Un rayo, dos Gasoles y muchos récords

24/11 Lunes

A este paso, terminaremos todos siendo del Rayo. Su gol por la escuadra de este pasado fin de semana, cuando salió al quite en una de esas historias vergonzantes que nos han traído estos tiempos de zozobra económica y sobre todo moral, le ha hecho acreedor de más titulares y reconocimientos que una victoria en el Bernabéu. La imagen de las entidades deportivas, ahora llamada marca, no sólo se construyen en los terrenos de juego, sino que su relato se alimenta desde muchos ángulos. La rapidez de reflejos mostrada por los de Vallecas (haciendo honor a su nombre) hacia una realidad tan despiadada y difícil de digerir, representada por una de las muchas doña Carmen que hay en este país, no puede otra cosa que asociar al club con estimulantes valores como la solidaridad y sensibilidad hacia su entorno más próximo, y de paso aumentar las ya muchas simpatías con las que contaba.

Si la marca Rayo Vallecano aumentó su valor, en la NBA la de los Gasol vive momentos esplendorosos. Quién sabe si por una simple cuestión de madurez, la lógica evolución en su juego, la jerarquía en su equipo o puede que espoleado porque su rendimiento en este curso añadirá o quitará millones de dólares en su nuevo contrato a partir del curso que viene, el caso es que Marc es ahora mismo el mejor pívot de la NBA y sobre sus anchas espaldas su equipo presenta el mejor récord de la competición. A su habitual solidez defensiva, corpachón y buena mano, ha añadido una agresividad ofensiva que le está transportando a una nueva dimensión. Ataca el aro con una mayor frecuencia y decisión y sus números lo reflejan. Y lo que es más importante, sirven para ganar partidos, lo que aumenta su valor. Pau, por su parte, añade adeptos a su causa en Chicago cuando juega y también cuando se lesiona, pues esto ha significado más de una derrota. Es impresionante la facilidad con la que consigue registros fuera del alcance de la mayoría y que quizás por su rutina no le damos el valor justo. Su constancia en el 20+10 a través de los años resulta extraordinaria y ahora, con piernas más frescas e ilusiones renovadas, dudo mucho que deje de hacerlo. Total, que con un 99,9% de posibilidades en el caso de Marc y yo diría que, a día de hoy, un 80% en el caso de Pau, no es jugar a la ruleta rusa el apostar por la presencia de ambos en el All Star de Nueva York 2015, lo que sería toda una apoteosis del Gasolismo.

25/11 Martes

Vuelo a Barcelona para la entrega de los Ondas y veo Frantasmas por todos los lados. Frantasma es uno de los apodos de ese ser humano también conocido como Little Nicholas (lo pongo en inglés porque estoy un poco cansado de lo del pequeño Nicolás). No sé si con este tema no hemos llegado al puro esperpento, pero si no, debemos estar muy cerca y a mí lo único que me inspira ver la que se está montando, es llevar la contraria al anuncio de Campofrío de hace un par de años y nacionalizarme finlandés. En cualquiera de los escenarios posibles, múltiples y dependientes de la verdad que escondan las historias de este sujeto, las situaciones, reacciones, comunicados, desmentidos y confirmaciones que se están produciendo son de ver y no creer, y denotan lo enfermo que está el sistema. Tanto como para resultar vulnerable ante un Little Nicholas cualquiera que aparezca por ahí. Toda una cumbre del surrealismo español, y que cuenta con los suficientes elementos y cualidades narrativas como para resultar una irresistible golosina para los medios de comunicación. El circo está montado y ya no se sabe bien quienes son los domadores, los equilibristas o los payasos.

Es mi primera vez en la entrega de los Ondas. No me van mucho estos saraos, pero como cuando se lo dieron al Inocente Inocente hace ya veinte años no pude asistir, esta vez me apunto a la troupe del Todo por la Radio, de la que formo parte como duodécimo hombre de la rotación. La gala se hace larga, como casi todas, aunque luego me dicen los habituales que en comparación, no ha estado mal. Me divierto mucho en las apariciones de Juan Carlos Ortega y Xavier Sardá, llenas de humor inteligente, flipo con el pianista Lang Lang, aplaudo a rabiar a mis tres Ces favoritas (Coronas, Cansado y Colubi) observo que los Spandau Ballet se conservan casi tan bien como yo y hasta puedo escuchar a Serrat con Buenafuente en un dúo muy sui generis. Me cruzo al ir al baño con una mujer tan joven como bellísima que me dice hola y me sonríe, lo que me desconcierta porque no sé quién es. Luego le veo subir con parte del equipo de la serie El Príncipe, y resulta que es una de sus actrices principales. Pero sigo sin saber si fue un acto de cortesía al cruzarnos la mirada, José Coronado le ha hablado de mí o simplemente quedó rendida de forma instantánea a mi irresistible simpatía. Unos cuantos canapés, algún encuentro inesperado y un par de copas en una discoteca que me confirmó el acierto de haber dejado hace años de ir a discotecas, fue el colofón a un buen día.

Antes de cerrar los ojos me reconecto al mundo exterior y está todo en orden. Ha ganado el Barça en Chipre, lo normal, y ¡ojo! lo ha hecho el Athletic ante el Shakthar. Estamos que nos salimos, un poco tarde, eso sí, pero quizás la Europa League es un territorio más acorde con la realidad que un sueño llamado Champions. De lo demás, siendo martes, hay poco rastro, lo que agradezco pues tampoco tengo las neuronas en una buena disposición para meterle el diente a un tema de cierta enjundia. 

26/10 Miércoles

No te acuestes nunca sin un récord de más. Si la pasada semana alertaba del overbooking al que estamos expuestos, pues si no quieres taza, toma taza y media. Esta semana vamos sobrados. El martes Messi se convierte en el máximo goleador de la Champions superando a Raúl, y 24 horas después se produce el contraataque blanco, que hasta en esto de los récords se han puesto a competir. Se celebra de una tacada que también Cristiano supera a Raúl, que digo yo que la noticia es ahora superar a Messi, pero bueno, que el Madrid lleva 15 partidos ganados seguidos, algo que no ha logrado en su dilatada y extensa existencia y que Ancelotti ha superado no sé qué marca de Mr. Cicuta, que a esas alturas ya me estaba aburriendo un poco de tanta hazaña. Pero esta última mola, porque cuanto antes se vayan borrando las huellas de aquel que nunca tuvo que venir, mejor para todos. Supongo que dado que hasta el sábado no vuelven a jugar ambos equipos, no se batirá ninguna cifra, aunque no descartemos que pueda llegar un día que esto ocurra sin necesidad de que salten a la cancha.

Sigo en Barcelona, que hoy he presentado el libro ante amistades y prensa afín a la causa. Me han acompañado el gran Epi y Toni Martínez, que no ha tardado ni treinta segundos en declararse admirador de mi eterno rival y ahora amigo. Como ya me lo esperaba y para equilibrar un poco la balanza, he invitado a mi hermano Mikel, alias el Comidista, que ya en su primera intervención ha reconocido que en mi casa, Epi nunca fue buen visto. Entre bromas, recaditos y batallitas se nos ha ido el tiempo al cielo, pero no al de la librería, que con muy buenas palabras y después de casi hora y media dale que te pego, nos ha dicho: venga, todos para casa. Vamos, algo parecido a lo que le ha debido decir Rajoy a Ana Mato (en este caso sin el todo). Y yo me pregunto: ¿de verdad que este señor con tan mal ojo para elegir, colocar, confiar, alabar, poner la mano el fuego, negar la mayor y la pequeña ante infinidad de casos y por diferentes seres humanos…. de verdad que este señor se va a presentar a la reelección?

Nada mejor para limpiar un poco la mente para rematar el día con una visita al programa de Buenafuente y Berto, dos de mis cómicos de cabecera. Después de una dosis de humor inteligente en la que participa también Coronas, duermo mejor, mucho mejor.