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SUDÁFRICA 2010 | Semifinales: Alemania-España

Un gigante amable

A diferencia de los míticos metas alemanes, Neuer, nuevo líder del país, es más sereno

La portería siempre ha sido un asunto muy serio en Alemania. Prácticamente, una cuestión de Estado, el reflejo de la Mannschaft. Lehmann simbolizaba la excentricidad, ha habido pocos guardametas tan desagradables y agresivos como Kahn, todavía se recuerda el trompazo de Schumacher al francés Battiston en España 1982 y para la historia quedará la figura mítica de Maier. Arqueros de personalidades distintas y, sin embargo, inconfundiblemente alemanes. La historia continúa con Manuel Neuer, de 24 años, perfectamente reconocible como alemán, símbolo de la nueva generación de futbolistas y nuevo ídolo del país.

A diferencia de los porteros míticos de Alemania, Neuer es menos arrogante y más sereno: su rostro transmite amabilidad, igual que los de la mayoría de los jóvenes muchachos de Joachim Löw. Alemania ya no intimida por su fútbol, sino por su juego. Ha dejado de ser un camión Mercedes que atropella a sus rivales para convertirse en cierto modo en un Rolls Royce. La seducción sustituye a la intimidación. Los aficionados que no son alemanes han dejado de odiar a la Mannschaft y sobre todo a sus delanteros y su portero. Ahora es un equipo jovial, con buen gusto y un juego muy moderno sin dejar de ser alemán.

Löw le tenía reservado el papel de tercer portero, pero ahora es una pieza capital
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Neuer tiene su propia personalidad, como corresponde a los mejores porteros, pero no olvida sus referentes ni en especial a Kahn. Todavía hoy se recuerda en la Bundesliga cómo la temporada pasada celebró la victoria de su equipo, el Schalke, sobre el Bayern en Múnich después de muchos años de contar derrotas. Neuer se fue hacia un córner, levantó el banderín y festejó el triunfo con la misma liturgia que Kahn en 2001 después de que el conjunto de Baviera conquistara la Liga en el minuto 95 de su partido contra el Hamburgo cuando el Schalke ya estaba cantando el alirón. Neuer recogía el relevo de Kahn.

Nadie puede discutir la militancia de Neuer con el Schalke desde que a los cinco años fue dado de alta como socio hasta ahora, cuando acaba de renovar su contrato hasta 2012 a pesar de las ofertas que ha recibido, una del Manchester United. Nacido en Gelsenkirchen, sabe muy bien qué significa ser minero en la cuenca del Ruhr, ha convivido desde siempre con las nuevas olas migratorias y se siente tan compañero de Özil y Klose como de Friedrich, igual de un turco y un polaco que de un alemán. "Nuestra selección es muy joven y multicultural", advierte Neuer, de 1,92 metros, 85 kilos y ambidiestro. Un gigante.

En tanto que campeón europeo en 2009 con la selección sub 21 y figura anteriormente de la sub 19 (estuvo 493 minutos sin encajar un gol), se le tenía por una de las mejores promesas de la Bundesliga. A los 19 años ya había firmado su contrato profesional como tercer portero del Schalke y un año y medio después desbancaba a Rost de la titularidad.

Muy celebrada fue su espectacular actuación en 2008 contra el Oporto en la Champions, cuando clasificó al Schalke para los cuartos de final al detener dos penaltis. El 2 de junio de 2009 debutó también con la selección absoluta en un partido contra los Emirates Árabes.

Löw, sin embargo, le tenía reservado el papel de tercer portero para Sudáfrica 2010. Hasta que murió Enke, tras una depresión, y Adler, el titular del Bayer Leverkusen, se rompió una costilla. El técnico apostó entonces por Neuer, por delante de Wiese y Butt, y ya lleva 10 partidos entre los palos. Totaliza 18 paradas en el Mundial, solo dos goles encajados -uno, el del inglés Upson, le fue recriminado por Löw- y se le considera una pieza capital del equipo por su capacidad para leer el juego y armar el contragolpe: sus saques son tan largos y rápidos como precisos. "Le pega al balón como Beckenbauer", cuentan sus amigos.

A Sudáfrica han acudido su madre, su novia y algunos amigos. A Neuer le encanta ver el fútbol con sus amigos desde que se juntaba en la curva norte del estadio del Schalke con las peñas que más animaban al equipo y soñaba con debutar en el plantel sub 16 porque sus futbolistas se convertían automáticamente en recogepelotas. "No hay nada más bonito que animar y jugar en el Schalke", asegura. "Yo siempre miro las cosas de manera positiva", concluye; "¿un ejemplo? No nos quejemos del balón del Mundial. Es una excusa. Ni de los colegiados". Puede que sea porque tiene un hermano árbitro.

"El encuentro contra España será difícil", concluye; "diferente al de Argentina, que me pareció como si jugáramos un partidillo de entrenamiento. Nuestra defensa ensayó movimientos en bloque", remacha Neuer; "me gusta Casillas. Pertenecemos a una nueva generación. ¿Qué diferencia hay con la de los años setenta? Nosotros no llevamos bigote".

Neuer, durante el entrenamiento de ayer en Durban.
Neuer, durante el entrenamiento de ayer en Durban.REUTERS

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