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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Rebelión en el fútbol

El plante del Racing es una señal de alerta contra los desmanes financieros de la liga

Los jugadores del Racing de Santander se negaron a jugar un partido de Copa ante la Real Sociedad el pasado jueves en un inédito plante que puede simbolizar que algo, por fin, estaría cambiando en el lado más corrupto y especulativo del fútbol. Los deportistas cántabros —casi cuatro meses sin cobrar por las graves dificultades financieras del club, en concurso de acreedores— han logrado llamar la atención sobre la compleja situación económica de la empresa y forzar la renovación de la junta directiva en la que estaban enquistados los responsables últimos de la nefasta coyuntura.

Los fichajes millonarios, las ingenierías fiscales, el tráfico de derechos audiovisuales, la opacidad de los contratos, la incursión de los fondos de inversión, el amparo de las instituciones públicas —un asunto investigado por la Comisión Europea— y la voracidad de directivos sin escrúpulos dibujan un panorama que pervierte los principios más básicos del deporte. En ese panorama se inscribe la escandalosa petición de indulto por parte de la mayoría de presidentes de clubes profesionales para José María del Nido, exdirectivo del Sevilla condenado por malversación de fondos.

El Racing de Santander no es el único club politizado, pero es el que ha sufrido la más alta contaminación de la política. El Gobierno cántabro, bajo mandato de Miguel Ángel Revilla, fue propietario del Racing hasta que decidió fichar a un supuesto millonario indio, Ashan Ali Syed, que compró el club por quince millones de euros aunque solo llegó a desembolsar 500.000. A los pocos meses, el centenario club empezó su crisis, tanto deportiva como financiera, hasta acumular una deuda de 50 millones. El directivo en la sombra durante estos tiempos oscuros ha sido Francisco Pernía, exconsejero cántabro al que el PP quiere ahora expulsar de sus filas.

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No es probable que cunda el ejemplo de los jugadores del Racing. Importantes futbolistas de la liga española, como se ha visto en el caso Neymar y Messi, son partícipes activos y beneficiarios del sistema. Pero ojalá este plante marque un antes y un después en la burbuja futbolística. Es imperativo que las instituciones públicas dejen de hacer la vista gorda con las deudas de los clubes y que se imponga una nueva cultura que vele por la limpieza del deporte, cerrando el paso a los directivos que solo se sirven de él.

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