Por Amaya Iríbar
Después de que en París 1900 compitiesen las primeras mujeres (en tenis, criquet y golf), hasta Ámsterdam 1928 no se iniciaron las competiciones femeninas de gimnasia y atletismo. La primera atleta campeona es la estadounidense Betty Robinson (100m). En 800m gana la alemana Lina Radke, que acaba exhausta y desata la polémica: es una prueba demasiado dura para las mujeres, dicen algunos. Se elimina del calendario olímpico hasta Melbourne 1956.
La atleta holandesa Fanny Blankers-Koen fue la primera gran estrella olímpica femenina. En Londres 1948, ganó cuatro medallas de oro, en 100m, 200m, 80m vallas y relevo. Cuatro años más tarde, en Helsinki, la gimnasta María Gorkhovskaya se convertiría en la mujer con más medallas en una sola edición: dos oros (equipos e individual) y cinco platas (salto, paralelas, barra, suelo y equipos en aparatos).
La gimnasta Nadia Comaneci se convirtió en la reina de los Juegos al acabar con el dominio soviético y lograr el primer 10.00, la perfección absoluta, en asimétricas, antes que los hombres. La rumana ganó nueve medallas olímpicas –cinco de ellas en Montreal: tres oros en concurso general, barra de equilibrio y asimétricas; una plata en equipos y un bronce en suelo- y demostró que incluso las niñas (tenía entonces 14 años) podían competir al máximo nivel. Lo consiguió con apenas 40 kilos y poco más de metro y medio de estatura.
La diminuta corredora estadounidense Joan Benoit se convirtió en 1984 en la primera campeona del maratón olímpico. Invirtió 2h 24m 52s en recorrer los 42 kilómetros y 195 metros que llevaban hasta el Memorial Coliseum de Los Ángeles. Benoit empezó a correr como forma de rehabilitación tras fracturarse una pierna mientras esquiaba y saltó a la fama tras ganar el maratón de Boston en las ediciones de 1979 y 1983.
Por primera vez en la centenaria historia olímpica, al menos una mujer tomará parte en cada una de las delegaciones de los 204 países que competirán en los Juegos. Hasta 268 de ellas lo harán defendiendo la bandera de Estados Unidos, lo que supone superar, otro hito femenino, a sus compatriotas hombres (261). Londres 2012 son los Juegos más femeninos de la historia porque las mujeres suponen ya el 46%, del total superando aquel 42% tan publicitado de Pekín 2008: 4.850 deportistas, desde atletas a gimnastas, pero también boxeadoras, cuyo número se equipara al de los hombres.
Pasan los Juegos y la gimnasta rusa Larisa Latynina sigue siendo el deportista, hombre o mujer, con más medallas olímpicas: 18 (nueve de oro). Compitió en Melbourne 1956 -donde conquistó cuatro oros, una plata y un bronce-, en Roma 1960 –tres oros, dos platas y un bronce-, y Tokio 1964 –dos oros, dos platas y dos bronces-. Michael Phelps, con 16 medallas -14 de oro-, amenaza su récord en Londres. Sin embargo, Latynina defiende su excelso palmarés puesto que también entrenó el equipo soviético de gimnasia femenina entre 1967 y 1977, período en el que Rusia cosechó 10 medallas de oro.