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JUEGOS OLÍMPICOS DE PEKÍN 2008

Un manto de polución recibe al COI en Pekín

La VII Conferencia sobre Deporte y Medio Ambiente coincide con el día más nublado del año en la capital china

La perenne polución de Pekín se ha negado a ser un convidado de piedra durante la celebración de las VII Conferencia Mundial sobre Deporte y Medio Ambiente y hoy ha extendido su manto sobre la capital china encendiendo las alarmas de los responsables municipales.

El observatorio meteorológico de Pekín afirma que hoy es el día más nublado del año y recomienda a niños y ancianos que permanezcan en espacios cerrados con el objetivo de evitar enfermedades respiratorias, ya que la espesa niebla exacerba el impacto de la contaminación de la ciudad. Una situación que agrava la ya delicada situación que vive la ciudad, sobre la que se ciernen las declaraciones pesimistas del presidente del COI, el belga Jaques Rogge: "A pesar de todos los esfuerzos, el tiempo se puede estar agotando y las condiciones requeridas para la competición de los atletas en las disciplinas de resistencia podrían no ser del cien por cien en un día determinado", ha declarado.

Rogge llegó a añadir que algunas pruebas de especial dureza podrían llegar a ser reprogramadas a causa de la deficiente calidad del aire "para que así sea escrupulosamente respetada la salud de los atletas". Pekín ha invertido 12.300 millones de dólares en una década para atajar un problema creciente que pone en tela de juicio la idoneidad de celebrar aquí la principal competición deportiva del mundo, pero los resultados, a pesar de los avances, siguen siendo insuficientes.

Lo dejó claro ayer el informe del UNEP, que por medio de su director de comunicaciones, Erik Falt, quien afirmaba que "la calidad del aire sigue siendo una preocupación legítima para los organizadores olímpicos, los atletas y los observadores, y en general para todos los pequineses". Para paliar el problema, Pekín ha trasladado las empresas más contaminantes, renovado las flotas de autobuses y taxis, sustituido calefacciones alimentadas por carbón por otras de gas natural y ha promovido el uso del transporte público, entre otras medidas, para reducir las emisiones contaminantes.

Si bien las de CO2 (principal destructor de la capa de ozono) y dióxido de azufre (causante de la lluvia ácida) han disminuido levemente, no ha ocurrido lo mismo con las PM10, partículas en suspensión procedentes del tráfico o de la industria, y que pueden causar asma, problemas cardiovasculares o cáncer de pulmón.

Niveles por debajo del baremo internacional

A día de hoy y a falta de menos de diez meses para el inicio de los JJOO, las cuentas de los "días azules" no salen ni siquiera aplicando la particular vara de medir china, que no comulga con los estándares internacionales. La capital china absorbe diariamente un millar de vehículos nuevos a su tráfico rodado, la fiebre urbanística continúa y el crecimiento económico no cesa (en los primeros nueves meses de este año fue del 12,6 por ciento), lo que sirve de contrapeso a las más de 30 medidas ecológicas que hasta hoy a implantado Pekín.

El presidente de la Comisión de Coordinación del COI, Hein Verbruggen, ha mostrado su confianza plena en que el Comité Organizador de Pekín 2008 (BOCOG) gestionará adecuadamente el problema, una idea que comparten muchos adeptos. Como él, son muchos los que tienen fe en los grandes remedios de China para afrontar grandes problemas, como inmovilizar a la mitad del parque automovilístico durante los Juegos, posibilidad que apuntó de nuevo el vicepresidente del BOCOG, Jiang Xiaouyu.

Entretanto se aviva la incertidumbre respecto a lo que pueda pasar dentro de 287 días, los que restan para el 8 de agosto, un mes en el que, por si fuera poco, las temperaturas y la humedad se disparan haciendo la ciudad difícilmente respirable incluso en un "día azul".

Imagen del estadio olímpico de Pekín
Imagen del estadio olímpico de PekínREUTERS

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