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URUGUAY 1 - MÉXICO 0

Uruguay queda lejos de la selección de Sudáfrica

Álvaro Pereira marca el único gol del partido frente a una selección mexicana desdibujada

El sábado habrá clásico rioplatense. Será el sábado por los cuartos de final de la Copa América Argentina 2011. El anfitrión se enfrentará a Uruguay, que esta madrugada (hora española) ha vencido en La Plata (57 kilómetros al sur de Buenos Aires) 1 a 0 a un joven México, que completó su peor actuación en este torneo sudamericano desde que comenzó a jugarlo, en 1993. El defensa Álvaro Pereira marcó el único tanto del partido y fue una de las estrellas de una celeste que consiguió su primera victoria en la copa, se clasificó a la siguiente fase y sueña con proseguir con los éxitos del año pasado en el Mundial de Sudáfrica. Su próximo rival será Argentina, a la que venció también en semifinales de final en la última Copa América que se jugó en este país, en 1987.

URUGUAY 1 - MÉXICO 0

Uruguay: Muslera; Maxi Pereira, Coates, Lugano, Alvaro Pereira; Alvaro González (Lodeiro, m. 66), Diego Pérez, Arévalo Ríos, Cristian Rodríguez (Eguren, m. 84); Luis Suárez y Forlán )

México: Michel; Mier, Araujo, Reynoso, Chávez; Aguilar (Aquino, m. 46), Reyes, Enríquez, Ponce (Pacheco, m. 68); Giovani (Oribe Peralta, m. 46) y Márquez Lugo.

Gol: 1-0, m. 12: Alvaro Pereira aprovecha un rechace en el área.

Árbitro: Raúl Orozco (Bolivia). Amonestó al uruguayo Coates (m. 90) y a los mexicanos Aguilar (m. 41), Reynoso (m. 55) y Márquez Lugo (m. 82).

Incidencias: partido correspondiente a la tercera y última jornada del grupo C de la primera fase de la Copa América 2011, disputado en el estadio Unico Ciudad de La Plata ante unos 35.000 espectadores.

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Uruguay tenía que ganar o empatar. Venía de empatar con Perú y Chile y un empate lo dejaba en tercer puesto, detrás de esos dos equipos, a la espera de lo que suceda hoy en el grupo de Venezuela, Brasil, Paraguay y Ecuador. Además, en esta oportunidad contaba con el apoyo de su público. A diferencia de los anteriores partidos, este se jugaba en una ciudad rioplatense, La Plata. Con sólo cruzar el río (el barco tarda tres horas entre Montevideo y Buenos Aires), miles de hinchas celestes podían venir a ver a su selección, esa misma que el año pasado agrandó el orgullo del paisito con el cuarto puesto en el Mundial. También muchos de los miles de uruguayos que han migrado a Argentina se dieron cita en La Plata. La autopista que une esta ciudad con Buenos Aires se llenó esta noche de coches con matrícula de Uruguay o con banderas de este país vecino de Argentina. A la hora de cantar el himno, los uruguayos reventaron la acústica del campo. Después, cantaron aún más fuerte el "soy celeste, yo soy". Apenas se escuchaban los muchos mexicanos que se acercaron al estadio Ciudad de La Plata, con su aforo (36.000 espectadores) casi completo.

Desde un inicio Uruguay demostró que dominaría el encuentro. No contaba con Cavani, de baja por una lesión, pero al seleccionador Óscar Tabárez le funcionó bien el cambio de esquema: un 4-4-2, en lugar de 4-3-3 de los anteriores partidos. En el medio campo, Cristian Rodríguez conectaba los balones a Forlán y Luis Suárez. La banda izquierda fue la que más le funcionó a Uruguay: con Álvaro Pereira, del Porto, que subía a atacar y así acabó marcando el gol a los 14 minutos del primer tiempo, tras un tiro libre de Forlán y en una jugada engorrosa en el área; con su compañero de club Rodríguez y con Suárez, del Liverpool, que se movió por ambas puntas. Suárez creó juego y estuvo cerca de marcar en el minuto 36 cuando disparó a la portería desde fuera del área, pero Michel envió el balón al tiro de esquina. El goleador del Atlético de Madrid también disfrutó de sus oportunidades: un disparo suyo acabó en el poste a los 30 de la primera etapa y encendió el "Olé, Diego" de su público. Uruguay jugó como en casa.

México, en cambio, estaba desdibujado. Ni siquiera Giovani dos Santos, su estrella del Racing de Santander, amagó con brillar esta vez. Durante muchos años, México pidió a la Confederación Sudamericana de Fútbol participar en la Copa América. Lo consiguió por primera vez en 1993 y desde entonces logró dos subcampeonatos. Pero este año la Confederación de América del Norte, Central y el Caribe del Fútbol Asociado (Concacaf, por sus siglas en inglés) le prohibió a la tricolor jugar con su selección mayor y sólo le permitió enviar a la sub 22 y cinco jugadores que superaran esa edad. La Concacaf quería que México diera prioridad a la Copa de Oro, que es el trofeo que esa confederación organiza y que el tri ganó el mes pasado, en lugar de privilegiar el trofeo sudamericano. El resultado de esa decisión quedó expuesto en el juego inofensivo del equipo de Luis Tena, que además sufrió a último momento la baja de ocho jugadores menores de 22 años que fueron expulsados de la plantilla por la Federación Mexicana de Fútbol por organizar una orgía con prostitutas en la concentración. Así fue que la tricolor perdió los tres partidos: 1-2 con Chile, 0-1 con Perú y 0-1 con Uruguay. Al menos, no lo golearon, lo que habla bien del portero Michel y de la defensa integrada por Mier, Araujo, Reynoso y Chávez.

Pese a todo, México salió al segundo tiempo decidido a jugar por su dignidad. Tena introdujo dos cambios que mejoraron su ataque al ingresar Aquino y Peralta. En los segundos 45 minutos hubo oportunidades para que Forlán liquidara el partido, pero también estuvo cerca de empatarlo el tri. El equipo de Tabárez desnudó entonces las dudas en su juego, las mismas que lo llevaron a empatar con Perú y Chile. Pero la defensa y los centrocampistas Arévalo Ríos y Diego Pérez aguantaron el resultado.

Uruguay no ha sido el del Mundial de Sudáfrica, pero ganó. Sueña ahora con revivir gestas recientes y eliminar a los dueños de casa, como cuando en 1987 acabó con la Argentina de Diego Maradona y un joven Claudio Caniggia, entonces parte de una selección campeona del mundo.

Forlán disputa el balón con el mexicano Darvin Chávez, mientras Aruajo y Reynoso obserban el choque.
Forlán disputa el balón con el mexicano Darvin Chávez, mientras Aruajo y Reynoso obserban el choque.BERNARDINO ÁVILA (EFE)

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