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Ángel María Villar: “Represento a todo el fútbol, no solo a los ricos”

El presidente de la Federación Española de Fútbol no explica en Sevilla por qué plantó al Gobierno en la reunión del jueves

Villar, en un acto celebrado en enero en Santiago.
Villar, en un acto celebrado en enero en Santiago. efe

En los Reales Alcázares de Sevilla, mientras la ciudad se preparaba en pleno Viernes de Dolores para la Semana Santa, la RFEF recibió en una comida, protocolaria y respetuosamente, a la Federación de Ucrania, con el aldalde hispalense Juan Ignacio Zoilo presente. Angel María Villar, que había llegado por la mañana, ejerció de anfitrión. Estaban desde temprano el presidente de la Federación Madrileña, el de Castilla-La Mancha, el catalán, el canario, el de Andalucía y el de Tenerife, que como el de Extremadura, siempre acude a estos eventos. Había hasta un representante del Zaragoza, y si no estaba Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional fue "porque está enfadado", dicen en la Federación. "A otras comidas ha venido. Él defiende los derechos del fútbol español a su manera y Villar, a la suya”, añade la misma fuente. No hace mucho "eran amigos" resumen en la tarde sevillana, antes del partido, fuentes federativas que no atinan a entender por qué Villar no acudió el jueves a la reunión con el ministro Wert.

En los parlamentos, Villar dio explicaciones, ante el ministro de Deportes y el presidente de la federación del país donde España ganó la Eurocopa de 2012: “Yo no solo defiendo los derechos de los clubes de Primera”, justificó el presidente de la Federación; “no me preocupa solo un decreto ley, sino el fútbol aficionado”. No quiso hacer declaraciones a los medios de comunicación. Presente estaba también Jorge Pérez, que sigue ejerciendo de director ejecutivo, pero sin mando, al haber sido defenestrado. Quien no estaba en la mesa era María José Claramunt, directora de márketing de la selección, que comió con el equipo. Padrón, su mentor, consejero de Villar y vicepresidente de la RFEF, sí asistió.

A Villar no se le afea nada en Sevilla, por mucho que en la Federación no se le entienda. Tras las elecciones en la UEFA y con una votación en la que 42 de 54 miembros de la Junta le han reelegido como miembro de la comisión delegada, escogido como vicepresidente de la FIFA en representación del fútbol europeo, dicen que se ha crecido. Va a plantear batalla desde el desprecio. Y ayer, después de no acudir sin avisar a una reunión con el Gobierno y la LFP, se plantó en Sevilla ante una delicatessen de atún rojo, un blini de jamón de pato con crema boffard y membrillo, gratinado de codorniz, tartaleta de alcachofita con jamón, brochetita de vieira, panceta, yema y jamón, el jamón ibérico y la pirámide de queso.... “No probó bocado”, dicen, “ya ni bebe vino”.

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