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La NBA se sume en la parálisis

Los clubes y los jugadores rompen la negociación y aumenta el peligro de una suspensión de la temporada

Ni más de treinta horas de intensas reuniones en tres días consecutivos, ni la intervención de un mediador federal, George Cohen, han servido para desbloquear el conflicto que paraliza la NBA y que amenaza con la suspensión de una parte importante, sino toda la temporada. Los propietarios de los clubes, que decretaron el cierre patronal el pasado uno de julio, y el sindicato de jugadores no son capaces de ponerse de acuerdo en torno al reparto de los ingresos y a algunas de las reglas fundamentales que reglamentan sus relaciones.

La pretemporada ya se ha echado a perder, el comisionado de la NBA, David Stern, ya hace días que canceló las dos primeras semanas de la competición, en las que estaban programados cien partidos, del uno al 15 de noviembre. Tras el nuevo fracaso de la tanda de reuniones celebradas hasta esta madrugada en Nueva York, es probable que se decida suspender otro importante tramo de la temporada. Cada vez toma más cuerpo que pueda repetirse incluso lo que sucedió en la temporada 1998-1999, el único precedente, en la que el torneo empezó en enero y cada equipo jugó 50 de los 82 partidos programados en principio en la temporada regular.

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Stern, enfermo, no participó en la reunión. Adam Silver, subcomisionado de la NBA y representante de los clubes, explicó que las negociaciones por el momento están rotas y que no se ha fijado una fecha para que ambas partes vuelvan a reunirse. Las posiciones son muy enconadas. "No hemos podido cerrar la brecha", dijo Silver. Peter Holt, el dueño de los Spurs, que le acompañó en la rueda de prensa, fue más allá: "Estamos muy, muy lejos. Es difícil que nos volvamos a reunir".

Principales desacuerdos

El desacuerdo principal atañe a dos aspectos: el reparto de los ingresos y la estructura del tope salarial. Las versiones de ambas partes ante la prensa también fueron distintas. Los propietarios declararon que estaban dispuestos a negociar la concesión de un 50% del total de los ingresos de la Liga a los jugadores durante los próximos diez años -hasta ahora percibían el 57%-, pero que éstos no están dispuestos a negociar por menos del 52,5%.

El sindicato de jugadores, con su presidente Derek Fisher al frente, acusó a los propietarios de estar mintiendo a la prensa. Cada punto porcentual equivale a unos 40 millones de dólares. Los jugadores verían reducidos de forma notable sus ingresos si además de esa pérdida porcentual se añade un encarecimiento del impuesto de lujo, es decir, lo que tienen que pagar los clubes cuando exceden el tope salarial. "Habéis sido engañados. Todo lo que se ha dicho es mentira", dijo directamente Fisher a los periodistas. "No es cierto que nos hayamos plantado en el 52,5%. Obviamente los propietarios no tienen intención de moverse del 50%. No estamos dispuestos a firmar un acuerdo injusto y frustrante". La cancelación de las dos primeras semanas de competición se calcula que ya ha provocado que los jugadores hayan dejado de percibir 170 millones de dólares en concepto de salarios.

Silver indicó que los propietarios deben reunirse con David Stern para determinar cuáles con los pasos a seguir. Los más probable es que, una vez se evacuen consultas con Stern, se decida recortar la temporada regular y lo más probable es que no se juegue al menos hasta diciembre. Billy Hunter, cabeza visible del sindicato de jugadores, fue más allá y afirmó: "El cierre patronal estaba planeado, ordenado y predestinado de antemano".

Derek Fisher, presidente del sindicato de jugadores, durante una rueda de prensa en Nueva York.
Derek Fisher, presidente del sindicato de jugadores, durante una rueda de prensa en Nueva York.PATRICK McDERMOTT (AFP)

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