petición formal", aseguraba ayer Vicenç Aguilera, recientemente nombrado presidente del Consorci del Circuit de Catalunya. Las estructuras sondean cuatro posibles intervalos de fechas para enclavar este último ensayo, entre finales de febrero y mediados de marzo, circunstancia que lleva a pensar el peligro real que corre la primera cita del curso. "Alguna de estas fechas tenía prevista otra actividad, pero Montmeló tiene voluntad de servicio, y si la F-1 nos pide algo, nosotros haremos todo lo posible por complacerla", se extiende Aguilera.

En ese sentido, la FOTA se reunirá hoy mismo en Montmeló para definir el calendario y los pasos a seguir en el supuesto de que los incidentes en Bahréin no se acaben.

Desde el país islámico, los promotores del Gran Premio están confiados en llevar el evento hacia adelante, conscientes como son los dirigentes de las consecuencias que podría conllevar su cancelación. "La seguridad de los habitantes de Bahréin y de todos aquellos que acudan al circuito de Sakhir es una prioridad para nosotros", expresó en una nota difundida por la tarde Shaikh Salman bin Isa Al Khalifa, príncipe heredero de Bahréin y consejero delegado del trazado. "Queremos que esta prueba se desarrolle con éxito, y nuestra principal preocupación es la de garantizar la seguridad de todas aquellas personas que acudan a este acontecimiento. Por eso seguiremos los acontecimientos muy de cerca con la ayuda de las autoridades", añadió Al Khalifa, que, seguramente, hoy estará muy atento a las decisiones que puedan tomarse en el gabinete de crisis que los equipos celebrarán en Montmeló.