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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Renovables: la mejor opción para las personas y el planeta

Las energías llimpias y eficientes mejorarán la economía de los más desfavorecidos, reducirán la deforestación y protegerán la biodiversidad

El acceso a la energía es uno de los problemas globales más serios de nuestro tiempo, un problema que afecta tanto a las personas como a la naturaleza. Solo tenemos un planeta y tenemos que vivir en él de forma sostenible, por lo que favorecer el acceso a una energía limpia, fiable y asequible ayudará al desarrollo sostenible, a lograr modos de vida dignos para las personas y a dar servicios básicos a los más pobres, sobre todo en el África subsahariana y el sur de Asia, donde más de 3.000 millones de personas sufren pobreza energética.

Acabar con ella a través del empleo de fuentes renovables, limpias y eficientes mejorará la economía de los más desfavorecidos, reducirá la deforestación y protegerá la biodiversidad. Fomentar el acceso a las renovables también puede evitar el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del cambio climático.

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El cambio climático está afectando a las personas de todo el planeta, pero la peor parte se la llevan los países en desarrollo y las comunidades más pobres. Los cambios en los patrones de precipitaciones, las sequías extremas y el aumento de las inundaciones y las temperaturas están poniendo en serios apuros a quienes dependen de la agricultura y los recursos naturales para su subsistencia directa.

Mejorar el bienestar de estas personas es el mejor modo de ayudarles a adaptarse a estos impactos. Y lograr el acceso a la energía para todos también puede ayudar a combatir el cambio climático. Por ejemplo, con cocinas de biomasa más eficientes y avanzadas podría emplearse la mitad de leña que con cocinas y fogones tradicionales. Esto reduciría la deforestación y evitaría las emisiones de partículas —que provocan contaminación doméstica y agravan el cambio climático— por la mala combustión de la biomasa.

La pobreza energética es uno de los obstáculos más importantes para el desarrollo social y económico de los más desfavorecidos, después de la falta de acceso al agua limpia y a una alimentación adecuada. El sistema energético actual deja de lado a un porcentaje muy grande de la población global. En muchos países en desarrollo, el elevado coste de los combustibles fósiles devora más del 10% del PIB, y hace que la energía convencional sea cada vez más inaccesible.

Cerca de 1.400 millones de personas (sobre todo en el África subsahariana y el sur de Asia) tienen un acceso intermitente o nulo a la electricidad. En las mismas regiones, cerca de 2.700 millones dependen de la biomasa o de excrementos de animales para cocinar y calentarse, con el elevado impacto que supone para los ecosistemas y la salud humana. Se calcula que alrededor de cuatro millones de personas mueren cada año por contaminación en los hogares, por la quema de biomasa y combustibles fósiles en estufas o fogones de mal funcionamiento, obsoletos e ineficientes.

Hay soluciones viables y sostenibles para mejorar el acceso a la energía de los más pobres en los países en desarrollo

Esta situación afecta especialmente a las mujeres y las niñas, que deben pasar mucho tiempo buscando combustible (como leña), un tiempo que no pueden dedicar a ir a la escuela, por ejemplo. Una energía renovable, limpia y eficiente es fundamental para mejorar las condiciones de vida, la educación y la igualdad entre sexos en los países en desarrollo, lo que a su vez es clave para mejorar la protección ambiental.

Para ayudar a acelerar la transición hacia un planeta 100% renovable en el año 2050, WWF está presionando a gobiernos de todo el mundo para que se comprometan a tomar medidas antes de 2030. El objetivo es construir un mundo donde los países estén comprometidos con lograr el acceso a la energía y tomar el camino de las energías renovables y bajas en carbono.

Este sábado, 28 de marzo, WWF celebra en todo el mundo una nueva edición de la Hora del Planeta con la meta de “cambiar el cambio climático” y llamar la atención sobre este asunto tan crucial para el futuro de la humanidad. Entre los proyectos concretos que se apoyan en 2015 hay dos que buscan suministrar con electricidad renovable a comunidades vulnerables de India y Filipinas. El objetivo es demostrar que hay soluciones viables y sostenibles para mejorar el acceso a la energía de los más pobres en los países en desarrollo. Y, tras demostrar que es posible, replicar esas soluciones a mayor escala en otros muchos lugares.

El modo en el que miles de millones de personas accederán a las fuentes de energía moderna tendrá un impacto muy duradero en el clima. El derecho de todos los habitantes del planeta a disponer de energía limpia, asequible y fiable no es negociable. Y se ha demostrado que la mayor parte de esa energía debe ser renovable: simplemente porque es la mejor opción, y la más económica, para las personas y el planeta.

Gaurav Dahal es el coordinador de acceso a la energía de WWF, y trabaja con base en Nueva Delhi.

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