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Los inversores, escépticos ante el cambio político en Argentina

La ilusión de los mercados por que en diciembre asuma el poder un jefe de Estado que los favorezca ha ido desvaneciéndose

Mauricio Macri, candidato del PRO a las presidenciales.
Mauricio Macri, candidato del PRO a las presidenciales.E. M. (reuters)

El entusiasmo de los inversores de alto riesgo por un cambio en Argentina se diluye. Desde que en 2013 las elecciones legislativas impidieron que el kirchnerismo dominara dos tercios del Congreso y reformara la Constitución para permitir una segunda reelección presidencial de Cristina Fernández de Kirchner, las acciones y los títulos públicos argentinos comenzaron a recuperarse, pero en los últimos meses esa ilusión de los mercados por que en diciembre asuma el poder un jefe de Estado que los favorezca ha ido desvaneciéndose.

No es que piensen que los dos candidatos favoritos para las elecciones primarias del próximo domingo, el kirchnerista moderado Daniel Scioli y el conservador Mauricio Macri, sean parecidos a Fernández, pero quieren esperar a ver qué hacen en los primeros meses de Gobierno antes de comenzar a apostar su dinero por la tercera economía latinoamericana. El contexto internacional, con caída de los precios de las materias primas, fortalecimiento del dólar y crisis en China y Brasil, ayuda poco a Argentina.

"No creo que llegue una lluvia de inversiones hasta ver qué van a hacer", opina el presidente de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, en una entrevista telefónica.

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El opositor Macri ha prometido que el primer día de su eventual Gobierno liberará los controles cambiarios vigentes desde 2011 y ha descartado que una medida así provoque una devaluación porque, según su opinión, "van a sobrar dólares" ingresados a su país con él como presidente.

Pero el industrial Méndez se muestra escéptico, después de tres años de estancamiento económico en que cerraron 798 fábricas en su país: "La situación argentina es complicada como para resolverla de un plumazo. No siento un entusiasmo particular por lo que viene, hay un pesimismo casi colectivo. También hay una esperanza muy humana en que va a haber un cambio, pero tal vez no mejoramos tanto como estaba previsto porque los candidatos no tienen patrones claros".

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Sucede que, por un lado, Scioli dejó de ser el candidato menos kirchnerista que iba a enfrentar a los ultradefensores de Fernández en las primarias del próximo domingo, y se convirtió en junio pasado en el postulante único del kirchnerismo. Su candidato a vicepresidente es la mano derecha de la jefa de Estado, Carlos Zannini, actual secretario legal y técnico de la Presidencia.

Algunos analistas interpretan que Scioli se kirchnerizó para retener el voto de una presidenta que sigue siendo muy popular, por contraste con la crisis argentina de 2001 y por la tenue recuperación económica de 2015. Y por otro lado, Macri cambió su discurso hace solo dos semanas en un intento por quitarse de encima su imagen conservadora y prometió que mantendría sin vuelta atrás varias medidas de Fernández, como la creación de la asignación universal por hijo y las estatalizaciones de la petrolera YPF, Aerolíneas Argentinas, el sistema de pensiones y la retransmisión de todos los partidos de la liga. Además, ha dejado de proponer pagar todo lo que exigen los fondos buitres en EE UU para solucionar la crisis de deuda y brega por una negociación. Hay analistas que consideran que también Macri se kirchnerizó.

Reconducir la economía

"En algún momento se generó la ilusión de que 2015 sería mejor por las expectativas favorables, pero ahora se ha tomado conciencia de, que sea quien sea quien gane, la solución no es mágica sino que va a requerir esfuerzo", opina el presidente de la Cámara Argentina de Comercio, Carlos de la Vega, en conversación telefónica.

"Hay expectativas de mejora, de que el que venga va a tener que reconducir la economía, promover la inversión y solucionar la deuda y el tema cambiario, y por eso las buenas expectativas se han demorado un poco", analiza De la Vega, que representa a un sector, el comercio, que, al igual que la construcción, está repuntando, a diferencia de las manufacturas.

En la porteña Universidad Torcuato Di Tella, el profesor Juan José Cruces elabora el índice Copa América Bursátil y destaca que el indicador de las acciones argentinas subió un 15% en el primer trimestre por las expectativas de que Macri podía arribar a la Casa Rosada (sede presidencial de Argentina), pero en el segundo cayó 10 puntos porcentuales porque esas previsiones se fueron desdibujando.

"A Scioli le pusieron a Zannini de vicepresidente, pero su asesor económico, Miguel Bein, dice cosas que el mercado quiere. Solo Dios sabe qué hará Scioli. Con Macri hay un poco menos de incertidumbre", plantea Cruces.

En un país en el que la compraventa de divisas está restringida, el dólar en el mercado ilegal ha subido el 23% desde abril pasado, hasta 14,89 pesos, muy por encima de los 9,20 de la plaza oficial. Las expectativas de devaluación del peso se acrecientan, más allá de los favoritos en las presidenciales, ante la devaluación de Brasil, socio mayor de Mercosur.

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