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La “República Popular de Donetsk” desafía el ultimátum de Kiev

Turchínov firma el decreto para poner en práctica la operación antiterrorista

Pilar Bonet

El Consejo de la República Popular de Donetsk, el órgano colectivo coordinador de las protestas en esta región industrial rusófona del este de Ucrania, no se arredra ante el ultimátum del presidente Alexandr Turchínov, que expiró el lunes por la mañana. Mientras en Kiev el presidente en funciones firmaba el correspondiente decreto que pone en marcha la operación antiterrorista con intervención del Ejército, los activistas prorrusos, partidarios o bien de una mayor autonomía de Donbás —como se conoce a la región— o bien de unirse a Rusia, seguían ampliando su base de poder en la región minera.

En Górlovka, al norte de Donetsk, los jefes de la policía local presentaron resistencia y dispararon al suelo y al aire contra una multitud que tomó por asalto la sede policial, según contó uno de los participantes en la refriega. Un hombre sufrió una conmoción cerebral al caer del tejado del edificio cuando intentaba sustituir la bandera ucrania por otra de la República Popular de Donbás (RPD), semejante a la rusa, pero con una franja negra en lugar de blanca. El hombre habría sido empujado por un policía que intentaba impedir el cambio de símbolos, señalan diversas fuentes. El activista sufrió una conmoción cerebral y los jefes de la policía, golpeados por los manifestantes, tuvieron que ser trasladados a Donetsk, señalan las fuentes. Los asaltantes nombraron nuevo alcalde y jefe de la policía.

El domingo,Valeri Otchenko, un representante de Górlovka, había dicho que los activistas controlaban la localidad, pero, por lo visto, no acababa de ser cierto. “Creíamos que el jefe de la policía y de la sección de lucha contra la delincuencia estaban con nosotros, pero resultó que querían hacer méritos para Kiev”, manifestó por teléfono Otchenko desde Górlovka. El activista aludía a un fenómeno que parece darse en otras localidades de la región, a saber, la espera indecisa, evasiva o temerosa de los dirigentes locales para evitar quedar del lado perdedor.

EL PAÍS

El ultimátum de Kiev había expirado ya por la mañana cuando el Consejo de la RPD se reunió en presencia de la prensa local e internacional para pasar revista a la situación. Los líderes de la protesta se reúnen en el piso 11º —la planta noble— de la administración provincial ocupada. Los ascensores están bloqueados y hay que subir a pie por una escalera estrecha, donde cada planta está vigilada y destinada a representantes de localidades y grupos concretos. El control del edificio es cada vez más intenso y en la mayoría de las plantas, con barricadas en las puertas, solo se puede entrar con pase especial.

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En el intento de Kiev de someter a la RPD el domingo participaron dos helicópteros militares cuya tripulación estuvo varias horas en el aeropuerto de Donetsk. Una fuente de las Tropas de Intervención Especial (los antiguos Berkut) manifestó que ayer unidades de la 25ª Brigada Aerotransportada del Ministerio de Defensa se habían negado a participar en la “operación antiterrorista” y que el domingo un cirujano local tuvo que practicar una operación de urgencia a un oficial del Consejo de Seguridad de Ucrania (SBU) en la localidad de Krasnoarméiska, al que le habían disparado desde un coche. Los incidentes del domingo en torno a la localidad de Slaviansk dejaron por lo menos un muerto y varios heridos. La ciudad seguía llena de puestos de control y barricadas, controlada por la RPD con ayuda de cosacos procedentes de Crimea. En opinión de la fuente, en la zona actúan grupos especiales de provocadores cuya misión es hacer prender la chispa del enfrentamiento entre los activistas prorrusos y las unidades que van tomando posiciones para la operación antiterrorista. Dos helicópteros sobrevolaron la administración provincial de Donetsk ayer por la tarde.

El Consejo de la RPD no es aún una maquinaria rodada. “Tenemos que controlar la situación. La gente no tiene que sufrir. La gente tiene que ser feliz”, decía Vladimir Mákovich, uno de los tres líderes que acudió el lunes a negociar con los representantes de la alcaldía de Donetsk. Estas negociaciones son por el momento el único vínculo de diálogo entre la RPD y las autoridades. El alcalde, a diferencia del gobernador, es un cargo electo en Ucrania. Los líderes de la RPD no han podido ponerse de acuerdo todavía sobre la fórmula de la pregunta del referéndum que quieren convocar no más tarde del 11 de mayo. La cuestión de fondo es si se plantea solo el federalismo y una mayor autonomía dentro de Ucrania o si se pregunta sobre la unión a Rusia. Para los dirigentes del Estado unitario ucranio la palabra federalismo suena como separatismo. No obstante Turchínov dijo ayer que está dispuesto a realizar una consulta de carácter estatal para decidir sobre el modelo federal, coincidiendo con la convocatoria de elecciones presidenciales del 25 de mayo. Turchínov dijo estar convencido de que la mayoría de los ucranios quiere un modelo “unitario”. “Para la RPD las elecciones presidenciales de Ucrania no existen”, manifestó Denis Pushilin, uno de los líderes de la RPD.

Los representantes de la RPD desconfían de Kiev y están considerando también la posibilidad de realizar su consulta (federalista o tal vez secesionista) conjuntamente con las provincias de Járkov y Lugansk. De la improvisada campaña hacia el referéndum daba cuenta un anuncio pegado en las paredes de varios pisos de la administración provincial ocupada. En él se piden voluntarios para “ir por los mercados” de la ciudad “a informar sobre el referéndum y la independencia”. La tarea de “controlar” los centros de poder y extender su base de apoyo es ardua. A unos activistas de provincias que le llamaron al móvil durante la sesión del Consejo, Mákovich les recomendó que designaran nuevos dirigentes locales y que hicieran “jurar” a los funcionarios que se someterían a la RPD. Los líderes de la RPD se planteaban cómo abordar a los funcionarios (asegurándoles que no habrá depuración por motivos ideológicos) y a los empresarios (aségurandoles que no habrá anarquía ni confiscación). Respondiendo a preguntas de los periodistas, Denis Pushilin manifestaba que “no hay declaraciones oficiales” de apoyo ruso. “Por el momento, resistimos”, dijo, tras admitir que inicialmente se habían dirigido a Rusia para que trajera un contingente militar en defensa del movimiento de protesta. “No nos disponemos a hacer ninguna revolución. Somos gente sencilla y los políticos profesionales con gran experiencia ya demostraron adonde pueden conducir el país”, manifestó, asegurando que la RPD no recibe apoyo financiero de Rusia. Pushilin admitía, sin embargo que, al no ser “revolucionarios profesionales”, los líderes de la protesta hicieron “declaraciones apresuradas”. En la jornada del lunes se registraron enfrentamientos en Járkov con varias decenas de heridos. En Lugansk sigue ocupado el edificio de los órganos de seguridad y en la provincia de Donetsk hubo diferentes incidentes en Zhdánovka, Yenákievo, Artiomsk y Kramatorsk.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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