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El COI, contra Argentina

El Comité Olímpico critica el vídeo argentino sobre las Malvinas por mezclar los Juegos con un asunto político

Alejandro Rebossio

El anuncio televisivo del Gobierno argentino en el que un deportista nacional que competirá en Londres 2012 se entrena en las islas Malvinas ha encendido aún más polémica. El vídeo, que fue grabado a escondidas, sin autorización de las autoridades británicas del archipiélago, y que finaliza con la frase “para competir en suelo inglés, entrenamos en suelo argentino”, despertó el viernes las críticas del Comité Olímpico Internacional (COI), del representante de los atletas de Argentina, del ministro de Asuntos Exteriores de Reino Unido, William Hague, y de la casa matriz británica de la agencia de publicidad que produjo el aviso.

“Los Juegos no deben ser un foro para temas políticos”, le escribió una nota el COI al Comité Olímpico Argentino (COA), que se ha mantenido al margen de la propaganda que comenzó a difundir Presidencia en televisión desde el pasado miércoles. El COI lamentó “cualquier uso de la plataforma” de los Juegos Olímpicos que comenzarán en Londres el próximo 27 de julio “para fines políticos”. El certamen comenzará un mes y medio después de que se conmemore el 30° aniversario de la victoria británica en la Guerra de Malvinas, en momentos en que ha crecido la tensión diplomática entre ambos países. Incluso Reino Unido ha reforzado su presencia militar en el Atlántico Sur.

El presidente de la Comisión de Deportistas del COA, Juan Curuchet, ciclista que consiguió una de las dos medallas de oro de Argentina en Pekín 2008, también criticó el anuncio: “Se quiso mostrar un deportista que se entrena, pero desde octubre tenemos los materiales que necesitan los deportistas argentinos parados en la Aduana”. El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha adoptado restricciones contra casi todas las importaciones y en ese contexto no han podido ingresar a Argentina bicicletas, jabalinas, equipos de GPS y de gimnasio que requieren sus deportistas olímpicos. Al igual que a las editoriales de libros o a los fabricantes de coches, el Gobierno les ha dicho a sus atletas que por cada dólar que importan debían exportar otro, para equilibrar la balanza comercial, según contó Curuchet.

El secretario de Deportes argentino, Claudio Morresi, reaccionó este sábado a las críticas de Curuchet y prometió desatascar las importaciones “rápido”. Eso sí, culpó de las trabas a supuestas irregularidades cometidas por la empresa importadora de los materiales y defendió la “buena predisposición” del mentor de las restricciones a las compras externas, su par de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

La polémica también envolvió a la filial argentina de la agencia Young & Rubicam, que fue la que tuvo la idea del anuncio, lo produjo y lo ofreció primero a marcas deportivas y finalmente se lo vendió al Gobierno de Fernández. Sucede que Young & Rubicam, empresa norteamericana, pertenece al grupo británico WPP. Martin Sorrel, fundador y accionista de WPP, se mostró “consternado” por el anuncio. Desde Nueva York, la sede central de Young & Rubicam condenó “enérgicamente este trabajo” y pidió “disculpas a quienes han sido agraviados”, dado que el deportista del vídeo, el jugador de la selección argentina de hockey sobre hierba Fernando Zylberberg, aparece entrenándose en un memorial por los soldados británicos caídos en la Primera Guerra Mundial. “Es inaceptable para nuestra empresa. Más aún, va contra nuestra propia política de estar involucrado en cuestiones políticas”, expresó la agencia de publicidad, que le pidió al Gobierno argentino que dejara de emitir el anuncio. Pero en Buenos Aires no están dispuestos a hacerlo. Tampoco en la filial local de Young & Rubicam se mostraron arrepentidos. Su director creativo, Martín Mercado, respondió a sus jefes: “El spot de Malvinas se origina como un mensaje para el país, para los argentinos. No para afuera. Sí quisimos honrar a nuestros excombatientes (de la guerra de 1982) y dar un mensaje que reivindique lo que consideramos nuestra soberanía. No quisimos ofender a nadie”.

El ministro Hague dijo que Argentina buscaba un “golpe publicitario para salvar el orgullo” después de varios “reveses” diplomáticos sobre Malvinas. El funcionario se refirió en concreto al fracaso de Buenos Aires en su intento de que la última Cumbre de las Américas, en abril pasado en Colombia, reclamara a Londres que se siente a negociar la soberanía de las islas, tal como exigen la Asamblea General y el Comité de Descolonización de la ONU. La resistencia de Canadá y EE UU contrarrestó el apoyo latinoamericano a Argentina. El ministro del Interior argentino, Florencio Randazzo, respondió al enfado británico por la propaganda: “Los que deberíamos estar enojados somos nosotros, que nos han usurpado nuestro territorio desde hace muchísimos años". Reino Unido desplazó a Argentina de las islas en 1833.

Y la respuesta británica...

Apenas unas horas después de que se difundiera el polémico vídeo argentino, la grabación tuvo su réplica en Internet. Con las imágenes del original, apenas modificado, la nueva versión mostraba al deportista argentino corriendo todo el rato detrás de un típico autobús inglés de dos plantas. Finalmente, Zylberberg no logra alcanzar el vehículo y el vídeo concluye con un irónico mensaje: "Para tomar un autobús en suelo de las Malvinas, les aconsejamos que no usen un horario argentino".

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