Por Marta Castro y Amaya Iríbar
Larissa Latynina (Kherson, Ucrania; 1934) fue la primera estrella de la gimnasia rítmica, una atleta con un récord que sigue imbatido: es quien más medallas de oro ha ganado en unos Juegos: nueve. En toda su carrera, acumuló un total de 18 metales. Formada en el ballet clásico, su debut en unos Juegos fue en Melbourne 1956, donde ganó en seis de las siete disciplinas en las que participó. En Roma 60 y en Tokio 64 ya no tuvo piedad, y ganó el oro en las seis pruebas que disputó.
Olga Korbut (Grodno, Bielorrusia; 1955) explotó como gimnasta en los Juegos de Múnich, en 1972, a los 17 años, ganando tres oros y una plata. Pero su mérito no se cifra en metales, sino en ser, junto a su entrenador, Renald Knysh, la innovadora de este deporte, introduciendo ejercicios mucho más atléticos que rítmicos, primando la potencia –saltos y piruetas- sobre los detalles artísticos.
Nadia Comaneci (Onesti, Rumanía; 1961) es la leyenda de la gimnasia rítmica. Se puede igualarla, pero no superarla. Nadie había conseguido esa puntuación, máxima, impecable, un 10, en unos Juegos Olímpicos. Ella lo hizo en los de Montreal 76. La reina de las asimétricas consiguió durante su carrera deportiva un total de nueve medallas olímpicas, cinco de ellas de oro, en las citas de Montreal y Moscú. Y una fama que sobrevive hasta hoy.
Siguiendo las hazañas de Comaneci por televisión, Retton (Fairmont, Estados Unidos; 1968) se inició en la gimnasia rítmica con el objetivo de seguir sus pasos. Tanto que eligió como entrenadores a los Karolyi, los que habían llevado a la cima a la rumana. Retton fue la triunfadora de Los Ángeles 84, con cinco medallas; una de ellas de oro. Sus éxitos tuvieron mucho que ver con el boicot de los países del este a los Juegos de ese año, pues solo las rumanas participaron en ellos. Retton se vio las caras con Caterina Szabo para ganar el oro individual.
Elena Shoushonova (San Petersburgo, Rusia; 1969) no pudo ir a Los Ángeles por el boicot soviético. En la época dorada de la gimnasia, solo una gimnasta podía hacerle sombra, la rumana Daniela Silivas (Deva; 1972). Ambas deportistas se jugaron mano a mano varios metales en Seúl 88. En la final de salto, Silivas tenía 0.025 puntos de ventaja sobre la rusa, que necesitaba un 10 para vencer. Lo hizo. Fue una de las imágenes de esos Juegos. Días después la rumana se desquitó ganando tres oros en aparatos, relegando a Shoushonova a la plata.
Almudena Cid, Estela Giménez, Marta Baldó, Nuria Cabanillas, Lorena Guréndez, Estíbaliz Martínez y Tania Lamarca. Son los nombres de las siete magníficas, el equipo que consiguió la primera medalla, dorada, además, para la gimnasia rítmica española por equipos en Atlanta 96. En el 92, Carolina Pascual abrió el camino, cosechando una plata en la competición individual.
Nastia Liukin (Moscú, Rusia, 1989) es la última gran campeona de la gimnasia. Criada en Estados Unidos, hija de dos gimnastas rusos de gran prestigio (Valeri Liukin y Anna Kotchneva), Liukin nació para este deporte. No pudo participar en Atenas 2004 porque solo tenía 15 años, pero en Pekín se consagró como la mejor gimnasta de su generación ganando un oro, tres platas y un bronce.