“Una gran pérdida anímica”

Más allá de su valor futbolístico, la ausencia de Puyol en la Eurocopa —por una lesión en la rodilla derecha de la que será operado el sábado y que le tendrá seis semanas de baja— tiene un fuerte componente emocional. Admirado por sus compañeros, por los técnicos e incluso por los rivales, el defensa central del Barcelona deja un vacío en el estado anímico de la selección española. Su liderazgo, sobre todo en los malos momentos, es muy difícil de suplir. Cuando algo se tuerce, como en aquella primera derrota en el victorioso Mundial de Sudáfrica 2010 ante Suiza, la primera voz de estímulo sale de él. Otro ejemplo: si los jugadores pedían al seleccionador, Vicente del Bosque, una tarde libre y este se negaba a concedérsela, siempre encontraba el lado positivo a la negativa: “No pasa nada. Vamos a estar aquí todos juntos”.

Carles Puyol (Pobla de Segur, Lleida; 1978) debutó en La Roja el 15 de noviembre de 2000, con José Antonio Camacho en el banquillo, ante Holanda. Lleva 12 años, 99 partidos y tres goles a pesar de haber estado a punto de dejarlo, exhausto y sin energías, tras la última Copa del Mundo. Le disuadieron de hacerlo tanto Del Bosque como el entonces director deportivo, Fernando Hierro. Le devolvieron el entusiasmo y las ganas de afrontar cada partido y cada entrenamiento como siempre, como si fuera el último.

“Mira dónde está Puyi”, sonreía desde el banquillo el técnico del Barcelona, Pep Guardiola, en el último duelo de la Liga, ante el Espanyol, observando a su defensa atacando ferozmente la meta de Cristian Álvarez. Puyol ha caído lesionado justamente cuando estaba más fino en una campaña iniciada en el Barça con muchos problemas físicos, pero acabada con 44 encuentros jugados por tan solo 27 en el curso anterior.

Cinco de los ocho goles de España en Sudáfrica los marcó Villa, dos Iniesta y uno Puyol. A un mes de la Eurocopa, Del Bosque ya sabe que no podrá contar con su central más experimentado y difícilmente con el mejor goleador, recuperándose desde diciembre de una rotura de tibia. “Nos hemos quedado helados: Puyol es importante por su arrojo, por su fuerza y porque es el capitán”, dijo Toni Grande, el ayudante de Del Bosque.

El seleccionador considera a Sergio Ramos, por velocidad y potencia, lo más parecido a Puyol en la posición de central. Eso supondría una vacante en el lateral derecho. Otra opción sería retrasar junto a Piqué a Javi Martínez, tras su magnífica temporada como zaguero en el Athletic, y mantener a Ramos en la derecha. Albiol, de rebote, recobra protagonismo tras su gris ejercicio en el Madrid. Del Bosque dará tres listas: una, el 15 de mayo; otra, el 21, después de la final de la Champions, y la tercera y definitiva, el 27, tras la final de la Copa del Rey.

En el primer entrenamiento después de una derrota, ese que cuesta tanto, Puyi salía corriendo como una flecha y... a ver quién no le seguía. “Se echará mucho de menos en el día a día”, explica José Manuel Otxotorena, preparador de porteros de la selección; “sigue contagiando ese espíritu y esos valores tan necesarios para las generaciones jóvenes. Es un líder, pero no porque lo fuerce, sino por su forma de actuar a diario. Por su dedicación, su esfuerzo y sus ganas de aprender, se ha ganado el respeto de todos. Será una gran pérdida anímica”.

Ramos es quien más se parece al central barcelonista, según Del Bosque

“A Puyol”, dice Negredo, delantero del Sevilla y de la selección, “le define su reciente intervención en Vallecas para cortar el baile de Alves y Thiago con un marcador a favor abultado. No admite tonterías y eso ayuda mucho en el campo porque sabes que es uno de los que tiran del carro, porque manda y marca el camino”. “Su constancia durante el partido emociona a cualquier jugador que le vea. También, el nivel durante tantos años”, abunda su compañero azulgrana Thiago. “Aporta calidad, experiencia, colocación y rapidez”, concluye Negredo.

El respeto es total, incluso entre sus más enconados adversarios. El 8 de julio de 2011, en Johanesburgo, el mítico Franz Beckenbauer se paseaba nervioso por las galerías de la plaza Nelson Mandela. Requerido por la eliminación de Alemania el día anterior a pies de España, se paró un momento y se vio un cierto brillo en sus ojos al hablar de Puyol, el central que había dado a La Roja el pase a la final, contra Holanda, con un remate de cabeza espectacular. “Me impresionó la segunda parte de España ante nosotros. No nos dejó tocar la pelota”, declaró El Kaiser, sorprendentemente emocionado al evocar el gol de Puyol: “¡Qué golazo! ¡Qué fuerza! Puyol estaba lleno de energía”.